El pais
SUSCRÍBETE

Inicio

Mundo

Artículo

¿Cómo se salta de Menudo a CNN?

Vea aquí la nueva cara de Xavier, ex estrella del grupo puertorriqueño y ahora analista financiero.

31 de marzo de 2011 Por: Paola Guevara | Reportera de El País

Vea aquí la nueva cara de Xavier, ex estrella del grupo puertorriqueño y ahora analista financiero.

Lo primero que sorprende al verlo es la enorme diferencia que existe entre el Xavi rubio y angelical por el que las fanáticas de Menudo suspiraban, y el Xavier adulto vestido de blazer, con la frondosa cabellera ya cubierta de canas, con el porte atlético reemplazado por una figura rolliza y con una hoja de vida en la que abundan las especializaciones y maestrías en economía y finanzas. Y cuando él empieza a explicar con propiedad las razones de la crisis inmobiliaria en Estados Unidos, las implicaciones del tsunami japonés en la economía global, o la situación política de Libia a la luz de los precios del petróleo, es tiempo de entender que los tiempos de ‘Súbete a mi moto’, definitivamente, quedaron en el recuerdo. La menuda pregunta que todos tenemos en la mente es ¿cómo se convierte una joven estrella pop en el prestigioso gurú financiero de uno de los canales más importantes de habla hispana? Acostumbrado a que le pregunten por su pasado, y con una naturalidad pasmosa, responde que –justamente- gracias a Menudo se interesó por los negocios. “A los 12 años yo ganaba mucho dinero por cuenta de la música. Mis padres estaban separados y mi madre contrató a un asesor financiero que manejara mis ingresos, pero este personaje empezó a especular en el mercado accionario. Compraba y vendía a su acomodo, siempre obteniendo una jugosa comisión y fue culpable del despilfarro de buena parte de mi dinero”, dice Xavier sin disimular el malestar que aún le ocasiona desempolvar estos recuerdos. Tuvo que esperar a tener 18 años para hacerse cargo del desastre que este mal asesor había ocasionado, y por el que perdió miles de dólares, “más de 60% del dinero que gané con Menudo”, calcula. La suma era irrecuperable, pero se dedicó a desenredar la madeja de malos negocios para comprender dónde estuvieron los errores y dónde fue a parar su dinero.En esas andaba cuando descubrió que el tema de los negocios le apasionaba, y a los 24 años decidió dejar las coreografías por la economía. “No quiero que a nadie le pase lo mismo, que tenga que perder su dinero por desinformación, por ignorancia o por confiar en gente sin escrúpulos, por eso creo que es tan importante mi trabajo actual, pues consiste en explicarle a la gente normal, a la gente del común, cómo lo afectan las decisiones de su gobierno, cómo lo afecta la situación internacional, cómo ser más prósperos y tener una vida mejor”, dice.Asegura que el mundo de los negocios es como el cuento de Caperucita Roja. “Uno puede ser Caperucita, la ingenua víctima de las circunstancias; o puede ser el lobo, que explota a los demás y solo busca la ocasión para robar. Yo prefiero ser el cazador, que es bueno porque ayuda a Caperucita, pero tiene un hacha en la mano para descabezar al lobo cuando aparezca. Y el hacha es el conocimiento”.Agrega que haber pasado por Menudo no le ha hecho perder credibilidad ante la gente. Por el contrario, como presentador de CNN le viene como anillo al dedo su experiencia con el público, su dominio escénico, su manejo de la voz y la respiración, y tantas otras lecciones que aprendió temprano en la vida, cuando los futuros periodistas financieros estaban interesados en saltar el lazo y montar bicicleta. Aún hay quien lo detiene en la calle para preguntarle si el color de pelo que tenía en Menudo era rubio natural u oxigenado, a lo que él responde con paciencia que sí era rubio, “pero cuando mi pelo empezó a oscurecer me lo teñían de amarillo encendido porque se suponía que el grupo debía tener un rubio”. Cuando habla de su pasado, nada lo sonroja. Nada, salvo una palabra: Colombia. Al hacerle recordar sus conciertos en nuestro país, sonríe de medio lado y su mirada se llena de picardía, “bueno, en Colombia estuve varias veces con Menudo… pero las experiencias que tuve… no son publicables, son reserva del sumario”, dice. Por lo visto, no se portó como Caperucita, sino como el lobo. Xavier, que no tiene hijos pero está casado, dice que la regla de oro que aplica en sus finanzas personales se la dio un anciano multimillonario que entrevistó alguna vez. “Le pregunté cómo se había hecho rico, y me respondió que aplicando la moraleja de la liebre y la tortuga. Hay que aprender a construir la riqueza, paso a paso, sin prisa pero sin pausa, nunca tomando decisiones con impulsividad, pero tampoco quedándose dormido”. El que quiera más consejos, que sintonice su programa y, de paso, recuerde viejos tiempos y viejas canciones.

AHORA EN Mundo