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Natalia Linares, atleta colombiana. | Foto: Prensa Mindeporte

ATLETISMO

Natalia Linares tuvo un apoyo especial para avanzar a la final del salto largo

La deportista se convirtió en la tercera clasificada del país a una final del Mundial de Atletismo sub 20 y tuvo motivación de sobra: su mamá la acompañó en las gradas del Pascual.

3 de agosto de 2022 Por: Prensa Mindeporte

De celebrar en casa un oro bolivariano a soñar con ser podio mundial. Así ha sido la vida de Natalia Linares en un mes exacto. Festejó en su natal Valledupar y ahora quiere hacerlo en Cali. Demasiado vértigo en tan poco tiempo. Al punto que un nombre fue suficiente para cambiar su habitual sonrisa por lágrimas de emoción: Yanelis González.

"Es la compañera de vida que me ha dado Dios, el apoyo incondicional desde que comencé en el deporte y quien será siempre mi primera dedicatoria en todo lo que logré. ¡Es mi mamá!", confiesa emocionada la atleta de salto largo que con un registro de 6.31, se clasificó como segunda de su grupo a la final de este viernes en el Mundial de Atletismo sub-20.

En la tribuna norte del Pascual, Yanelis alentó hasta quedarse sin voz. Y aunque Natalia confiesa que no escuchó porque la concentración imperaba, una vez aseguró su presencia en la última instancia, "la emoción superó todo". Y por sobradas razones: "Ella ha sido la pionera y me ilusiona ganarme esa medalla de oro por el trabajo que hemos hecho juntas".

Hoy más que nunca, la atleta reconoce el "sacrificio y apoyo en un proceso difícil, que va desde lo psicológico hasta lo físico, por supuesto". Pero en medio de la nostalgia, también asoma una anécdota imperdible: "Cuando inicié, normalmente ganaba en el último salto y ella me decía: no me pongas a parir de nuevo que yo ya te parí una vez".

Se dio el primer paso y ya piensa en el último y definitivo, pero antes se toma un respiro, un halo de reflexión. "Esté o no en el podio, igual voy a ser campeona", advierte convencida. Y confirma su estado anímico con una frase aún más contundente: "Cualquiera envidiaría tener una mamá como ella".

Un proceso de tres años puede convertirse en metal este viernes, pero al margen de podio, hay algo más importante asegurado para Natalia y Yanelis: un abrazo entre madre e hija y con el Pascual como testigo.

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