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Frente al puente Francisco de Paula Santander se hicieron comederos comunitarios para atender a los civiles. | Foto: EFE

VENEZUELA

Los dolorosos relatos de voluntarios que intentaron entrar ayuda a Venezuela

Cientos de venezolanos seguían ayer en la frontera con Colombia persuadiendo a las FF. MM. de dejar entrar la ayuda humanitaria.

24 de febrero de 2019 Por: Kendry Serrano / enviada especial a Cúcuta Colprensa<br>

Veinticuatro horas después de que el Gobierno de Nicolás Maduro impidiera el ingreso de cerca de 280 toneladas de ayuda humanitaria a Venezuela, para brindar alimentos y medicinas a miles de ciudadanos, continúan los enfrentamientos en los pasos fronterizos.

Ayer, a las diez de la mañana en el puente Francisco de Paula Santander, donde aún quedaban rastros de los camiones incinerados el sábado, decenas de ciudadanos se fueron agolpando para tratar de cruzar hacia el otro lado y reunirse con sus familias. Algunos de ellos, al tiempo que lanzaban piedras, invitaban a los policías que cuidan la frontera venezolana a que abandonen el Gobierno de Maduro y reconozcan a Juan Guaidó como su presidente legítimo.

“Ellos son los que nos dispararon. Ayer quemaron dos gandolas (tractomulas) de medicamentos y alimentos. Hoy estamos aquí porque somos de Venezuela y hemos intentado pasar, pero no hemos podido. Nos dicen que somos traidores a la Patria, pero necesitamos entrar y estamos desarmados”, dijo Yennis, una mujer que se enfrentó con la guardia de su país y prefirió no dar su nombre completo.

Yennis aseguró que pese a que la ayuda humanitaria fue nuevamente guardada en bodegas para que no se dañara, el pueblo seguirá luchando para que entre y las personas que la necesitan en el interior de su país puedan tenerla. Añadió que llegó desde hace más de ocho días a Colombia y no ha podido regresar por el cierre de la frontera. “Tengo la misma ropa desde ese día, pero al otro lado tengo mi bebé. Hablé con él y me está pidiendo una galleta y leche, pero no tengo como llevársela”.

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Sin embargo, ella espera que a Maduro le quede poco tiempo en el poder porque su gobierno ya fracasó y el pueblo quiere algo mejor. Aseguró que seguirán peleando mientras él sigue bailando sin importarle los cerca de 300 heridos ni los muertos que dejaron los enfrentamientos del sábado.

Yennis contó que es enfermera de profesión, pero renunció a su trabajo porque no podía seguir viendo cómo los niños se morían de hambre.
“Estamos tratando de liberar a nuestro país y por eso seguimos aquí en la frontera que une Colombia con Venezuela. Somos un pueblo rico, pero no tenemos libertad. Queremos encontrarnos con nuestras familias, que las tienen secuestradas el régimen de Maduro. Por eso nos están lanzando bombas de gases con pimienta que nos están haciendo daño”, agregó William José Valiente, uno de los hombres que se enfrentó con la guardia bolivariana.

De acuerdo con Valiente, al otro lado de la frontera también hay compatriotas que quieren que el país se reencuentre. Asegura que quieren la libertad de Venezuela y por lograr eso es capaz de seguir enfrentándose a las Fuerzas Armadas de su país solo con las piedras que recoja en el camino.

Mientras tanto, los uniformados venezolanos que custodian el paso fronterizo no cedieron un milímetro para dejar ingresar a los ciudadanos. Ni siquiera para permitir el paso de una mujer que perdió su bebé en una cesárea en Cúcuta y regresaba a enterrarlo en su país y a reencontrarse con su familia.

Los manifestantes, con megáfono en mano, encabezados por el diputado Fernando Flores, les gritaban con las manos en alto que la dejaran pasar, pero fue en vano.

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