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Cuidado, la ‘llamada millonaria’ puede salirle muy cara

Resurge el tipo de robo mediante el engaño telefónico en el que ofrecen participar en encuestas o concursos para averiguar información personal. Empleadas domésticas, las primeras víctimas.

17 de junio de 2011 Por: Redacción de El País

Resurge el tipo de robo mediante el engaño telefónico en el que ofrecen participar en encuestas o concursos para averiguar información personal. Empleadas domésticas, las primeras víctimas.

Si usted comienza a recibir llamadas en las que le ofrecen supuestas encuestas, participar en concursos e incluso premios, tenga cuidado: puede estar en la lista de los candidatos a la ‘llamada millonaria’.Así le ocurrió a la familia Solórzano, al sur de Cali. Dos semanas antes al intento de robo, contestaron llamadas en la que les averiguaron información básica: cuántas personas viven, qué hacen, a qué horas permanecen en casa, etc.Pero la llamada que extrañó al dueño de casa, un microempresario, fue la que recibió en el teléfono de su oficina para un supuesto ‘estudio de gestión empresarial’. “Mi esposo respondió todo, excepto cuánto se ganaba, pero le preguntaron de todo –dice su señora–. Y hace una semana, la empleada contestó el teléfono a las 10:00 a.m.: una mujer le decía que su patrón estaba en un grave problema judicial, que lo iban a embargar y necesitaba que empacara todos los objetos de valor y se los entregara, que la esperaba en la esquina, para llevárselos a él”.La empleada, que apenas tenía tres meses con la familia, cayó en la trampa. Incluso le dio el número del celular a la mujer. Por medio del aparato la delincuente le indicó en qué lugares de la vivienda esculcar. “Hasta supo que la muchacha echaba las cosas en una bolsa y mi niña, de 3 años, las volvía a sacar, y le decía que no la dejara, que apurara’”.La muchacha bajó afanada a entregar las cosas. Pero como iba con la niña, el portero no la dejó salir porque no tenía autorización de los padres.Cuando la mujer escuchó que el guarda se oponía a su plan, le ordenó que se devolviera y dejara a la niña en el apartamento. La muchacha se negó a dejarla sola, pero la mujer le insistía en que su patrón estaba en peligro y urgido.La empleada se devolvió y dejó la niña al cuidado de una vecina, y regresó a la portería de nuevo, pero el vigilante se opuso otra vez por no tener autorización de los patrones para salir. La mujer se desesperó más y comenzó a gritar por el celular a la muchacha, lo que ya le despertó sospechas y le colgó. La mujer, llamó al guarda y trató de persuadirlo, pero éste le dijo: “Si usted es amiga del patrón, dígame qué carro tiene él, de qué color es y cual es su placa”.La mujer y su cómplice desistieron de su propósito gracias a la desconfianza del portero, quien sólo se pudo comunicar con los dueños hasta las 12:00 del día. “Durante esas dos horas tuvieron a la empleada controlada por el celular para que no nos avisara ni le entraran llamadas nuestras”, cuenta la señora.Esta modalidad de robo, conocida como la ‘llamada millonaria’, se ha vuelto a poner de moda en Cali. En la unidad residencial donde viven los Solórzano han intentado robar cinco veces con la engañosa llamada, pero sin éxito porque los vigilantes tienen la orden de no dejar salir a los niños ni a la empleada.No ocurrió igual en un conjunto residencial de Ciudad Jardín, donde el vigilante, pecó por omisión o estaba involucrado en el robo, según creen en la Sijín. Esta vez contestó una menor de edad a la que le pidieron los objetos de valor para salvar a sus padres. “La niña le pide ayuda a la empleada, porque a los 12 años, todo niño teme por sus padres. El guarda rompió los protocolos de seguridad porque dejó salir a la menor de edad sin autorización de los padres y a la empleada sin orden de los patrones”, cuenta un investigador de la Sijín.Además, los delincuentes estuvieron más de una hora parqueados al frente de la unidad y el vigilante no llamó ni a la Policía ni a seguridad. Por ello fue judicializado ante la Fiscalía por omisión en grado de coautoría, junto con el hombre que recibió el botín en la portería y quedó registrado en el video de seguridad.Otra fuente de la Policía sostiene que no es fácil realizar capturas en estos casos porque no hay violencia ni armas, sólo un poder de convicción fortísimo. “Como opera mediante el engaño, sólo se tiene conocimiento de ella después de ocurrida. Hay casos en los que el ciudadano se da cuenta, les siguen el juego a los maleantes y nos ayudan a capturarlos, pero la autoridad misma no puede actuar porque incurriríamos en la falta de inducción al delito”, dice.Una dificultad para las autoridades es que la ‘llamada millonaria’ no está tipificada como delito, clasifica como estafa y, si el autor no tiene antecedentes el caso queda en la impunidad. “Sólo se puede capturar al sospechoso cuando le aparecen antecedentes; por eso es importante que la víctima denuncie y así capturar y enjuiciar a los responsables”, dice la Policía.Su modus operandi ya está detectado. Los delincuentes hacen un estudio previo del hogar, con toda la información familiar, identidad de cada uno de los integrantes, edad, ocupación, horarios en que están presentes las personas vulnerables (empleadas, niños o ancianos). De tal forma que al llamar y dar los datos reales, la trama se hace creíble.También está claro que la estrategia de los maleantes es tener a la empleada controlada por el teléfono, para que ella ni siquiera considere la opción de llamar a sus patrones para verificar. “Siempre las llaman por celular o por el inalámbrico y les hacen desconectar el fijo, para que no entre ninguna otra llamada, y mientras tanto las entretienen, las aturden y las convencen”, dice la fuente de la Policía.La señora Solórzano les da la razón. “Si tuvieron a mi esposo hora y media sacándole datos, cómo no van a enredar a la empleada que viene de un pueblo y lleva poco tiempo con nosotros”.Las autoridades consideran que la mejor arma contra este delito es la prevención: estar atento, no dejarse confundir con las llamadas, alertar bien a las juntas administradoras y a los cuerpos de seguridad de las unidades residenciales. Y advertir a niños, ancianos y, sobre todo, a las empleadas del hogar, sobre forma en que actúan estos delincuentes para evitar que caigan en la ‘llamada millonaria’.

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