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¿Está conforme con la programación de los canales privados? Críticos hablan

5 reflexiones sobre la televisión colombiana que vemos en los dos canales privados. Hablan críticos y analistas de medios.

9 de junio de 2013 Por: Redacción de El País

5 reflexiones sobre la televisión colombiana que vemos en los dos canales privados. Hablan críticos y analistas de medios.

Que el rating más alto alcanzado recientemente por los canales privados, RCN y Caracol, ronde los 13 puntos, cuando en la historia de la televisión colombiana han existido producciones que lograron en un solo capítulo 54,7 (‘Betty, la fea’) y 26,9 (‘Escobar, el patrón del mal’), merece un análisis de lo que está pasando con esas dos grandes productoras. Todo indica que el ciclo de las ‘narconovelas’ podría estar llegando a su fin. La serie ‘Tres Caínes’, de RCN, solo alcanzó 13 puntos la pasada semana y no ha podido superar ese rating. ‘Desafío África’, de Caracol, que en sus primeros capítulos logró cifras récords alcanzando hasta los 17 puntos, ahora ha descendido a los 11, lo que demuestra que son más los colombianos que podrían estar prefiriendo la TV paga. “Los productores de la televisión carecen de una visión de mundo y piensan el país y las audiencias desde la vereda. Creen estar globalizados porque venden telenovelas en el mercado internacional y porque graban un programa en las islas del Caribe o en África”, dice Germán Yances, crítico de televisión. Le preguntamos a analistas y críticos de TV en qué aspectos están fallando los canales privados para que sean cada vez más los televidentes que prefieren hacer ‘zapping’, pasarse a los programas internacionales o, simplemente, apagar su televisor.1. Tenemos una sobredosis de dramaQue la mayor oferta de los canales privados en Colombia sean telenovelas se debe, en gran parte, a que los vicepresidentes creativos provienen precisamente de este género. “Proponen este tipo de narrativas, que les han funcionado bien desde el punto de vista del rating, y ahora no se atreven a salir de la fórmula”, explica Mario Morales, analista de medios.2. TV sin horario fijoTener solo dos canales privados hace que los televidentes implicitamente se supediten a los horarios impuestos por las programadoras, horarios que se cambian sin previo aviso, solo por cuestión de rating. La telenovela o la serie que se estrenó a las 8:00 p.m. puede terminar a la semana siguiente en la franja después de las 11:00 p.m., o desaparecer. Esa es una de las mayores quejas que reciben los defensores del televidente, pues al público se le irrespeta con los horarios. Por eso muchos prefieren cumplir la cita fija de los canales internacionales.3. Una TV no apta para niñosSi no existieran los canales públicos ni los internacionales, muchos niños solo podrían ver televisión los fines de semana. “Llevo dos años en el comité técnico de los premios India Catalina y nos hemos dado cuenta de que la TV infantil de calidad la hace Señal Colombia. Lo que emiten los privados colombianos es el refrito de los internacionales y los niños están viendo realities, seriados con contenido violento y noticieros. El público infantil está terriblemente descuidado. Se está perdiendo la oportunidad de formar ciudadanos de la próxima generación”, sostiene Jerónimo Rivera, director de comunicación audiovisual de la Universidad de la Sabana. 4. Realidad distorsionadaPara Germán Yances, los canales privados tienden a presentar a las audiencias una visión sesgada del país, como tierra de prepagos, narcotraficantes, capos, criminales, genocidas y más. “A los jóvenes, la televisión tiende a mostrarlos casi exclusivamente desde el estereotipo de sexo y droga, desechando otros ángulos mucho más interesantes”, añade el crítico. De acuerdo con Lisandro Penagos, docente de comunicación de la Universidad Autónoma, esto ocurre porque “nos ofrecen una TV de alta definición y bajos contenidos. Y después nos quejamos de la superficialidad de nuestros jóvenes, de su frivolidad”. 5. Sobredosis de comercialesLos cortes comerciales de la franja ‘prime time’ de los dos canales privados tardan hasta 6 minutos. “Y a veces los programas engañan a la audiencia al incluir publicidad en sus contenidos editoriales sin hacer claridad. Un día los anunciantes se negarán a pautar porque la audiencia de los comerciales no es ni la milésima parte del rating del programa”, concluye Yances.

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