El pais
SUSCRÍBETE

Mamás de diseñadores del Cali Exposhow cuentan los inicios de sus hijos

Las madres de Johanna Ortiz, Nelly Rojas y Andrés Otálora revelan el detrás de cámaras de cómo sus chiquillos terminaron convertidos en diseñadores reconocidos. Recuerdos estampados en el presente.

24 de octubre de 2013 Por: Redacción de El País

Las madres de Johanna Ortiz, Nelly Rojas y Andrés Otálora revelan el detrás de cámaras de cómo sus chiquillos terminaron convertidos en diseñadores reconocidos. Recuerdos estampados en el presente.

Detrás de cada diseñador hay una familia, unos padres o un ser querido que de alguna u otra forma influyeron en su elección del diseño de modas como pasión y en el desarrollo de su carrera. Aunque ellas no se otorgan ningún mérito en las carreras profesionales de sus hijos, seguro éstos les heredaron el buen gusto, los retaron a ser profesionales o les apoyaron, así esta no fuera la profesión de su agrado para ellos. Las madres de Johanna Ortiz, Andrés Otálora y Nelly Rojas, diseñadores caleños presentes en el Cali Exposhow 2013, evocan la mística de sus hijos por la moda. De incrédula a admiradoraAl principio, los padres de Nelly Rojas no querían que ella se dedicara al diseño de joyas. Para doña Blanca Nelly Ocampo de Rojas, especialmente, su hija iba a echar a perder sus estudios, su especialización y su carrera de arquitectura. Y cuando empezó a crear la empresa Senda by Nelly Rojas, dudó: “Ahora va a perder el tiempo haciendo aretes”. Y a las primeras joyas de su hija, se quejó: “Ay no, eso tan grande, quién se lo va a poner”.Pero cuando doña Blanca Nelly asistió a las primeras pasarelas del Cali Exposhow, los ojos se le humedecían y casi que lloraba durante todo el desfile de la emoción de ver lo que ella no imaginó. Desde entonces, siempre la abraza y le repite: “Mija, usted es maravillosa” y ella es la que recorta todo lo que se publica de su hija en los periódicos y revistas.“Siento que esa misma actitud crítica de mi mamá me dio la fuerza para avanzar y evolucionar y a medida que pasa el tiempo, siento que crece su gratitud y admiración hacia su hija”, dice hoy Nelly.Diseñadora desde los 9 añosMartha Lucía Guzmán de Ortiz nunca olvida que su niña, Johanna Ortiz, tenía apenas 9 años cuando ganó un concurso de diseño en unas vacaciones en el Hotel Irotama, de Santa Marta.A esa edad la pequeña hizo un traje estilo ‘collage’ de papel periódico que dejó al jurado ‘matado’. “Desde niña tuvo claro lo que iba a ser, jamás pensó en otra carrera que no fuera el diseño, todos sus cuadernos eran adornados con dibujos hechos por ella”, dice esta mamá que no cree que haya influenciado mucho a la creadora caleña en su buen gusto. “A mí me gustaba la pintura, el arte y trabajé en decoración de interiores, compraba mis cuadros, la llevé pequeña a una que otra exposición de pinturas, pero no sé de dónde sacó tanta imaginación”, dice doña Martha Lucía.Lo más difícil fue cuando dijo que se iba a estudiar a Miami. Y luego pasó a Nueva York y de ahí a Francia. “Eso me dio angustia, pero no podía coartarla”, dice la mamá, quien ve a Johanna como una trabajadora incansable, una mujer que lo que se propone lo consigue.Lo que más le agrada a esta mamá es el estilo propio que caracteriza a Johanna como diseñadora. “A veces veo algo y le comento, ‘tan lindo esto’, y me dice. ‘eso ya está inventado, hay que crear algo nuevo, ¿no crees?”. A ella le gusta eso, inventar y su facilidad para ello fue innata. Así se expresa esta mamá de estilo muy clásico, por lo que Johanna le diseña prendas de acuerdo con su gusto. “Además es una crítica impresionante, le encanta que me ponga prendas de ella”, dice y destaca el dos piezas de pantalón y blusa camisera beige que le creó para la primera comunión de un nieto. “Ese me fascina”, confiesa. Solo se viste con ropa de AndrésA comienzos de los años 90, doña Diana Larrarte tenía su oficina de arquitectura y diseño de interiores, cuando su hijo menor, Andrés Otálora, le pidió “alquilado” una parte para él atender “sus clientas”. “Sí mamá, es que yo tengo clientas a los que le diseño ropa”, le dijo el joven precoz.Tanto ella como Carlos H. Otálora, el papá, querían que su hijo estudiara arquitectura o ingeniería, áreas en las que le iba muy bien. De hecho, Andrés había empezado a estudiar arquitectura en Bogotá, pero al poco tiempo regresó a Cali para dedicarse al diseño de modas.Así empezó la carrera de uno de los pioneros del diseño en Cali. Ingresó a la Academia de Dibujo Profesional y doña Diana recuerda con emoción que apenas debutó en el Concurso Nacional de Belleza de Cartagena con un diseño de un traje de fantasía, el jurado internacional de Vanidades lo eligió como el mejor entre más de 20 propuestas.“De ahí en adelante todo fueron éxitos para él y decidimos apoyarlo”, dice ella. Lo que más recuerda era que la tendencia de la época, hace 25 años, eran unas mangas grandes y aboleradas que no siempre gustaban, pero que él supo atemperar. “La clave del éxito de Andrés es que le conoció el gusto a cada una de las caleñas que atendía y eso le abrió el camino; no es porque sea mi hijo, pero él es muy amable y sencillo, les sabe interpretar sus gustos y les adapta la moda a su figura”, dice Diana.Después él empezó a viajar a Nueva York y a Europa y eso le fue dando más experiencia, dice esta orgullosa mamá de diseñador que no olvida aquel traje negro con encaje blanco que él le diseñó en sus inicios. “Ahora no me visto sino con ropa de él”, dice sonriente.

AHORA EN Entretenimiento