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Clan del Golfo | Foto: AFP

CESE AL FUEGO

El Clan del Golfo: cocaína, oro y un obstáculo para la paz en Colombia

La organización criminal desafió los intentos de paz del primer Gobierno y volvió a quedar en la mira de una cacería oficial contra la cocaína y la minería ilegal.

22 de marzo de 2023 Por: Agencia AFP

Unos 3.000 militantes integran el Clan del Golfo, la banda narco más poderosa de Colombia. De origen paramilitar, la organización desafió los intentos de paz del primer gobierno de izquierda del país y volvió a quedar en la mira de una cacería oficial contra la cocaína y la minería ilegal.

La organización que lideró alias Otoniel, el capo extraditado a Estados Unidos el año pasado, es también conocida como Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) y Urabeños.

Sus tentáculos se extienden a 25 de los 32 los departamentos del país, donde se disputan a sangre y fuego las rutas del narcotráfico y otros negocios ilegales.

A continuación, algunas claves para entender al poderoso ejército mafioso que se apartó de las políticas de paz del presidente Gustavo Petro.

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Más que narcos

El Clan del Golfo surgió de las cenizas de grupos paramilitares de extrema derecha desmovilizados en 2006 que sembraron terror en los años noventa con su lucha antiguerrillera.

Dairo Antonio Úsuga "Otoniel", su último jefe, fue detenido en 2021 en una megaoperación militar y policial.

Al año siguiente fue extraditado a Estados Unidos en medio de una violenta arremetida de venganza que dejó una veintena de policías muertos.

Según cálculos oficiales, el Clan del Golfo trafica al exterior unas 700 toneladas de cocaína anuales.

También se lucra de la minería ilegal que deforesta y libera enormes cantidades de mercurio en el medio ambiente.

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El gobierno sostiene que el clan está detrás de las violentas protestas de mineros de oro que sacuden al noroeste del país desde comienzos de marzo.

Los operativos de la fuerza pública para destruir las dragas mineras con explosivos desataron una ola de manifestaciones y cortes de ruta que dejan al menos dos muertos y varios ataques contra edificios gubernamentales en la región del Bajo Cauca.

Petro acusa al clan de "instrumentalizar" a los pobladores, lavar dinero del narcotráfico con el comercio de oro y romper el cese al fuego durante el llamado "paro minero". Lo anterior detonó el fin de la tregua en curso.

¿Sucesor?

A comienzos de marzo, uno de los herederos de Otoniel apareció muerto en una carretera del noroeste del país, en medio de disputas por el mando de la organización.

Según inteligencia, alias Siopas habría sido asesinado por sus socios debido a rivalidades con Chiquito Malo, otro cabecilla llamado a suceder al extraditado capo.

Siopas no veía con buenos ojos la oferta de sometimiento a la justicia planteada por el gobierno a diferencia de Chiquito Malo, de acuerdo a la versión filtrada a los medios.

El Congreso discute un proyecto de ley del gobierno que ofrece beneficios a los narcos que desmantelen sus organizaciones, como penas reducidas de entre seis y ocho años de prisión y la posibilidad de conservar hasta un 6% de su patrimonio ilícito.

El Clan del Golfo se lucra además de la extorsión y controla el paso de migrantes por el peligroso Tapón del Darién, en la frontera con Panamá.

En ocasiones, la banda terceriza estas actividades a través de pandillas locales, según el centro de estudios Indepaz.

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Veteranos de guerra

Algunos de los integrantes del Clan ya habían pasado por el proceso de paz de 2006 con el expresidente de derecha Álvaro Uribe (2002-2010) y un intento fallido con su sucesor, Juan Manuel Santos (2010-2018).

Otros como Otoniel y Siopas eran guerrilleros curtidos que firmaron la paz militando en grupos de izquierda y luego pasaron a combatir la insurgencia desde el clan.

La iniciativa del gobierno para desmantelar el narcotráfico en el país que más cocaína produce en el mundo chocó con una banda habituada a darle la espalda a los procesos de paz.

Aparte del Clan, la fuerza pública también enfrenta a la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) con la que el gobierno mantiene negociaciones de paz y está en tregua con rebeldes que se apartaron del histórico acuerdo firmado con las FARC en 2016.

El conflicto interno colombiano persiste y deja más de 9 millones de víctimas en medio siglo.

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