España pide a la oposición siria que negocie con el régimen de al Ashad

el diplomático Gonzalo de Benito afirmó que es necesario que el regimen de al Asad dé paso a la democracia pero "sin prisas" para que puedan establecerse bases políticas sólidas.

El secretario de Estado de Exteriores de España, Gonzalo de Benito, emplazó hoy a la oposición siria a formar un frente unitario y una "alternativa viable" al presidente Bachar al Asad, porque no es posible construir un nuevo régimen democrático "desde la nada" y sin contar con todos los sirios, dijo.En una comparecencia ante la Comisión de Exteriores del Senado español, De Benito pidió que no se confunda la necesidad de que el régimen de Al Asad deje paso a la democracia con las "prisas" para que ese régimen caiga en poco tiempo pero sin unas bases políticas sólidas.El secretario de Estado explicó que en sus contactos con la oposición siria ha insistido en que los procesos de transición a la democracia son lentos, como demuestra el caso español, donde se tardaron tres años en aprobar una Constitución y tres años después se produjo incluso un intento de golpe de Estado.En este sentido, De Benito insistió del peligro de que una futura caída del régimen de Bachar al Asad derive en un proceso de liquidación de las Fuerzas Armadas afines al dictador, como sucedió en Irak, con el peligro de descomposición del Estado que ello supone.Tras lamentar el "enconamiento tremendo" y las duras condiciones del conflicto en Siria, así como la "frustración" que vive la comunidad internacional por esta situación, apostó por la "contención" y la "negociación polÍtica" con el Gobierno y la oposición en la búsqueda de una solución a la guerra civil que sufre el país.Hace dos semanas, el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, abogó por ser "tremendamente cautos" antes de decidir si se facilita armamento a los rebeldes sirios, porque no se conoce con exactitud la composición de la "guerrilla".La Conferencia de Amigos de Siria, celebrada en abril en Estambul, se cerró con un alejamiento de posiciones entre los rebeldes, que insisten en solicitar ayuda militar, y los paÍses occidentales y árabes, partidarios de buscar una salida polÍtica y negociada a la guerra en el paÍs.