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Siete razones para no resucitar un mal amor. Este artículo demuestra que “No cangrejearás” es el onceavo mandamiento. | Foto: Foto: El País

SEXUALIDAD

"No resucitarás a tu ex", la enseñanza del séptimo día

Siete razones para no resucitar un mal amor. Este artículo demuestra que “No cangrejearás” es el onceavo mandamiento.

16 de abril de 2017 Por: Redacción de El País

Dice el experto en relaciones afectivas y autor Walter Riso que, en su consulta, el mayor número de personas acude por no haber podido olvidar a “un amor del pasado”.

Cuenta que algunos de sus pacientes aseguran que imaginan qué estará haciendo ahora ese ‘ex’, piensan si aún sentirá algo romántico, idealizan el momento futuro en que quizá vuelvan a encontrarse y no se separen nunca más. Y hubo un paciente que, incluso, le confesó que el asfalto le recuerda a su ‘ex’.

Vivimos en una cultura que idealiza el amor imposible, y la prueba está en las películas rosa y las series e, incluso, en algunas las novelas más legendarias de todos los tiempos.

Por eso, antes de “resucitar” un viejo amor, recuerde que la mente distorsiona los hechos, amplifica lo bueno del pasado y minimiza lo terrible, por eso nos parece que aquel amor de la secundaria era el más grande y verdadero, pero olvidamos que no se bañaba, que era inmaduro, que no soltaba ni un quinto por ser muy tacaño y que, para colmo, nos puso los cachos.

Si va a caer en la tentación de recordar, hágalo, pero no se meta autogoles en el partido del amor: si recuerda lo bueno, recuerde también lo malo; si añora lo hermoso, recuerde también la razón por la cual terminaron. ¿Por qué habría de ser diferente ahora? Mucha más precaución habrá que tener si se trata de un mal amor: violencia verbal o física, engaños, mentiras... Mejor dejar a ese muerto descansar en paz.

No crea en cuentos: Pasa en las películas, no en la vida real

Si vio que en su serie o telenovela favorita la protagonista regresa con su ‘ex’ y viven felices para siempre, recuerde que pasa en las películas, pero no en la vida real.

No va a suceder lo que pasó en ‘It's complicated’ (‘Enamorándome de mi ex’), ni usted es Meryl Streep ni su expareja es Alec Baldwin. Opte más bien por un catálogo de películas para olvidar a su ‘ex’, como ‘El lado oscuro del corazón’, que le enseñará que “es mejor estar herido, que dormido como hasta ahora” y que “A veces una herida te recuerda que estás vivo”.

O qué tal probar con ‘500 días con ella’, para reírse de sus errores y decidir superarlo todo. O intente con los ‘Los juegos del destino’ que le enseñará la importancia de realizar una actividad artística o deportiva para despejar la mente, amarse más usted mismo y relacionarse mejor con los demás. Si no le deja moraleja, al menos recrea la vista con Bradley Cooper y Jennifer Lawrence.

Donde hubo fuego... cicatrices quedan

El sacerdote Alberto Linero Gómez acaba de presentar su libro, ‘Mi venganza es perdonarte’. Y sí, perdonar de corazón a su viejo amor, o perdonarse a sí mismo por haberlo arruinado, es más económico que ir en busca de una segunda, tercera o cuarta parte para intentar redimirse.

Donde hubo fuego quedan cenizas, pero también cicatrices que usted no querrá volver a abrir luego de que ya han cauterizado con el paso del tiempo.

A veces volver lo único que logra es arruinar un hermoso recuerdo de lo que fue, o empeorar para siempre lo que estuvo muy mal. Que la banda sonora de su vida no sea: “Tropecé de nuevo y con la misma piedra”, de Julio Iglesias, mejor buscar un nuevo amor al estilo Shakira y Piqué. O, en su defecto, abrazar un árbol.

Si no cambió: Loro viejo no aprende

La promesa más falsa de todos los tiempos es “voy a cambiar”. Aquí hay que aplicar el dicho de las abuelas: “Loro viejo no aprende a hablar”. Si bien al recomenzar una relación de pareja, hay mutuas promesas y alguno que otro avance, en el futuro saldrán a flote los problemas del pasado y aquellas razones por las que cortaron antes que se evidenciarán de nuevo. No faltará el día en el que estén muy enojados y se saquen en cara sus fallas pretéritas, los invada el orgullo, y rompan definitivamente.

Su ‘ex’ no es único: Siempre habrá alguien mejor para usted

Habiendo tantas posibilidades interesantes de equivocarse, ¿por qué repetir error? Salga y equivóquese con originalidad, con valentía, con imaginación, en lugar de repetir un guion gastado y trillado. Dese un tiempo, disfrute de la vida a solas y verá como, sin buscarlo, encontrará nuevas opciones. Eso sí, tome precauciones, que no sea del mismo molde del ‘ex’ que, ya comprobó, no está hecho a su medida.

Ya no hay confianza: Se les rompió el amor

Si ya la confianza se rompió por mentiras o traiciones del pasado, la nueva relación sólo implicará ansiedad de parte y parte. Piensen si regresan porque se aman o sólo es por posesión: porque no quieren que el otro esté con alguien más.

Si los recuerdos de su relación se centran en ridículas escenas que armaron en la calle, olvídenlo. Y si alguno o ambos ya salieron con otras personas, significa que pueden hacer su vida el uno sin el otro.

El mito: No existe “el amor de la vida”

Ya sabemos que las canciones y las comedias románticas nos repiten hasta la saciedad que el amor de la vida es solo uno, que dura para siempre y que dos personas que son almas gemelas solo estarán completas cuando logren estar juntas.

La noticia, por dura que sea, es que no existe el alma gemela ni el amor de la vida. Si usted tiene 3, 4, 10, 20 novios o parejas a lo largo de toda una vida, todos y cada uno de ellos habrán sido “los amores de su vida”, sumados a sus amigos, sus padres, sus hijos y todos esos otros “amores” de su vida.

Creer en el amor de la vida es romántico, pero trágico. Piénselo: ¿Y si muere esa persona que era la “única” en su vida... ¿acabará su vida junto con la de esa persona? ¿No podrá volver a enamorarse de nadie más en el resto de su existencia? Hay razones de supervivencia de la especie que hacen que, para los seres humanos, sea improbable tener un solo amor romántico.

La cruda realidad:

Cuando la gente se ama de verdad está junta, junta sin importar el qué dirán, la edad, el dinero, las distancias, las circunstancias, los problemas, los padres de uno y otro, las nacionalidades.

Si usted y su amor del pasado no están juntos, a lo mejor es que (uno de los dos o los dos) no han querido que funcione, no han querido pagar el precio porque no hay material de eternidad. Así que, deje de buscar excusas: no se aman. Si se amaran estarían juntos hace rato.

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