La fuerza sonora del Pacífico

“Una ventana de grandes oportunidades para aprender, profesionalizarme y proyectarme hacia nuevos escenarios”, de esta manera, Tello, estudiante del pregrado en Música de la Universidad Icesi, reflexiona con entusiasmo lo que significó su participación en el Mercado Musical del Pacífico (MMP). Su voz refleja el propósito del evento que, en su más reciente edición, reunió a artistas, gestores y expertos de la industria musical para fortalecer las capacidades de los creadores del suroccidente colombiano.

Organizado por el Tecnocentro Cultural Somos Pacífico y la Universidad Icesi, el Mercado Musical representa un espacio de encuentro entre la academia, el sector cultural y la industria. Durante tres días, el evento desarrolló una completa agenda académica y artística que incluyó conferencias, talleres, ruedas de negocios y presentaciones en vivo, todo orientado a profesionalizar los proyectos musicales del Pacífico.

Formar, producir y circular

Para Laura Torres, codirectora del Mercado Musical del Pacífico, el evento tiene su origen en un proyecto de industrias culturales impulsado hace más de una década por el Banco Interamericano de Desarrollo. Con el tiempo, la iniciativa se transformó en una plataforma que trasciende los géneros tradicionales del litoral y se abre a nuevas expresiones sonoras. “El impacto real del Mercado está en la formación que convierte una idea musical en un proyecto sostenible y en la rueda de negocios que promueve su circulación”, afirmó.

La estructura del Mercado se apoya en tres pilares: formación, negocio y circulación. En la primera jornada, artistas seleccionados participaron en talleres sobre derechos de autor, marketing musical, gestión de portafolios y comunicación estratégica. Estas herramientas, según Torres, permiten a los músicos “entender que su arte también es una empresa que debe planificarse con rigor y visión de largo plazo”.

El segundo componente, la rueda de negocios, reunió a compradores, programadores y agentes de la industria en reuniones cortas y directas con los artistas. “El reto está en convertir esas primeras presentaciones en circuitos sostenibles que abran público y nuevas audiencias”, añadió la directora.

El tercer eje, la circulación, se promueve a través de las oportunidades que encuentran artistas para presentarse en los espacios que tienen los compradores asistentes al MMP. Carlos Andrés Bonilla, director del Centro de Producción Creativa 312 de la Universidad Icesi, destacó que la academia integra a “nuestros estudiantes e infraestructura en procesos de industria musical; producimos fonogramas, acompañamos artistas que vinculamos con nuestro sello discográfico 312 Récords”. Bonilla subrayó que la experiencia práctica complementa la formación en el aula y abre rutas reales hacia el mercado laboral.

Alianzas que fortalecen la región

La continuidad del Mercado ha sido posible gracias a una red de alianzas. Paul Dury, director ejecutivo del Tecnocentro Cultural Somos Pacífico, recordó que, tras su creación en 2013, la iniciativa se mantuvo gracias a la articulación de instituciones públicas, privadas y comunitarias. “El Mercado no solo se ha sostenido, sino que hoy tiene presencia regional y reúne proyectos de Nariño, Cauca, Chocó y Valle del Cauca. Esa expansión demuestra su valor cultural y económico”, expresó Dury.

La jornada inaugural también sirvió para que los artistas compartieran sus experiencias. Tello señaló que, tras tres años de carrera, este proceso le permitió “pensar la música como negocio y encontrar un camino claro hacia la profesionalización”. Por su parte, Gabriela Echavarría, integrante de la agrupación Mangle Sonoro y también estudiante de pregrado de Música en la Universidad Icesi, celebró el espacio como una vitrina ideal para mostrar la fusión entre tradición y modernidad que caracteriza su propuesta. “Después del Petronio Álvarez, esta es la oportunidad de conectarnos con programadores y de aprender cómo mantener viva nuestra identidad sin dejar de innovar”, dijo.

Además de los artistas, los organizadores resaltaron la importancia del componente formativo para los propios estudiantes universitarios. Bonilla explicó que los jóvenes se integran como productores, monitores, comunicadores y asistentes técnicos del evento, adquiriendo experiencia real en gestión cultural y producción musical.

Torres, Bonilla y Dury coinciden en que el principal desafío sigue siendo la sostenibilidad económica. Conseguir patrocinadores, asegurar recursos y mantener la programación anual requiere de un trabajo conjunto entre sector público, privado y académico. Sin embargo, todos reconocen que la persistencia del Mercado demuestra que el talento del Pacífico tiene un espacio cada vez más fuerte para desarrollarse.

Durante su primera jornada, el Mercado Musical del Pacífico logró reunir a más de cincuenta artistas y veintidós showcases en vivo, consolidando un ecosistema de intercambio y aprendizaje. La música, en este escenario, se entiende no solo como arte, sino como motor de desarrollo y como puente de identidad para las comunidades que la crean.