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De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, 6,3 millones de personas en el mundo padecen de Párkinson. La mayoría de los pacientes son hombres. | Foto: Foto: Archivo de El País

SALUD

Mitos y verdades sobre el Párkinson, que tiene 72.000 pacientes en Colombia

A pesar de representar una suma importante de pacientes, existe un desconocimiento generalizado sobre la enfermedad. Resuelva aquí algunas de sus dudas.

30 de agosto de 2017 Por: Redacción de El País

El Párkinson, considerada por la Organización Mundial de la Salud como la segunda enfermedad neurodegenerativa más común después del Alzheimer, afecta entre 7 y 10 millones de personas en el mundo.

En Colombia la cifra se estima en cerca de 72.000 pacientes, de los cuales 36.000 están en Bogotá. Sin embargo, a pesar de representar una suma importante de pacientes, existe un desconocimiento generalizado sobre la enfermedad.

La OMS ha alertado que en los próximos 20 años la cifra de personas afectadas por este padecimiento ascenderá a 12 millones en el mundo. “No hay manera de prevenir la aparición de la enfermedad puesto que aún no conocemos la causa, pero sí se puede enfrentar mejor por medio de una relación médico-paciente donde la confianza sea fundamental para identificar todos los síntomas que aparecen y que influyen en el diagnóstico del Párkinson”, precisó el doctor Óscar Bernal, neurólogo especialista en Movimientos Anormales, de la Fundación Santa Fe de Bogotá, el Instituto Roosevelt y Hospital Militar.

A pesar de ser una enfermedad con un leve crecimiento en nuestro país, iniciativas como la Fundación Párkinson de Colombia o Terapia Párkinson, tienen a disposición varias fuentes de ayuda para que las personas puedan conocer más de esta enfermedad. Asimismo, han creado blogs para tratar temas que los pacientes sufren
A continuación, el médico Bernal destaca siete realidades que abarcan al Párkinson y aclara algunos mitos generados alrededor de este padecimiento.

No es una enfermedad mortal

La enfermedad por su naturaleza no lleva a la muerte, pero sí favorece complicaciones tales como neumonías por broncoaspiración, caídas con traumas, aumento del riesgo de infecciones de vías urinarias, estreñimiento y bloqueo intestinal, entre otras, que pueden llevar a la muerte. Los especialistas pueden controlar estos factores y, de esta manera, disminuir el riesgo. Otros síntomas pueden acompañar la enfermedad y algunos pueden tratarse con medicamentos o fisioterapia, como los problemas de piel, depresión, hipotensión ortostática, disfunción sexual.

A varias enfermedades, como la atrofia multisistémica y la degeneración corticobasal, se les conoce como enfermedades "Párkinson-plus" porque tienen los síntomas de la enfermedad de Párkinson más características adicionales.

Provoca demencia

Del total de pacientes con Párkinson, 20 % ya tiene comprometidas una o dos áreas de la memoria, al momento de desarrollar los síntomas relacionados con la movilidad. De ese pequeño porcentaje, 80 % de pacientes con más de 20 años de padecimiento de la enfermedad, tiene demencia. Esto va relacionado directamente con la edad y el tiempo de evolución de la enfermedad.

Esta demencia puede afectar la memoria, la manera cómo la persona forma su opinión de los demás (juicio social), el lenguaje, el razonamiento u otras habilidades mentales. Actualmente no hay manera de detener este tipo de demencia, pero medicamentos como la rivastigmina, el donepezil o la memantina podrían ayudar.

Los medicamentos que se usan para tratar los síntomas motores de la enfermedad de Párkinson pueden causar confusión y alucinaciones.

No está relacionado con la edad

No está relacionado con la edad. Si bien la enfermedad se presenta con mayor frecuencia en personas de 65 años en adelante, afectando a 1 de cada 100, es importante anotar que ésta puede empezar incluso en la segunda década de la vida, es decir, entre los 10 y 20 años de edad.

Asimismo, hay casi un 50 % más de hombres que de mujeres con enfermedad de Párkinson, pero las razones para esta diferencia no son claras. Aun cuando la enfermedad se presenta en personas en todo el mundo, varios estudios han encontrado una mayor incidencia en los países desarrollados. Otros estudios han encontrado un mayor riesgo entre las personas que viven en áreas rurales donde el uso de pesticidas es mayor. Sin embargo, esos riesgos aparentes no han sido completamente determinados.

Dependiendo del grado de la enfermedad (si es moderada o severa), la persona podrá desarrollar cierto tipos de actividades cotidianas que le permitirán tener una vida controlada.

Puede ser hereditario

Estudios revelan que entre 7 % y 10 % de los casos de pacientes con Párkinsontienen un origen genético que está relacionado estrechamente con la edad, presentándose usualmente antes de los 35 años. En casos muy raros, los síntomas parkinsonianos pueden aparecer en las personas antes de los 20 años de edad. Esta enfermedad se conoce como parkinsonismo juvenil.

No obstante, la aparición temprana está vinculada a las mutaciones de genes específicos, tales como el gen de la parkina. Las personas con uno o más familiares cercanos con Párkinson corren un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad. No obstante, el riesgo total sigue siendo solo del 2 % al 5 %, a menos que la familia tenga una mutación genética conocida para la enfermedad.

Se estima que entre el 15 % y 25 % de las personas con Párkinson saben que tienen un pariente con la enfermedad.

Temblor: no exclusivo del Párkinson

Existen varios tipos de temblores que se presentan por múltiples
causas y enfermedades. De hecho, 70 % de los pacientes con Párkinson tiemblan, mientras que el 30 % restante no lo hace. Pero hay muchas enfermedades similares a la enfermedad de Párkinson y que se manifiestan con síntomas parecidos, pero no son la enfermedad de Parkinson.

El temblor que característicamente se asocia con la enfermedad de Párkinson es más evidente en reposo, disminuyendo cuando se realizan movimientos voluntarios.

Para vivir mejor

No hay cura, pero sí tratamientos para controlar los temblores. Los medicamentos bien utilizados, en el momento correcto de la enfermedad, y conociendo sus efectos secundarios, controlan los síntomas y mejoran la calidad de vida. Sin embargo, existen terapias como la Estimulación Cerebral Profunda que ha mejorado la vida de más de 140.000 personas en el mundo, y a cerca de 1.000 pacientes en Colombia.

Este tratamiento es ideal para pacientes que no logran controlar sus síntomas o que presentan efectos adversos propios de la
medicación.

A través de un procedimiento quirúrgico se implantan electrodos en lo profundo del cerebro, para controlar los síntomas relacionados con la movilidad y reducir complicaciones como discinecias (movimientos adicionales que se presentan en estadios avanzados de la enfermedad).

Se hacen estudios

Científicos japoneses demostraron en un trabajo publicado en la revista Nature la posibilidad de restaurar funciones nerviosas dañadas por el Párkinson gracias al uso de células madre pluripotentes inducidas (iPSCs, en inglés).

A partir de un modelo de la enfermedad en primates, investigadores de la Universidad de Kyoto han logrado mejorar problemas en la movilidad de los animales que sufrían una degeneración neuronal.

El estudio describe la implantación de neuronas dopaminérgicas -que transmiten la dopamina- derivadas de iPSCs, células adultas que han sido reprogramadas para devolverles la capacidad de diferenciarse en diversos tipos de nuevas células.

El trabajo de Jun Takahashi y su grupo es el primer análisis a largo plazo en primates sobre los efectos de la implantación de ese tipo de neuronas
en especímenes con Párkinson.

El objetivo de esta primera fase de su trabajo es garantizar la seguridad y la utilidad del tratamiento, que en el futuro puede ser sometido a pruebas clínicas en humanos.

La investigación constata que las células implantadas en los primates sobrevivieron durante largo tiempo, ejecutaron la función dopamínica que se esperaba y contribuyeron a restituir un rango de movimientos que la enfermedad había bloqueado.

Las células derivadas de iPSCs no activaron la formación de tumores
cerebrales durante los dos años que duró la prueba, ni dispararon respuestas agresivas del sistema inmunitario.

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