Exintegrante de son de azúcar debuta en solitario en el pop
Cala García debuta en solitario en el pop. El músico José Aguirre hará la versión en salsa de su tema No me digas adiós.
Cala García debuta en solitario en el pop. El músico José Aguirre hará la versión en salsa de su tema No me digas adiós.
Sus compañeras del Colegio María Auxiliadora de Cali talvez nunca imaginaron que Claudia García, la niña de gafas de marco grueso, risueña y de voz dulce, la de la tuna, la que tocaba guitarra y cantaba en el coro de la misa salesiana, se convertiría en una cantante de salsa o de pop.
Pero no solo se transformó en una sensual mujer, sino en una de las vocalistas de Son de Azúcar y de Canela, reconocidas orquestas femeninas embajadoras de la salsa caleña en el mundo.
Hoy en día Cala García, como se hace llamar, está radicada en Miami, pero visitó recientemente Cali para presentar su más reciente producción, esta vez en el género pop, en solitario, y con música y letra de su autoría, el sencillo No me digas Adiós, que marca su regreso a la música después de un tiempo de receso de los escenarios.
Cuenta con la dirección y producción musical del maestro venezolano, Luis Romero, productor de Franco De Vita por más de 18 años, y de artistas de la trayectoria de Olga Tañón, Alejandro Sanz, Fonseca, entre muchísimos otros.
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Quien la acompaña en los coros es ni más ni menos que Vicky Echeverri, su excompañera de colegio, de tuna y de festivales en los que resultaron ganadoras. Esta última, caleña también, ha grabado con Jennifer López, con Julio Iglesias, Cristian Castro, Ricardo Arjona, entre muchos otros.
Las guitarras eléctricas y acústicas son de Juan Carlos Bueno, el bajo de Edward Bradley, la batería de Javo Barrera, músico de Natalia Jiménez, y las mezclas son de César Sogbe, que ha trabajado con artistas como Prince y Paulina Rubio, por nombrar solo algunos.
En la trompeta y flugelhorn está José Aguirre, quien trabajó muchísimos años con el grupo Niche. Él me está haciendo la producción de la canción, en versión salsa, que era lo que yo hacía anteriormente con Son de Azúcar, Canela y diferentes grupos, dice Cala.
Cala también se hizo conocida en el ámbito jinglero, al cual pertenecía otro caleño y talento fugado, el compositor Kike Santander. El jingle que más recuerda Cala es el que hizo para los 25 años del programa de televisión Sábados felices: Una sonrisa entregada con amor, aniversario con la paz del buen humor.
Ahora, dice con orgullo, que debuta como compositora en el género pop. La letra y música de No me digas adiós son mías. Es una canción cortavenas que habla de ese dolor que te produce una traición. Cuando uno se enamora de alguien y todo es tan bonito, pero de repente el tipo te dice que tiene otra y tú sientes como si te arrancaran la piel. Yo viví esa experiencia y es una recopilación de muchas cosas que le han pasado a amigos míos.
Si bien el recorrido musical de Cala empezó en el colegio y en concursos como La Cruz de Calatrava, en los que resultó ganadora, su talento se pulió en el Conservatorio Antonio María Valencia, a través de las clases de guitarra clásica, folclórica y solfeo.
Además estudió música en la Universidad del Valle. Y aunque todo parecía indicar que se dedicaría a la música protesta, la salsa la llamó. Hizo parte de varias orquestas de salsa caleñas.
Pero su espíritu libre la llevó a irse de Colombia hace 16 años, para viajar por el mundo. Estudió inglés en Canadá, luego se fue a Miami, más tarde se reintegró a Son de Azúcar, agrupación con la que estuvo de gira por Atlanta, Nueva York, Washington, Virginia, pero se separaron. Sin dejar nunca su primer amor, la música, Cala se casó y tiene dos hijos, un niño de 11 años y una de 5.
Ahora canta No me digas adiós en un video grabado entre Hollywood, Miami y Aventura, Florida, y producido por Miguel Navarro, el mismo de Bachata en Fukuoka de Juan Luis Guerra.
Desde niña he luchado mucho, desde que mi papa se murió, que era quien me apoyaba en la música. No ha sido fácil, pero estoy feliz de volver, dice y de nuevo asoma su sonrisa de niña.