Las pandillas tienen cercado al Distrito de Aguablanca
En este sector del oriente de Cali hay 33 grupos identificados, muchos de ellos conformados por menores de edad. Se rumora vínculos con Farc y bacrim.
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3 de oct de 2011, 12:00 a. m.
Actualizado el 18 de abr de 2023, 03:08 p. m.
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En este sector del oriente de Cali hay 33 grupos identificados, muchos de ellos conformados por menores de edad. Se rumora vínculos con Farc y bacrim.
Le dicen Pocholo, tiene 12 años y le falta el ojo izquierdo. Un día, hace tres años, lo golpearon en la cara con el reverso de una pistola. El impacto le dejó los huesos como puré y arruinó su visión. Los médicos nada pudieron hacer.Cuando lo atacaron iba en bicicleta. Había fumado marihuana todo el día y se había tomado dos pastillas conocidas en la calle como R, un medicamento para esquizofrénicos que en las esquinas de Cali se comercializa a mil pesos el par. Iba tan drogado que no se percató de que estaba cruzando una frontera invisible en el barrio Mojica 3, en el distrito de Aguablanca, al oriente de la ciudad.No vio venir el cachazo. Quién sabe quien lo golpeó. Sólo recuerda haber quedado ciego por la sangre, haberse montado a su bicicleta después de haber besado el suelo y haber pedaleado a su casa medio inconsciente por el impacto.Cuando se recuperó, sus amigos del barrio le preguntaron qué había pasado y él les contó. Días después uno de los hombres que hacían parte de la pandilla que supuestamente lo atacó por haber entrado en su terreno, apareció muerto por múltiples cuchilladas en el cuerpo. Fue ojo por ojo. Diente por diente. La ley de las pandillas.Otra guerra, los mismos muertosAunque la disputa por las llamadas fronteras invisibles sigue siendo la principal causa de la guerra que existe entre las 103 pandillas identificadas en Cali, según un censo de 2009 del Observatorio Social de la Alcaldía de Cali, quienes están dentro de este sórdido mundo dicen que la lucha también es por el control del microtráfico de droga. La problemática se ha agravado principalmente en el Distrito de Aguablanca en donde están ubicadas 33 de esas agrupaciones, porque, según un investigador del CTI, ya no se está comercializando solamente marihuana sino también drogas duras como cocaína, heroína y éxtasis en mayores cantidades que años atrás.Un líder comunitario del sector explica que las cada vez más estrechas relaciones entre pandillas de criminales comunes y parches de jóvenes de estratos altos ha impulsado ese comercio ilegal, ya que el surtido de drogas no es únicamente para el distrito sino para barrios del Sur, del Norte y del Oeste de la ciudad.Los parches de pelados bien (Contra y Alianza) se han acercado a pandillas de Aguablanca para que los respalden a la hora de una pelea, para que les ayuden a conseguir armas y también drogas. Por eso hay más demanda y la oferta se hace más variada, dice el líder comunitario.Miembros de la Policía añaden que a diario se captura un promedio de 20 personas que tienen en sus manos algún tipo de alucinógeno. La base de coca y la heroína se han hecho casi tan comunes como la marihuana, revelan.Antes peleaban por territorios. Como todo era invasión, defendían sus espacios a fuego porque necesitaban espacio para construir casas, pero ahora se sumó el hecho de que tienen clientes fijos y rutas para sacar la droga. Si alguien se pasa a su territorio a vender, surge la violencia de pandillas, dice el uniformado.Las zonas más afectadas por esta situación en Aguablanca son las comunas 13, 14 y 15. Los barrios con mayores problemáticas son Mojica y Mariano Ramos.Un oficial de la Policía que prefirió mantener su identidad en reserva, dice que los muertos siguen siendo los mismos de siempre: los más jóvenes. En lo que va corrido del 2011, 138 de ellos han sido víctimas de hechos de violencia, pero sería mentira decir que todos los casos están relacionados con pandillismo.Los más chicos juegan a matarse porque así se criaron. Han visto a sus hermanos, a sus papás, a sus tíos pelear con otros siempre y ellos no conocen otra idea.Según datos de la Alcaldía, en Cali hay al menos 20.000 jóvenes entre los 10 y los 15 años en situación de vulnerabilidad. Es decir que no utilizan su tiempo libre en ir al colegio o en actividades lúdicas, y son susceptibles de consumir drogas y ser reclutados por grupos de pandillas. Entre esos niños, seguro estaba Pocholo, sin estudios y experto solamente en el manejo de armas a los 12 años. Alianzas de miedoOtra problemática que afecta a Aguablanca es la presencia de miembros de la guerrilla, grupos paramilitares y bandas criminales en el sector.Candela, un tipo alto y delgado como una guadua, con una cicatriz que le atraviesa el estómago desde el ombligo hasta la altura del pecho, dice que hace dos años sirvió de escolta a un jefe guerrillero que venía desde Buenaventura huyendo de las autoridades.El hombre le ofreció dos millones de pesos para que lo escondiera en un cambuche en los alrededores de la Laguna del Pondaje por un mes. Candela aceptó el dinero y lo repartió con dos de sus más cercanos amigos. Pero, el guerrillero no llegó solo. Candela dice que se apareció con tres hombres más que formaban problema cada vez que se emborrachaban y hacían disparos al aire, diciendo que eran de las Farc, lo que pone a todos en estado de alerta.Un policía que patrulla la zona asegura que por Aguablanca se pasean miembros de los Rastrojos requeridos por la ley. Se camuflan entre las pandillas y algunos las usan para el cuidado y transporte de drogas, municiones y material de guerra.El uniformado cuenta que el mes pasado encontraron, en un taxi que se movilizaba por el barrio El Poblado, seis barras de pentonita y un balde lleno de metralla, al parecer, propiedad de Los Rastrojos. El material tenía un poder de destruir cualquier cosa en un radio de cien metros. Candela dice que ha oído de entrenamientos entre grupos armados y pandilleros, pero insiste en que sólo es un rumor. La Policía tampoco lo confirma.Un líder del sector dice que las relaciones entre algunos habitantes de Aguablanca y grupos armados existen debido a que muchos de quienes viven en esa zona vienen de Buenaventura, Nariño y Chocó, donde hay presencia de grupos armados y cargan un estigma. Aún si no es verdad que existen esas alianzas directas, lo cierto es que la violencia de pandillas sigue y seguirá siendo siendo un problema real en todas las comunas de Aguablanca.Nuevas generacionesSegún las autoridades, en el Distrito de Aguablanca hay 33 pandillas plenamente identificadas. Una de las más numerosas es la de Los Indios, que según datos oficiales puede contar con hasta 25 miembros activos que delinquen desde hace aproximadamente 16 años. Su zona de influencia es la Comuna 13.La Policía de Infancia y Adolescencia de la ciudad reveló que existe una nueva generación de menores de edad que no superan los 15 años y que están dedicados al hurto en Marroquín. Se hacen llamar Favelas y manejan principalmente armas blancas.En la Comuna 15 están Los de la Virgen; y en la Comuna 14, El Polvero, que se enfrentan continuamente por el control de territorios.En el barrio Antonio Nariño hay presencia de El Caguán, que supuestamente tiene en sus filas miembros desmovilizados de la guerrilla de las Farc.
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