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¿Quién era Humberto Villegas, ‘empresario del amor’ y creador de reconocidos moteles en Cali, que murió recientemente?

La historia humana detrás del empresario palmirano apodado ‘Condorito’.

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Humberto Villegas junto al fotógrafo y bailarín de salsa Áymer Álvarez y  Patricia Alverete, mamá de uno de sus hijos.
Humberto Villegas junto al fotógrafo y bailarín de salsa Áymer Álvarez y Patricia Alverete, mamá de uno de sus hijos. | Foto: suministrada por Áymer Álvarez

25 de ago de 2025, 11:56 p. m.

Actualizado el 26 de ago de 2025, 04:07 p. m.

Conocido como ‘el Empresario del Amor’, el palmirano Humberto Villegas, creador de los moteles temáticos Kiss Me y Condoricosas, y quien falleció el pasado 24 de agosto, era apodado Condorito, por su nariz, que lo hacía muy similar al personaje de tira cómica creado por ‘Pepo’.

Hace más de tres décadas Villegas usó dicho apodo de Condorito para bautizar uno de los moteles más reconocidos de Cali: Condoricosas, en homenaje justamente al personaje principal de dicha caricatura.

Asimismo, creó Kissme, otro motel temático, “un sitio totalmente original, con unas características un poco locas, un ambiente chabacano, muy diferente a todo lo que se veía en el momento”. Otro de sus grandes sueños era abrir en Cristo Rey el sitio de recreación Pachamama, que se encontraba remodelando.

Detrás del seudónimo de ‘Condorito’ había un hombre de un humor tan grande como su corazón, porque, de acuerdo con sus allegados, era un filántropo de vocación, a quien le gustaba ayudar a la gente, calladamente, sin hacer alarde de ello.

Con el Sargento Loco, personaje de la rumba vieja de Cali, y con José Aguirre, actual director artístico y productor del Grupo Niche.
Humberto Villegas con amigos. A la derecha de él, José Aguirre, actual director artístico y productor del Grupo Niche. | Foto: Áymer Álvarez

Sin pena alguna, se describía a sí mismo como un hombre amante de lo chabacano y ordinario. Pero eso no le quitaba que fuera un hombre preparado, administrador de empresas y culto, ya que era un ávido lector, que se entregaba durante horas a la lectura.

Según su amigo, Aymer Álvarez, fotógrafo caleño reconocido, Humberto “era un hombre conversador, tenía muy buenos apuntes y podía hablar de todo tipo de temas, incluso el político, lo tenía claro. Se relacionaba con muchos personajes de la política y del mundo artístico”.

“Le gustaba mucho la gastronomía. En diciembre invitó a sus empleados a una paella. Tenía además una perrita french poodle que lo acompañaba para todos lados”, cuenta Álvarez.

Humberto Villegas, conocido como 'Condorito', transformó el concepto de motel en un espacio de arte, erotismo e imaginación.
Humberto Villegas, conocido como 'Condorito', transformó el concepto de motel en un espacio de arte, erotismo e imaginación. | Foto: Redes sociales

Descrito por sus más cercanos como un hombre generoso: “En diciembre se iba con un camionado de regalos para repartir a los niños de escasos recursos”.

Desbordaba alegría y era muy amigo del baile, tanto que días antes de morir estuvo haciendo su derroche salsero en las pistas de una reconocida discoteca caleña.

Su deceso deja una huella en la historia empresarial, innovadora y cultural de la capital vallecaucana.
Su deceso deja una huella en la historia empresarial, innovadora y cultural de la capital vallecaucana. | Foto: Montaje El País

Enamorado del amor, nunca se casó, pero tuvo cinco hijos.

Amante del fútbol, no se perdía mundial, viajó por esa razón a muchos lugares del mundo, estuvo en África, España, Italia, Estados Unidos.

Era bailador, salsero, asiduo a los encuentros de melómanos y a las viejotecas y discotecas. La bailarina Luz Adriana Rangel, Adriana La Eléctrica, amiga de Humberto, lo describe como “una persona ejemplar, un ser humano de corazón noble y generoso. Siempre estuvo dispuesto a tender la mano a quien lo necesitara, especialmente a los más pobres, porque su grandeza estaba en dar sin esperar nada a cambio”.

A Humberto Villegas le encantaba ir a los encuentros de melómanos en Cali.
A Humberto Villegas le encantaba ir a los encuentros de melómanos en Cali. | Foto: Áymer Álvarez

“Condorito fue humilde, fue un gran amigo y era la alegría hecha persona. Tenía ese don de arrancar sonrisas y de dejar huellas de bondad en cada vida que tocaba”, agrega Rangel.

Isabel Peláez. Escribo, luego existo. Relatora de historias, sueños y personajes. Editora de cultura, entretenimiento y edición de contenidos digitales.

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