Policía de Ecuador asume control de la zona donde protestan indígenas en Quito

La Policía de Ecuador tomó el control total de la zona aledaña al Ágora de la Casa de la Cultura de Ecuador, en el centro de Quito, donde se refugian cientos de manifestantes indígenas que ahora temen un desalojo violento tras la declaración de un "toque de queda" en la capital ecuatoriana.

Cientos de policías se concentraron en las afueras del complejo cultural para resguardar el orden, en virtud de la determinación del presidente Lenín Moreno y que rige desde las 3:00 p.m. de este sábado en el centro metropolitano.

Además, se ha solicitado a los pocos manifestantes que quedaban allí que desalojen la zona, sin que se hayan producido incidentes.

También grupos de militares acudieron al lugar, que hasta antes de la vigencia del "toque de queda" era considerado como "zona de paz" y "corredor humanitario".

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El lugar se ha convertido en un escenario caótico por la dura huella que han dejado los fuertes enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad, especialmente violentos este sábado.

Mientras tanto, la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador, Conaie, advirtió sobre la posibilidad de un eventual desalojo de la gente que permanece en la Casa de la Cultura por parte de las fuerzas del orden.

"Gas lacrimógeno lanzado afecta al interior del Ágora de la Casa de la Cultura, inminente desalojo violento", escribió la Conaie en su cuenta de Twitter, en la que también colgó una fotografía del interior del recinto cubierto por una nube de gas.

Sin embargo, la ministra de Gobierno, María Paula Romo, descartó tal posibilidad, aunque dijo que en ese sitio también se debe respetar la vigencia del "toque de queda" que prohíbe la movilización de personas.

Por su parte, la Organización de las Naciones Unidas en Ecuador anunció que iniciará un contacto directo con dirigentes indígenas y otros actores para concretar los próximos pasos a fin de evitar la espiral de violencia que vive Ecuador.

El movimiento indígena, que encabeza las protestas contra las medidas económicas adoptadas por el Gobierno en cumplimiento de un acuerdo crediticio con el Fondo Monetario Internacional, declaró hoy que aceptaba el diálogo ofrecido por el Ejecutivo tras diez días de manifestaciones y disturbios en el país.

Los enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad han dejado al menos cuatro muertos, más de 900 heridos y más de mil detenidos desde el pasado 3 de octubre.

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