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No sé si la prensa escrita que conocemos hoy desaparecerá con...

10 de noviembre de 2010 Por: Alberto José Holguín

No sé si la prensa escrita que conocemos hoy desaparecerá con el tiempo para ser reemplazada por la virtual o digital. Pero lo dudo, porque leer un buen periódico o una buena revista es un placer. Basado en eso me referiré brevemente a algunos de los temas que leí recientemente en la prensa tradicional.* Como un fiasco pueden calificarse las elecciones atípicas celebradas el 24 de octubre para elegir gobernador de Bolívar y reemplazar al destituido Joaco Berrío, acusado de corrupción y malversación de fondos. Y fueron un fiasco porque ocurrió lo que tenía que ocurrir. La abstención llegó al 90% y el elegido, doctor Alberto Bernal, estaba rodeado de un grupo de aliados de dudosa reputación, algunos de los cuales están presos o sancionados con inhabilidad para ejercer cargos públicos. Como dijo la revista Semana “estas elecciones demostraron que Bolívar sigue anclado en una tradición de corruptela y clientelismo”. Da tristeza pensar que para allá vamos los vallecaucanos con las elecciones, también atípicas, programadas para el próximo 23 de enero. * La rectificación catastral anunciada por el subdirector de Catastro de Cali, Orlando Riascos, contra una tradicional y respetable institución, es simplemente el resultado de la mezcla de política barata y demagógica de algunas autoridades municipales con la ambición de unos malandrines que, con el argumento de que descubrieron unos “bienes ocultos”, pretenden ganarse una jugosa comisión sobre lo que dicen haber encontrado. ¿Cómo pueden calificarse como “bienes ocultos” los que tienen más de 80 años de limpia tradición y siempre han estado a la vista de todo el mundo? Que las autoridades recuerden que no pueden actuar arbitrariamente pues aquí no manda un Chávez. * El desempleo es un cáncer muy difícil de sanar y por eso el Gobierno está en la obligación de reducirlo. Porque cuando alguien bueno y con deseo de trabajar no tiene con qué llevar el pan a su casa a pesar de haber luchado sin éxito por conseguir un empleo formal, un subempleo, o al menos la informalidad laboral, la única alternativa que le queda, aparte de delinquir, es morirse de hambre y ver morir a los suyos. Según El País del domingo pasado, los caleños desocupados pasaron de 148 mil en el 2008 a 168 mil en el 2009 y a 172 mil actualmente, cifras que respectivamente representan el 12,3%, 13,5% y 13,7% de la población laboralmente activa. De seguir esa tendencia, ¿a dónde iremos a parar? * El alcalde Jorge Iván Ospina fue sensato al afirmar que “el hundimiento de la Avenida Colombia no se hará si el Mincultura no lo avala”. Ojalá sea así pues este proyecto es un adefesio innecesario y muy controvertido que no debería ser prioritario dentro del contexto de las megaobras que Cali tanto requiere. * La Dirección Nacional de Estupefacientes es una pantomima. Lo confirma la noticia de que fue saqueada por la mafia. Esto es imperdonable ya que la extinción de dominio es la única sanción que los narcos temen. Las autoridades tienen la obligación de sancionar de verdad a los funcionarios autores de esta burla. COLETILLA: Es casi imposible que el voto en blanco gane en las elecciones atípicas para Gobernador programadas para el 23 de enero. Pero sería una importante voz de protesta contra la politiquería que tanto mal le ha hecho a nuestro Departamento. Votemos en blanco.