El pais
SUSCRÍBETE
Laboratorios como este han sido desmantelados en zona rural de Jamundí. “El Naya tiene una influencia grande porque hay corredores extensos que llevan hacia el Pacífico, por ahí traen insumos y sacan armas, municiones y droga”, según el Ejército. | Foto: Cortesía para El País

FARC

Disidentes de las Farc estarían detrás de inseguridad y terror en Jamundí

El sustento de los exFarc es el narcotráfico. Ya hay sembradas más de 100 hectáreas de hoja de coca.

15 de octubre de 2017 Por: Redacción de El País

En la zona rural de Jamundí la gente no habla, tiene miedo. Todas las personas que viajan hacia allá están vigiladas. Dicen, los que frecuentan los caminos rurales que conducen a Villacolombia, San Antonio, San Vicente, La Liberia, Puente Vélez y La Estrella, que el miedo es tal que nadie habla por celular sobre lo que se está viviendo en la montaña.

La razón, según versiones de ciudadanos, existe el temor de que las líneas estén ‘chuzadas’ por los delincuentes que estarían cobrando extorsiones semanalmente al transporte de la zona, sea turístico o de servicio. Entre las víctimas estarían conductores que llevan las pipas de gas, quienes deben pagar, aproximadamente, $200.000 o los tenderos que tendrían que cancelar hasta $100.000.

Lea aquí: 'Desmantelan laboratorio donde se procesaba cocaína en zona rural de Jamundí'.

Los que mandan, dicen fuentes militares, son disidentes de las Farc que conformaron un grupo con hombres que hicieron parte de la extinta Compañía Ambrosio González (del Sexto Frente) y el Frente Urbano Manuel Cepedas Vargas, este último encargado de manejar las redes de apoyo al terrorismo que la antigua guerrilla tenía en Cali y Jamundí.

Este grupo armado está comandado por ‘El Enano’ y ‘El Burro’ (ambos exFarc), que junto a ‘El Paisa’ (un pequeño narco que manejaría los cultivos de coca), estarían sembrando el miedo entre la población, relatan las fuentes.

El secuestro del comerciante Guillermo Moncada Bustamante, de 51 años, liberado el 28 de septiembre pasado en Villacolombia, fue el campanazo de alerta para que las autoridades anunciaran una intervención militar y policial en la zona. El Ejército, ahora, tiene más de 200 hombres distribuidos en varios frentes, la Policía acompaña con más de 100.

Sin embargo, el grupo armado estaría ordenando que después de las 6:00 p.m. ningún vehículo transite por algunos caminos rurales, dicen personas que frecuentan el lugar. Los ciclistas, en algunos casos, son obligados a devolverse, les apuntan con armas de fuego, insisten.

Detrás del rapto de Moncada Bustamante, expresan fuentes oficiales, quedó evidenciado que estaban los disidentes de las Farc que, además, han hecho alianzas con delincuencia común que opera en el casco urbano de Jamundí, donde al menos hay cuatro bandas reconocidas, una de ellas ‘Los Cabezones’.

Los formados en las filas farianas viven del narcotráfico (pequeños capos le pagan a ellos para pasar la droga), las extorsiones y la ‘venta’ de secuestrados, esta última forma de ingreso sería nueva y funcionaría así: los delincuentes del común raptan a una persona, la llevan a la parte media de la zona rural para entregarla a la disidencia.

Después de esto, pasan el secuestrado por la montaña hacia el Naya (territorio compartido por Valle y Cauca) para ser ‘comprado’ por el ELN por $20 millones o $25 millones, estos ya son los que piden el rescate millonario a los familiares, el cual podría superar los $300 millones. Sin embargo, las autoridades todavía no tienen registro de un caso con estas características.

Una fuente, que frecuenta la zona y que ha sido objeto de intentos de extorsión por estos delincuentes, le explicó a El País la raíz del problema en la zona rural de Jamundí.

Lea también: 'Abatido alias Cusumbo, cabecilla de banda criminal del Pacífico'.

El hombre, que conoce muy de cerca las trochas que conectan el sur del Valle con el norte del Cauca, dice que todo surgió en el vecino departamento, histórico fortín de la antigua Farc.

“El grupo nació bajo el mando de alias El Negro Simón (muerto en junio en Suárez) y a quien lo siguieron ‘El Enano’ y ‘El Burro’. Ese puñado hoy ya son 120 hombres, aproximadamente, de los cuales 25 están en zona rural de Jamundí (ver mapa anexo), los demás se mueven para el lado caucano donde opera el ELN”, relata.

Los disidentes andan en grupos pequeños, de tres o cuatro, y visten de civil. Se estarían movilizando en motocicletas robadas. Mientras tanto, ‘El Paisa’ junto a sus escoltas se moviliza en una camioneta Dimax. Una fuente expresa que el hombre viste de civil como los exguerrilleros, mientras otra dice que luce siempre de negro con botas pantaneras. Dicen que frecuenta mucho la zona de Villacolombia.

Esta persona, cuenta el visitante de estos territorios, habría asumido el poder de los cultivos ilícitos en la zona luego del asesinato de dos hombres, con armas largas y cortas, ocurrido en agosto pasado en Villacolombia.

Un militar que participó en el operativo de liberación del comerciante afirmó que al menos 30 laboratorios pudo contar en la zona donde fue dejado Moncada Bustamante, en jurisdicción de dicha zona rural.

La coca, el ‘billete’ de la disidencia

En estos momentos, según información del comandante de la Tercera Brigada del Ejército, coronel Pablo José Blanco, hay más de 100 hectáreas de cultivos de coca sembradas en la parte alta de Jamundí, donde a la fecha se han desmantelado cuatro laboratorios para el procesamiento de la pasta de coca.

“Para nadie es un secreto que hay unos cultivos de coca, que en estos momentos estamos verificando cuántas hectáreas exactas son y qué cantidad de insumos químicos para el procesamiento de la droga se están pasando”, afirmó Blanco.

El Coronel indicó que junto a la Policía y el CTI de la Fiscalía están trabajando desde el corredor de la zona rural de Jamundí hasta Suárez y Buenos Aires, Cauca, donde todavía tiene injerencia la Tercera Brigada, con sede en Cali.

Villacolombia y sus alrededores siempre han tenido la influencia del narcotráfico por la cercanía con la cuenca del río Naya para sacar la droga hacia el Pacífico.

“Si recordamos un poco la historia de las Farc, ellos estuvieron presentes en todo ese corredor de los Farallones e incluso el casco urbano de Jamundí y Cali, en Valle. El grupo que delinque ahora en la zona rural fue una unión entre ‘El Enano’, quien fue cabecilla del Frente Urbano Manuel Cepeda Vargas y manejaba redes de apoyo al terrorismo; y ‘El Burro’, quien hizo parte del Sexto Frente con la Compañía Ambrosio González”, acotó el Comandante.

‘El Burro’, confirmó el coronel Blanco, había sido detenido en 2014 por tropas del Ejército. En ese momento pesaba en su contra una orden de captura por concierto para delinquir con fines de terrorismo y rebelión. Sin embargo, por razones que el militar dijo desconocer, quedó en libertad.

“Hay una recompensa por cada uno de estos sujetos que sobrepasa los $20 millones. Hay trabajos de inteligencia en curso y vamos tras de ellos, van a caer más adelante porque si no se someten a la justicia van a terminar como los bandidos”, advirtió el Comandante.

La principal financiación del reducto de los exFarc sería el pago por permitir el paso de droga. Las autoridades estiman que son más de $50 millones por cada cargamento, que puede oscilar entre los 100 y 200 kilos de cocaína y de 200 a 500 kilos de marihuana.

A los moradores “les pueden llegar a ofrecer $10 millones por alquilar un terreno para cultivar hoja de coca, mientras que para una cosecha legal les ofrecen la mitad. ¿Con cuál se quedan ellos? El que les sea más rentable para su economía familiar”, aporta otra fuente.

Prontuario del ‘Burro’

En 2014 cuando fue detenido, la Tercera División del Ejército informó que alias El Burro dirigía la red de apoyo al terrorismo del Sexto Frente en Corinto, Cauca.

Se le señaló de llevar más de diez años en las Farc y de participar en actividades de secuestro, reclutamiento, así como el asesinato de dos miembros de la Sijín en la vía Corinto- Miranda en 2010; en 2011 de ser el responsable de activar un carro bomba en la estación de Policía, también en Corinto.

Aumentan homicidios

Este año van 61 homicidios en Jamundí, 9 casos más que 2016, según cifras manejadas por la Policía.

Llama la atención que en la zona rural han sucedido 28 del total de homicidios: 12 casos por sicariato; 13 por riñas y 3 por disputas entre delincuentes.

En 2016, a la fecha, iban 20 casos en zona rural y no había reporte de muertes por enfrentamientos entre personas que delinquen en la zona.

AHORA EN Judicial