¿Pregunta su hijo por todo?, cinco consejos para alentarlo a seguir cuestionando el mundo

Si la curiosidad y el asombro no se extinguieran en la infancia habría más personas creativas, habría más genios como Leonardo da Vinci, Albert Einstein o Stephen Hawking, quienes han cambiado el mundo de manera significativa a través de su capacidad para preguntar y cuestionarlo”, así lo aseguran Natalia y Catalina Zuleta, autoras del libro ‘La creatividad en 7 verbos’.

Se necesitan preguntas para que haya personas brillantes que expresen de manera original sus ideas. El núcleo de la creatividad está en el deseo y el impulso de explorar, descubrir, probar y experimentar.
¿Entonces qué estamos haciendo para que los niños no dejen nunca de hacerse buenas preguntas? Lea y aplique.

Las preguntas tienen la virtud de valorar el asombro, generar descubrimiento y llevar a la mente a procesos de incubación para conectar ideas más allá del umbral de la conciencia.

Sin embargo a medida que los niños crecen los supuestos y las creencias limitantes frenan conversaciones que pudieron ser poderosas.

El mundo tradicional está construido bajo la certeza de la única respuesta en lugar de las infinitas posibilidades de la pregunta, asegura la psicóloga Teresa Amabile.

Si las preguntas son abiertas, invitan al asombro y a querer observar con detenimiento potenciando la sensibilidad en la percepción. Es importante que los más chicos conviertan esto en una habilidad creativa fundamental para no dar todo por sentado sino ver cosas que otros no ven. Cuando las preguntas son abiertas y creativas sobrepasan los límites de las disciplinas y abren paso a hipótesis que pueden aportar a soluciones innovadoras.

Al científico Albert Einstein le cuestionaron cómo fue posible que se preguntara cosas que jamás nadie había pensado y que hubiese tenido tanto éxito en sus descubrimientos. Y él respondió que su deseo por encontrar cosas nuevas y su obstinación lo llevaron a tener una mirada diferente de la realidad.

La estrategia de Einstein, que cualquier persona puede aprender, es preguntar con insistencia, de manera fluida, abierta y conectada, esta es una habilidad que desarrollan las personas creativas.

“Preguntar es rebelarse, responder es adaptarse”, expresa Wagensberg.
Los artistas se hacen preguntas todo el tiempo y se expresan a través de su entorno, en murales, bosques, calle y diversos escenarios. Sus obras son una manera de preguntarse acerca del contexto y encontrar respuestas que se adapten a su imaginación pero también a la realidad.

El simbolismo presente en los cuadros de Frida Kahlo parte de las preguntas que surgen sobre su existencia, sus emociones.

Busque una imagen, un objeto, una situación, una experiencia, un acontecimiento, un fenómeno que le genere curiosidad o incertidumbre. Escríbalo, imprímalo, dibújelo, téngalo presente. Obsérvelo por 15 segundos. Sin hacer juicios sobre las preguntas que lleguen a su mente, escriba la mayor cantidad en 30 segundos. Escoja una pregunta que le despierte alguna emoción, piense cuáles son las características que hicieron que le generara dicha emoción. No es necesario dar una respuesta, diviértase, juegue con ella, haga hipótesis, llévela a un proceso de descubrimiento en algún aspecto de su vida