El rol de papás: don Hermes, el padre de ‘Betty, la fea’, habla de su paternidad en la vida real

El actor caleño Jorge Herrera es más conocido como don Hermes Pinzón Galarza, el estricto y sobre protector, pero amoroso, papá de Betty, la Fea.“Todos los días toma mucha más fuerza el interés y el afecto de la gente por don Hermes Pinzón. Uno pensaría que a estas alturas, después de 24 años de haber hecho la novela, la gente ya tuviera una visión borrosa, no, no, no, es como si la hubieran visto ayer. Muchas personas se acercan a uno para declararle como la hazaña de su vida: ‘He visto Betty 10 veces’, Una señora me dijo un día: ‘He visto la novela como 100 veces y si la volvieran a pasar 100 veces más, la vería otra vez”.

Hablamos con este famoso papá de la ficción, quien en la vida real no tiene con sus tres hijos la relación tóxica y de sobreprotección que tiene con Betty. Sus hijos, al contrario, se independizaron pronto.

¿Cómo nutrió a este papá de la ficción que es tan recordado por muchos?

Ahorita estamos en la casa teatro Labarca, en el barrio San Antonio, de Cali (donde monta obras propias); yo vivía pasando esta calle, en la esquina, con mi abuela, que es la autora de la famosa frase de don Hermes: “El diablo es puerco”, ella me decía eso constantemente y el personaje se armó sobre la base del papá de Fernando Gaitán, el escritor, y de mi padre, que era de una severidad y de una sobreprotección con sus hijas mujeres impresionante, exagerada, mucho peor que Hermes. De allí salió el comportamiento. Hay una cosa muy curiosa con la risa de ganso de Betty, que la inventó Ana María y yo se la expropié. En la escena en la que vamos en el carro, Armando, Betty y don Hermes, y nos varamos, de repente, me río como Betty. Ella se queda mirándome como diciendo: “Pero si esa es mi risa”. Todo el mundo creyó que la risa es un factor genético, que Betty se reía así porque su papá se reía así, en la vida real fue al revés, ella se inventó la risa y yo se la expropié.

¿Cómo ha sido reencontrarse con su hija de la ficción (Ana María Orozco), después de tanto tiempo?

Es un poco ambivalente permanecer con un personaje durante tantos años. A mí a veces hasta se me olvida y la gente todos los días, por donde yo quiera que esté en el mundo —porque no es un asunto de aquí, de Colombia—, adonde yo vaya, me lo están recordando. Una vez estamos haciendo un programa con Pacheco, y con Ana María éramos equipo en el concurso Caiga en la Nota. En un descanso de la grabación, pasó algo muy curioso, fuimos a una tienda por Chapinero, en Bogotá, todo el mundo me reconocía y a ella no, porque no estaba caracterizada. Después hicimos la segunda temporada de la obra de teatro que fue muy exitosa. Pensé que nunca más me iba a encontrar haciendo de papá de Betty y fue muy sorprendente y muy grato volver a ver a Ana María tan feliz, haciendo este personaje otra vez.

¿Cómo era su relación con Ana María, mientras ella hizo de ‘Betty’ y usted de su padre?

Pues fíjate que en medio de la grabación de la novela, ella llegó a sentirse tan mal, tan incómoda, tan estresada con la forma como era asediada que se quería ir de la novela en pleno apogeo. Entonces me tocó comportarme como papá en la vida real y hacerla entrar en razón. Yo me inventé una cita entre ella y el director, Mario Ribero, en su casa, donde Mario cocinó para ella y le dijo: “nosotros te queremos, te necesitamos”, porque además, Mario era muy amigo del papá de ella de ‘Lucho’ (Luis Fernando Orozco), y la convenció de que se quedara en pleno apogeo de Yo Soy Betty, la Fea.

¿Hablemos de sus hijos en la vida real, cuántos son y a qué se dedican?

Tengo tres hijos, el menor, Jorge Fernando Herrera Conde, está en Portland, Oregón, Estados Unidos y es chef; Martín Enrique Herrera, está en España y es arquitecto, y mi hija Lizana Mayel Herrera Zuluaga, vive en Jamundí y es música.

¿De qué se arrepiente como papá?

Yo, la verdad, quisiera tener más tiempo para estar con mis hijos, porque mi trabajo y el de ellos no lo permite. Me siento un poco distante, quisiera poder tenerlos más cerca. Difícilmente lo he podido hacer, entonces me siento siempre con ganas de verlos, de hablarles, de tenerlos cerca. Esa ausencia trato de suplirla de otras formas, pero el trabajo nos ha distanciado. Yo empecé en la actuación a los 10 años, cuando estaba en el colegio, pero tuve a mi hija siendo muy joven, cuando ya era actor profesional y era miembro del Teatro Experimental de Cali. Ella, en un comienzo, intentó acercarse a la actuación, pero se volvió música, directora de orquesta, y una muy buena.

¿Es así de sobreprotector con sus hijos, como lo es don Hermes?

No y no hubiera podido. Son muy independientes. Mi hija se volvió profesional de la música y se distanció pronto de la casa para ser independiente. Ya tengo un nieto de mi hija, a quien quiero mucho, tiene 17 años, y él también se volvió músico. Con Martín muchas veces convivimos y me hablo a diario con Jorge (el chef).

¿Aplica el humor con sus hijos?

Sí, y mi hijo menor es chistosísimo también. Al igual que lo soy con mi esposa (la actriz Amparo Conde); es uno de los factores que nos mantiene unidos como familia. Ella se divierte conmigo al punto de que yo a veces pienso que soy su bufón personal.

¿Solía castigarlos?

Alguna vez me impacienté, pero no fui de castigarlos físicamente, a mí sí me castigaron severamente mi padre y mi madre, me decían que yo era muy travieso, no lo sé. Pero yo nunca lo he hecho con ninguno. De pronto restringirles alguna salida o algo por el estilo. Pero castigo físico, nunca.

¿Sus hijos heredaron su talento?

Ellos son muy talentosos. Quisiera poder tocar con mi hija alguna vez, ella me ha colaborado haciendo música para las obras que yo monto. Mi hijo Martín, que es arquitecto y profesor universitario, me ha ayudado con la escenografía. Y el menor, que es un chef durísimo, ha hecho el catering en algunas producciones; desde los 8 años ya sabía que iba a ser cocinero, ahora tiene 30 años, imagínese la experiencia.

¿Es cierto que grabó un disco con su hijo menor?

Así es, tenemos un disco donde cantamos juntos canciones en inglés y en francés, de balada rock, boleros y hasta un tango, es bien variado.

¿Qué travesura grande hizo alguno de sus hijos?

Una vez llegué a la casa y encontré a Martín, con tres años, trepado en una silla en el zaguán ‘afeitándose’, y alrededor de la boca estaba echando sangre. El susto que nos dio fue grande.

¿Qué consejo le ha dado a sus hijos?

Yo solía darles un consejo kafkiano: “Acuérdense que Franz Kafka decía: ‘En tu lucha contra el mundo, apoya al mundo’. No pretendas que tú eres quien tiene la razón y ábranse que ahí voy. Espera un momento y mira por qué el otro se comporta o piensa de esa manera. Es un principio para la vida.

En datos

Vienen dos temporadas de la secuela de Yo Soy Betty, la Fea. “Terminamos de grabar a mediados de diciembre pasado y ya estamos esperando la obra para grabar. RCN está asociado con Amazon Prime”, cuenta Herrera.

Esta casa en Cali es mi última hija. Labarca es mi laboratorio teatral con mi esposa. El Gendarme Generoso, obra que escribí y dirijo, se presentará el 6 de julio.