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En los últimos 30 años se ha producido un aumento de los casos debido a un mayor conocimiento de la enfermedad y a la mejora de técnicas diagnósticas, aunque los síntomas inespecíficos hacen que el diagnóstico tardío sea uno de los caballos de batalla. | Foto: El País

SALUD

Preste atención a las señales que le da su cuerpo y prevenga estos tumores cancerígenos

Los tumores neuroendocrinos son relativamente poco frecuentes, pero su prevalencia es significativa al ser cánceres de lento crecimiento.

18 de octubre de 2017 Por: Agencia EFE

Consejos para el control de las emociones, de los efectos de los tratamientos y pautas saludables, sobre todo nutricionales, es una parte de lo que ofrece la ‘Guía de tumores neuroendocrinos’ que la asociación de pacientes con tumores neuroendocrinos y la empresa farmacéutica Novartis Oncology han publicado para que, tanto el paciente como sus familiares, puedan comprender mejor este cáncer poco frecuente, con una incidencia anual de 5 casos por cada 100.000 personas.

Esta baja incidencia contrasta con una notable prevalencia que, en este parámetro, los sitúa detrás del cáncer de colon, aunque representan solo el 2% de los tumores gastrointestinales diagnosticados y el 1% del total de cánceres.

En los últimos 30 años se ha producido un aumento de los casos debido a un mayor conocimiento de la enfermedad y a la mejora de técnicas diagnósticas, aunque los síntomas inespecíficos hacen que el diagnóstico tardío sea uno de los caballos de batalla.

¿Qué son los tumores neuroendocrinos?

Los tumores neuroendocrinos se originan a partir de células neuroendocrinas que producen hormonas en respuesta a una señal del sistema nervioso.

Este tipo de cáncer puede aparecer en cualquier órgano del cuerpo, pero suele presentarse de forma más frecuente en el tubo digestivo, páncreas y pulmón, pero también en las glándulas tiróides, paratiroides, suprarrenales, hipófisis y cresta neural o bien en otros órganos como riñón, vejiga, próstata, vías biliares o piel.

La mayoría de los tumores neuroendocrinos no se deben a una mutación genética heredada, y los únicos factores a los que se ha asociado son: diabetes mellitus de larga evolución, enfermedades del estómago que afectan a la producción de ácido clorhídrico y tabaco.

Aunque la mayor parte no son por causa genética, alrededor del 5-10% pueden aparecer en el contexto de síndromes genéticos familiares, como la neoplasia endocrina múltiple tipo 1.Según la guía, aunque tiene una frecuencia similar en hombres y mujeres, en los últimos años se observa un aumento en varones, siendo los 50 años la edad media para padecerlo.

Los síntomas suelen ser inespecíficos y pasar desapercibidos durante años, pudiéndose confundir con otras enfermedades provocando el retraso de un diagnóstico certero.

Los síntomas habituales de los tumores neuroendocrinos son el enrojecimiento de la piel de la cara, diarrea, sudoración, dolor abdominal y, menos frecuentemente, broncospasmos. Estos síntomas hacen que puedan confundirse con ansiedad , depresión, menopausia o colon irritable.

La guía aconseja conocer la enfermedad como vía para disminuir el temor a lo desconocido, además de recomendar establecer una comunicación fluida con el equipo médico, familiares y amigos que ayude a controlar la situación y a tomar decisiones.

Tratamientos

Cirugía: Para enfermedad localizada o limitada al órgano dónde se originó, aunque también para casos determinados de enfermedad con metástasis en otros órganos.

Tratamientos locorregionales y radio núclidos: Terapias específicas que se emplean para controlar los síntomas de en tumores funcionales (que producen hormonas) con metástasis en el hígado, aunque en ocasiones se utilizan en tumores no funcionantes con enfermedad hepática que no puede ser operada.

Fármacos: Para tumores metastásicos que no se pueden extirpar existen medicamentos para evitar el crecimiento y extensión del tumor. Son de dos tipos: 1) Análogos de somatostatina: Moléculas sintéticas que imitan la acción natural de la hormona somatostatina y disminuyen la secreción de algunas sustancias consiguiendo frenar el crecimiento del tumor. 2) Terapias dirigidas a dianas moleculares, como los inhibidores de mTOR e inhibidores de la tirosinquinasa.

Nutrición adecuada

Al ser tumores de crecimiento lento, suponen convivir muchos años con el tumor y hacerlo con calidad de vida depende de la implicación del paciente, su familia y los especialistas.

Aparecen problemas metabólicos y nutricionales debido a la producción de hormonas y a otras sustancias que causan mala digestión, diarrea y alteraciones del movimiento del tubo digestivo.

Estos síntomas, además de por la producción de hormonas, pueden deberse también a los tumores primarios, su extensión a ganglios vecinos o a las metástasis, que pueden alterar el funcionamiento del aparato digestivo o por los efectos de los distintos tratamientos.

La guía recoge la necesidad de una valoración endocrino-metabólica y nutricional periódica en todos los pacientes para descartar cualquier cambio presente al diagnóstico o producido durante su evolución o tratamiento.

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