¿Por qué Edwin Arrieta le transfería 25.000 euros al mes a Daniel Sancho?

Cada vez se conocen más detalles de la relación que mantenía Daniel Sancho, hijo del reconocido actor español Rodolfo Sancho, con el cirujano colombiano Edwin Arrieta.

Luego del escándalo desatado por la confesión de Daniel tras haber asesinado de manera violenta a Edwin en Tailandia, los medios de comunicación se dan dedicado a investigar todo lo que escondía esta relación y sobre todo a detallar si era cierto que el cirujano tenía “preso”, al joven de 29 años, tal y como él lo había asegurado cuando recién fue detenido.

Según el programa Fiesta de Verano, varios son los detalles de los vínculos sentimentales y económicos se sostenían Arrieta y Sancho.

Uno de estos detalles que quedó al descubierto es que el colombiano Edwin Arrieta le proporcionó a Sancho una tarjeta de crédito que tenía un cupo mensual de 25.000 euros, el cual se sumaría a un sueldo anual de 300.000 euros.

Cabe señalar que el pago mensual de 25.000 euros que recibía Sancho, equivaldría a más de $112 millones de pesos colombianos.

Además, también se indicó que la tarjeta de crédito estaría ligada a una cuenta bancaria que estaba a nombre del cirujano colombiano de 44 años de edad, la cual en este momento hace parte de la investigación judicial que lleva a cabo la Policía Tailandesa.

El médico tenía grandes planes

Inicialmente, Daniel Sancho habría mencionado que solo había recibido 10.000 euros por parte de Arrieta para su restaurante.

A pesar de ello, dicha suma de dinero indica que la conexión financiera existente entre las dos personas era mucho más profunda.

Además, la última transacción que aparece reportada con la tarjeta de crédito se dio precisamente en la semana en la que el español cometió el crimen en Tailandia.

El médico tenía un plan para expandirse en España, pues entre sus planes se encontraba abrir dos clínicas de cirugía estética: una en Madrid y la otra Barcelona.

La relación con Daniel, a quien conoció por medio de Instagram, al parecer fue apasionada, pero presentaba varios altibajos emocionales.

A pesar de que habían realizado viajes a Ibiza y Segovia, lugares donde compartieron su pasión por los caballos que eran propiedad de Arrieta, al parecer se presentó una fricción entre los planes que tenía el cirujano y el estilo de vida que llevaba el español.

En el programa Fiesta de verano, el abogado de Sancho aceptó ante el juez que el asesinato de Arrieta había sido premeditado, y manifestó inclusive sentir temor por su vida y la de su familia, ya que allí afirmó que Arrieta mantenía conexiones mafiosas.

Pero la versión del abogado de Sancho es completamente opuesta con la imagen descrita por los amigos del colombiano, quienes han manifestado que el médico era un hombre sencillo, muy religioso y sobre todo muy devoto.

Y aunque su éxito como cirujano plástico era innegable, el hombre también gustaba de la actuación, llegando a participar además en una serie de televisión como descuartizador.

Edwin Arrieta era un médico especialista en operaciones de lipoescultura y abdominoplastia, las cuales alcanzaban un costo cercano a los 5.000 euros en Chile y en Colombia.

Un apoyo real

Por medio de un comunicado, la familia de Edwin Arrieta también pidió justicia para Sancho, luego del escándalo informativo que se ha desatado por este caso.

El abogado colombiano de la familia de Edwin Arrieta y uno de España emitieron un comunicado solicitando un “apoyo real a la familia”.

Esto se da luego que la Policía solicitara en una rueda de prensa la pena de muerte para el español.

Falta poco para que las autoridades den por finalizada la investigación en Tailandia, en donde el hijo del actor espera una respuesta ante el pedido policial.

Sufre de estrés

A pesar de haber confesado el crimen, y haber cometido tan brutal asesinato contra su pareja, hoy Daniel Sancho sufre de estrés.

El español continúa bajo arresto en la prisión de Koh Samui, y recibe tratamiento médico para controlar el estrés, y suplementos vitamínicos para mantener la calma.

El sindicado solo se encuentra a la espera de que se defina su suerte.