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Andrés Escobar en el Mundial de Estados Unidos 1994 | Foto: EFE

FUTBOL COLOMBIANO

Andrés Escobar: 25 años de una muerte que duele hasta las fibras

El 2 de julio de 1994 fue asesinado Andrés Escobar. Nostalgias de un ídolo que vive en los recuerdos.

1 de julio de 2019 Por: Daniel Molina Durango - Reportero de El País

Al otro lado de la línea telefónica, Luis Carlos Perea emitió un pesado suspiro. La pregunta ¿Cómo recuerda a Andrés Escobar? sigue evocando nostálgicos recuerdos en las personas que compartieron con el legendario exdefensor de la Selección Colombia y el Atlético Nacional.

Este martes se cumplen 25 años de su muerte (2 de julio de 1994). 25 años del día en el que el chófer de unos hermanos narcotraficantes le disparó seis veces en la cabeza en Medellín, la ciudad que él amaba tanto como al fútbol.

“Uno siente nostalgia cuando lo recuerda. No podemos aceptar que él haya partido así como partió”, afirma Perea, hoy radicado en suelo estadounidense. Durante muchas campañas, ‘Coroncoro’, como le decían, hizo pareja de centrales junto a Andrés en el equipo verdolaga y el combinado nacional.

Perea vivió de cerca el suceso que terminó por marcar la carrera deportiva y la vida de su compañero de zaga: el autogol frente a Estados Unidos que prácticamente sentenció la suerte de Colombia en el Mundial del 94, realizado en ese país.

Corría el minuto 35 en el estadio Rose Bowl de Pasadena, California, cuando Andrés, en su afán por despejar un centro que venía desde el costado derecho, terminó vulnerando la portería de un Óscar Córdoba que había salido de su área con el propósito de asegurar un balón sin aparente peligro.

El desafortunado anticipo de Escobar significó el primer gol de los locales, que terminaron ganando 2-1 y eliminando a una Colombia que había llegado a la cita orbital como favorita al título, precedida por el hecho de haber goleado 5-0 a Argentina en el Monumental de Buenos Aires.

Pero la Tricolor de Córdoba, Escobar, Valderrama, Rincón, Asprilla y demás, fracasó rotundamente, caldeando los ánimos en un país enrarecido a causa del triunfalismo y el narcotráfico.

“Por la cabeza de uno pasan millones de cosas. Ver a Andrés abatido, en el suelo, con ese rostro de angustia, fue durísimo. No sé… la situación fue frustrante, porque en la cancha realmente no sabíamos cómo revertir eso. Ese día me sentí tan culpable como él”, cuenta Perea.

Diez días después del autogol, se dio la muerte de Andrés, en la salida del restaurante El Indio de la capital antioqueña. El exdefensor compartía con unos amigos cuando, desde una de las mesas del lugar, los hermanos narcotraficantes Juan Santiago y Pedro David Gallón Henao lo empezaron a ofender.

Escobar salió del lugar, pero lo siguió hasta el aparcamiento Humberto Muñoz Castro, el chofer de los hermanos Gallón. Él fue quien cometió el asesinato. Lo condenaron a 43 años de cárcel y solamente pagó 11.

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Francisco ‘Pacho’ Maturana, técnico de esa Selección Colombia, presagiaba que algo nefasto podía ocurrir después del fracaso del Mundial. Incluso, algo terrible ya había ocurrido durante la Copa. Antes del juego frente a Estados Unidos, le había llegado una amenaza contundente a él: su vida correría peligro si ponía en la nómina titular al volante ‘Barrabás’ Gómez.

Por eso, tras la eliminación, Pacho’ les dijo a los jugadores que se iban a devolver a Colombia (muchos se quedaron de vacaciones en suelo norteamericano), que evitaran salir a lugares públicos, por lo menos hasta que los ánimos se calmaran.

Andrés Escobar fue uno de los futbolistas que decidió regresar al país. Y lo hizo por motivos importantes. Uno de ellos, volver a ver a su novia, la odontóloga Pamela Cascardo, con quien tenía previsto adelantar su matrimonio a causa de su inminente transferencia al Milán, uno de los históricos del fútbol italiano.

Santiago el ‘Sachi’ Escobar, exjugador, director técnico y hermano de Andrés, recuerda con dolor, pero también con resiliencia, esa decisión.

“Andrés volvió porque le quería dar la cara a país. Era un hombre frontal y tranquilo. Regresó a ver a su novia, que no había ido al Mundial, y en Medellín encontró la muerte. Él tuvo la posibilidad de ir a muchos lugares. Si hubiera sabido lo que le iba a pasar, pues no hubiera regresado, pero todo eso hace parte del destino”, afirmó ‘Sachi’, hoy DT de la Universidad Católica de Ecuador.

El presagio de lo que podía ocurrir no solo lo tenía Maturana, sino también Pamela, la novia de Andrés. En una entrevista publicada en el 2017 por el diario El Colombiano de Medellín, la reconocida odontóloga aseguro que en la noche del 2 de julio del 94, ella le dijo a su pareja que no saliera porque podía ser peligroso.

“Recuerdo que ese viernes él me acostó en la cama y lo último que me dijo fue: Duérmete, mi amor. Vamos a adelantar nuestro matrimonio porque nos vamos para Europa”, rememoró Cascardo.
Esa noche, sin embargo, la intolerancia derrumbó esa ilusión.

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Más allá de la tristeza, el recuerdo de Escobar sigue vivo con cada evocación de cariño por parte de sus seres queridos.

“Fue una persona que tuve el privilegio de disfrutar en todas las etapas de su vida. Mi hermano fue un ser humano de bien, carismático y que no le hacía daño a nadie. Pensaba más en las otras personas que en él mismo. Lo recuerdo con esos valores y principios que tanto se han perdido en la sociedad”, señala el ‘Sachi’ Escobar.

“Desde que me levanto hasta que me acuesto veo su imagen y escucho su voz. Fue un ser humano íntegro, bondadoso y cariñoso. Tenía un gran don de gente”, recuerda, por su parte, Juan Jair Galeano, su mejor amigo y exfutbolista, quien compartió mucho tiempo con él en Atlético Nacional.

“Siempre que él llegaba a Medellín y yo lo recogía en el aeropuerto, me decía que tan linda la ciudad y sus montañas. Yo todos los días, desde acá desde mi consultorio, veo las montañas y me acuerdo de él”, rememoró Pamela Cascardo.

El legado del ‘Caballero del fútbol’ sigue siendo tan claro e impecable como lo fue su forma de ser, su forma de anticiparse a los rivales y su manera de tratar la pelota, esa misma que, aunque no pueda expresarse, lo sigue añorando 25 años después.

En detalle
Andrés Escobar tuvo una destacada carrera en el Atlético Nacional, donde jugó desde 1986 hasta 1994.

Con el ‘verdolaga’ ganó los títulos nacionales de 1991 y 1994.

A nivel internacional, obtuvo la Copa Libertadores de 1989 con el club de sus amores.

Con la Selección Colombia estuvo en dos Copas del Mundo: 1990 y 1994.

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