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Exclusivo: lo que hay detrás de las muertes de modelos colombianas en México

¿Hay lazos comunes entre los casos de cuatro colombianas que perdieron la vida violentamente en ese país? El País lo averiguó.

4 de diciembre de 2016 Por: Redacción de El País

¿Hay lazos comunes entre los casos de cuatro colombianas que perdieron la vida violentamente en ese país? El País lo averiguó.

La madrugada del 30 de julio pasado, la Policía de México encontró en plena calle Miami, colonia Nápoles del D.F., el cuerpo desnudo de una jovencita rubia, 1,68 de estatura, labios pronunciados, belleza evidente, que luego identificarían como Stephanie Magón, 23 años, modelo, colombiana. 

Ese mismo día, hacia las 7:44 a.m., hora mexicana, la Procuraduría de México dijo a través de su twitter oficial que el cuerpo presentaba diversos golpes en cráneo y mandíbula. Al día siguiente la información sobre las huellas de golpes se repitió en un tweet de las 2:21 p.m. El 3 de agosto, sin embargo, el mismo organismo mexicano trinó que en el cuerpo no se encontraron evidencias que indicaran la aplicación de algún tipo de fuerza y que los signos de golpes habían sido producto de la caída de Stephanie de un quinto piso, altura a la que estaba la habitación en la que vivía. 

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Días después otras informaciones empezaron a ser entregadas tanto por medios colombianos como mexicanos: la jovencita había llegado a trabajar como modelo a la agencia del D.F. llamada New Icon y en Cali había trabajado con la agencia caleña M&P. Había volado a dicho  país en marzo y la noche previa a su muerte había estado en una fiesta en el bar Foro Normandía, centro de la ciudad, desde donde llegó con varios amigos a su casa. Horas después fue hallado su cuerpo sin vida. 

Con el curso de las semanas, la Procuraduría mexicana afirmó que Stephanie trabajaba como edecán (término mexicano para designar la expresión colombiana 'damas de compañía', es decir, prostitutas) y que la noche anterior a su muerte había consumido éxtasis, lo que podría explicar su caída desde el apartamento. Estaba ebria. Y drogada.

La muerte fue declarada suicidio, a pesar de las grietas en la investigación. La primera, la más obvia, eran las señales de golpes en el rostro de Stephanie que la propia Procuraduría había encontrado y que hizo al magistrado del Tribunal Superior de la capital de México, Edgar Elías Azar, afirmar que se trataba de un feminicidio. La segunda: el lugar en que hallaron el cuerpo distaba 5.3 metros de la base del edificio, lo que a primera vista sugería más un salto o un empujón que una mera caída. Por otro lado, nunca se pudo explicar qué pasó con las personas que acompañaron a Stephanie después de salir del bar así como tampoco qué hacía la jovencita en ese establecimiento en donde, de acuerdo con fuentes mexicanas, se ejerce la prostitución a muy altos niveles. 

Hasta ahora el caso es manejado como un suicidio, a pesar de que periodistas y organizaciones por la defensa de los derechos de la mujer en México y Colombia piden investigaciones más serias. 

Stephanie tenía una deuda de 48 mil pesos mexicanos (alrededor de $7 millones) con la agencia por concepto de tiquete, papeleos y hospedaje.

Las preguntas, por supuesto, no cesan: si Stephanie había firmado un contrato con la agencia New Icon, como lo confirmó a varios medios el mánager de la organización, ¿por qué fue tachada de prostituta? ¿Por qué estaba en un bar en el que se ejerce la prostitución? Si sus familiares e incluso el encargado de la agencia de modelos caleña M&P sostuvieron que no era drogadicta y que, de hecho, era una mujer enfocada en su carrera, responsable, que no consumía licor, ¿por qué estaba drogada aquel día en México? ¿Por qué se cambió la versión inicial de los signos de violencia y de un presunto feminicidio? 

El caso de Stephanie necesariamante conduce a otros: el 31 de julio de 2015 fue asesinada, también  en  México D.F. Mile Virgina Martín,  colombiana de 26 años que había llegado a ese país  como modelo y que, dijeron las autoridades de México, ejercía como 'edecán'. En marzo de 2012 la cantante y modelo manizalita Diana Alejandra Pulido murió, según las autoridades, luego de caer de un séptimo piso de un edificio en la colonia Lomas de Sotelo, también en el Distrito Federal. Diana, dijo la Policía, horas antes de caer por la ventana de su edificio había estado en un bar con un amigo. En agosto de este año, Sara Ramírez Bonilla, caleña de 22 años, quien no era modelo y se encontraba de vacaciones en Cancún, también murió luego de caer de un quinto piso en un hotel de la ciudad, según dijeron las  autoridades.

¿Cómo explicar las coincidencias en cada uno de estos casos? ¿Cómo explicar las supuestas tendencias suicidas de cada una de esas mujeres que, por lo demás, habrían decidido un suicidio semejante? ¿Qué elementos de cada una de las historias permanecen  en la oscuridad?

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México, ¿lindo y querido?

La muerte de Stephanie Magón, a despecho de todas las incógnitas alrededor del caso, revela  un oscuro entramado al interior del mundo del modelaje en Cali en el que se confunden sueños  con drogas, prostitución, trata de personas y muertes. 

Stephanie, como lo aclaró Mario Castro, responsable de la agencia de modelos M&P de Cali, había firmado un contrato con la agencia de modelaje New Icon de México para trabajar en catálogos y publicidad. La joven llevaba un año y medio como modelo en Cali y en un casting realizado por Pablo Anton, responsable de la agencia mexicana, fue escogida para viajar a ese país. 

“Como ella era 1,68 de estatura, su proyección era sobre todo los catálogos y la publicidad, no la pasarela. Ella firmó un contrato por un año en el que la agencia mexicana se comprometía a darle 7 castings diarios para que consiguiera un contrato como imagen publicitaria”, afirmó Mario Castro, quien aclaró también que entre las condiciones del viaje estaba que la agencia mexicana le pagaría el tiquete de ida y el hospedaje, y descontaría el dinero en la medida en que la modelo recibiera contratos. 

De acuerdo con testimonios de varias modelos caleñas, algunas de ellas conocidas de Stephanie, es justamente este tipo de condiciones las que empiezan a ser usadas para conducir a las modelos a prácticas como la prostitución. “Lo que sucede es que uno debe pagar la plata que ellos invierten, pero si no te contratan luego de que haces los castings, las agencias empiezan a presionar y allí es que siempre aparece alguien a ofrecerte otro tipo de actividad, que puede ir desde trabajar en chats calientes hasta prostituirte”, dijo una de ellas a condición de mantener su nombre bajo reserva. 

Es una forma soterrada de inducción a la prostitución practicada por agencias de modelaje que ya ha sido estudiada y denunciada por organismos como la Organización Internacional para las Migraciones de la ONU y por fiscalías locales, pero que perdura debido a sus propias características. “Una agencia que hace eso no incurre en un delito, porque no retiene pasaporte de las mujeres ni las obliga. Pero evidentemente, allí hay una situación de vulnerabilidad de la víctima que es propiciada por la agencia y aprovechada por personas sin escrúpulos”, dice un informe de la ONU publicado en junio de este año.

Pablo Antón, mánager de la agencia New Icon de México D.F., se negó en varias oportunidades a hablar con El País sobre la muerte de Stephanie y las condiciones en que trabajó para su agencia. 

Testimonios de modelos caleñas afirman que México, Guatemala, Costa Rica y Ecuador se han convertido en algunos de los países en los cuales el fenómeno se presenta con mayor fuerza. En Guatemala, según una modelo colombiana que ha trabajado allí, una de las agencias que vincula a colombianas se llama Level Group y firma contratos para que las modelos trabajen en protocolo para marcas prestigiosas  de cerveza y gaseosas. Las modelos ganan 1100 dólares por cada 80 horas de trabajo. “Pero el tema de prostitución está en el aire. Yo no puedo decir que la agencia maneje directamente eso, pero es muy raro que a uno lo empiecen a contactar inmediatamente para ofrecerle 'trabajos' como dama acompañante de ejecutivos y gente adinerada. Por supuesto, mucha gente lo hace”, dice otra modelo que pidió la reserva de su nombre.  

Valeria Guarán, modelo caleña de 24 años, murió precisamente en las playas de Santa Rosa, Guatemala, en agosto de este año. Valeria se encontraba, de acuerdo con su familia, de vacaciones en ese país en donde ya había trabajado como modelo. Las autoridades sostienen que conducía una cuatrimoto y cayó a un acantilado luego de perder el control del vehículo. “Puede ser, pero yo desconfío de esa versión así como desconfío de la de Stephanie. En México y Guatemala ocurre que si un hombre adinerado quiere acostarse con vos, te busca y te molesta y te presiona y, si no lo haces, no es raro que te haga asesinar”. 

Probablemente esa sea el caso de Sara Ramírez Bonilla, caleña de 22 años que había viajado a Cancún de vacaciones. Sara se encontraba con su novio en el hotel Villas del Palmar.  Según narró el joven, la mujer bajó al lobby a esperar que él se bañara y se arreglara para una salida. Luego de bajar, no encontrarla y buscarla por todo el hotel, el novio decidió llamar a la Policía. Una vez llegaron, los uniformados lo encerraron en una habitación durante dos horas y lo obligaron a pagar 5000 dólares para que lo dejaran salir. Luego de estar libre de nuevo se encontró con el cadáver de Sara a la entrada del hotel.   

Para Yarima Merchán, una activista colombiana que vive en México y hace parte del colectivo 'Me Muevo por Colombia', en cada una de esas muertes hay un fondo común de corrupción, violencia, engaño y abuso a las mujeres colombianas. El grupo ‘Me Muevo por Colombia’ realiza, en contacto con abogados, indagaciones independientes sobre los casos de homicidios, desapariciones y trata de personas que involucran a colombianos como víctimas en México.

“Aquí la violación de Derechos Humanos es muy grave. Pero te hablo solo de los casos en los cuales los colombianos son víctimas. Nosotros como colectivo tenemos documentados 1600 casos de desapariciones, homicidios, feminicidios y violaciones de derechos humanos a colombianos en este país. En la embajada de Colombia en México en este momento figuran 68 casos de desapariciones de colombianos”, dice Yarima. “¿Quién está investigando eso? Nadie. Las muertes de mujeres todas las pasan por suicidios o construyen una narrativa justificadora del hecho diciendo que  era prostituta o trabajaba con drogas. Lo que no investigan es que la trata de personas en México ligada al modelaje es gigante y las colombianas, por ser mujeres muy bonitas, son de las más apetecidas. Las autoridades colombianas no están haciendo nada al respecto”, sentencia Yarima.   

Teresa Ulloa, directora de la Coalición Regional contra el tráfico de Mujeres en América Latina, una organización internacional que investiga el tema, reveló que desde 2010 se ha registrado un aumento de los casos de trata de personas en México y que el modelaje se ha perfilado como una de las formas más usadas para cometer el delito. “Les ofrecen ser bailarinas o modelos aquí en México con sueldos muy altos. Les pagan sus tiquetes y el valor de todas las vueltas de papeleo y cuando llegan a la ciudad las presionan para que paguen lo invertido a través, precisamente, de trabajos sexuales”, dice Ulloa. 

Desde 2013, año en que se creó en México la Fiscalía para la Trata de Personas, el organismo ha rescatado a 101 extranjeras en Ciudad de México. “Estamos hablando del rescate de colombianas, venezolanas, dominicanas, argentinas”, dijo Juana Camila Bautista, funcionaria de esa Fiscalía. 

Los rescates se han realizado en barrios como colonia Roma, Del Valle, Condesa, Narvarte y Nápoles. Estos dos últimos fueron los barrios en los que vivían Mile Virginia y Stephanie Magón. 

Los casos

Stephanie Magón. Había empezado en el modelaje a principios de 2015. Medicina Legal determinó que estaba drogada antes de su muerte, pero no se ha investigado cómo llegó la droga a su cuerpo, si la tomó por voluntad o no. A primera vista, según dicen  otras modelos y autoridades mexicanas, no es razonable que Stephanie estuviera viviendo en un barrio en el que ya habían encontrado a varias mujeres víctima de trata de personas. Las autoridades mexicanas no han informado si encontraron entre las pertenencias de Stephanie sus documentos de identificación.

Masacre en colonia Narvarte. Uno de los casos más mediáticos en México fue el de Mile Virginia Martín, quien fue asesinada junto al periodista Rubén Espinosa, a la defensora de DD. HH., Nadia Pérez, a la sobrina del exgobernador de Michoacán, Yesenia Quiroz y a Olivia Alejandra Negrete. Las investigaciones han demostrado que todas las víctimas sufrieron algún tipo de tortura pero fue sobre Mile sobre quien se ensañaron más los asesinos. Fue violada, empalada y al final recibió un tiro de gracia en su cabeza. Las autoridades mexicanas han sostenido que hacía parte de una organización delincuencial.

Diana Alejandra Pulido. Había viajado a México como modelo y cantante con el objetivo de iniciar una carrera artística junto a una disquera mexicana. El cinco de julio de 2012, de acuerdo con las autoridades mexicanas, Diana Alejandra llegó hasta el apartamento de Jorge Julio Jiménez, un mexicano al que había conocido días antes. Al parecer, ambos estaban bajo efectos del alcohol. Diana cayó del apartamento de Jiménez, ubicado en el piso 7. El caso fue declarado suicidio, sin embargo,  el embajador de Colombia en México sostuvo  que fue un homicidio.

El accidente de Valeria. Según sus familiares, Valeria Guarán viajó a Guatemala de vacaciones. Murió el lunes 29 de agosto de este año luego de, dijeron las autoridades guatemaltecas, caer al mar por un acantilado. Modelos caleñas que conocieron a Valeria sostienen que ya había trabajado como modelo en ese país. “Se trata de una muerte muy extraña. Nosotros no creemos la versión oficial. En Guatemala la situación de las modelos es tan compleja como en México, muchos hombres se quieren vengar de uno si uno no accede a acostarse con ellos”, dijo una modelo caleña que ha trabajado allí.

En Guatemala los contratos para las modelos no exceden los tres meses. Después de ese tiempo, las modelos regresan a su país y luego pueden regresar.

Amenazas a amigas de Stephanie

El País intentó hablar con el esposo de Stephanie Magón pero este se negó a dar declaraciones sobre la muerte de la modelo, así como otras modelos contactadas. Sin embargo, varias de la que accedieron a dar sus testimonios, manifestaron haber recibido amenazas e insultos por parte de desconocidos, luego de publicar en sus redes sociales las noticias de la muerte de Stephanie. 

A una de ellas un hombre, desde lo que sería un perfil falso, le escribió un mensaje diciéndole que si seguía “haciendo bulla” ella podría ser la siguiente en morir. 

Otra manifestó que desde un perfil de México otro hombre le escribió que se sentía feliz de “que mataran putas colombianas”. Ninguna quiso denunciar los hechos. 

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