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Jeisson Suárez ganó la prueba de media maratón de los Juegos Bolivarianos 2017. | Foto: Foto: Archivo AFP

ATLETISMO

Conozca a Jeisson Suárez, maratonista clasificado a Tokio 2020 y poseedor del récord nacional

El atleta tolimense se convirtió en el tercer colombiano clasificado a Tokio 2020 en la modalidad de maratón.

22 de abril de 2021 Por: Alejandro Cabra Hernández - Reportero de El País

Hay muchos motivos por los que corre el maratonista Jeisson Suárez, clasificado el pasado fin de semana a los Juegos Olímpicos de Tokio al lograr la marca mínima para las justas en el NN Mission Marathon de Países Bajos.

Su gusto por el deporte, su esposa y su hija son los principales, pero detrás también está al anhelo de alcanzar una mejor calidad de vida y, sobre todo, la posibilidad de representar a tres departamentos.

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El del Tolima, aquel que lo vio nacer hace 30 años en Líbano; el Valle del Cauca, al que representa hace cuatro años y con el que fue campeón en los Juegos Nacionales de Bolívar en 2019; y Antioquia, donde vive hace cinco años en el municipio de La Ceja.

El actual poseedor del récord nacional, campeón bolivariano y centroamericano charló con El País sobre su objetivo cumplido y contó cómo terminó corriendo para el Valle.

¿Cuándo y por qué empieza a correr por el Valle?

Uno como deportista tiene sueños como este de clasificarse a los Juegos Olímpicos, y para eso es indispensable el apoyo. En el Valle del Cauca, desde la doctora Clara Luz Roldán hasta el gerente de Indervalle, Carlos Felipe López, me dieron esa confianza para apoyarme en lo que necesitara para que ganara el oro en los Juegos Nacionales y clasificara a Tokio. Desde que entré no me han fallado y yo siempre he dicho que uno es de donde lo apoyan. Vivo agradecido con el Valle, al que represento hace 4 años.

¿Cómo llega al atletismo?

Mis primeros pasos en el atletismo se dieron sobre los 16 años, cuando iba saliendo del colegio. Lo conozco por mi exentrenador Luis Gabriel Villegas, que es quien me presenta la posibilidad de que por ahí pueda estudiar, conseguir becas. No era que me gustara mucho, pero lo veía como una manera de ayudar a mis padres. Después le fui cogiendo cariño y me fue enseñando muchas cosas en la vida. Lo más importante: que si quería ganar, dependía solo de mí.

En los nacionales de Bolívar fue campeón con una marca de 2:22:23 horas y ahora se clasifica con 2:10:51, ¿de dónde ese progreso tan grande?

Lo que pasa es que hay competencias en las que corres por una marca, como la reciente en Países Bajos, y otras en las que vas por la medalla, como en los Nacionales. Aquella vez hice la maratón más rápida en la historia de los Juegos Nacionales, pero mi mejor marca estaba en 2:14:48 horas. Pasó que no podía salir a buscar una marca porque lo que necesitábamos era el oro y al principio todos los corredores iban muy lento, nadie quería proponer y hacer la carrera rápida, por eso decidí aguantar y llevar a cabo una estrategia que me permitiera ganar el oro.

En este ciclo olímpico vivió momentos muy especiales: oro en los Bolivarianos, los Centroamericanos, los Nacionales y la clasificación a Tokio con marca nacional, ¿cuál fue más especial?

Cada momento tiene su importancia y me ha cambiado la vida. No solo las maratones en las que triunfé, sino también las que no pude terminar, como la de los Juegos Panamericanos. Los Bolivarianos me cambiaron la vida deportiva; los Centroamericanos me mostraron la posibilidad de ir a Olímpicos; y los Nacionales me mostraron que había hecho las cosas bien y pude contribuir al título del Valle.

Sobre la carrera del domingo, dijo que le costaron particularmente los últimos siete kilómetros, ¿cómo se corren esos momentos críticos?

Ni Eliud Kipchoge, el mejor maratonista del mundo, puede decir que no le costó algún kilómetro. Mantener el ritmo durante tanto tiempo hace que las piernas se descontrolen, los músculos duelan y la cabeza piense cosas distintas. Los que iban conmigo apretaron un poco, pero yo iba a mi ritmo buscando la marca y no quise apretar porque en una maratón en dos o tres kilómetros se puede perder lo que hiciste en 35 o más. Cuando vi el reloj faltando 200 metros, cambió mi mentalidad para disfrutar y decir “lo logré”. El dolor pasó a un segundo plano.


¿Cómo afronta las barreras físicas y mentales que exige su deporte?

Como los ciclistas, nosotros preparamos todo antes de la carrera. Planificamos qué hay que consumir cada cinco kilómetros, procuramos hacer buenos masajes pre y poscarrera y dormir bien en las noches anteriores.

¿En qué se basa su dieta?

Yo como mucha pasta e intento consumir ensaladas todos los días. En la proteína, como poca carne de res y más carnes blancas, que son más sanas.

¿Entrenar en La Ceja (2200 m.s.n.m.) le favorece?

La altura es parte fundamental del rendimiento deportivo porque es generar glóbulos rojos y glóbulos blancos de manera natural. También, ahí se hace más esfuerzo que al nivel del mar. Por eso los velocistas prefieren repetir movimientos al nivel del mar y nosotros los fondistas nos concentramos en la altura. La Ceja es el pueblo en el que vivo hace cinco años mi familia y yo estamos amañados.

Datos

Jeisson dice disfrutar de la maratón porque es la prueba en la que más se destaca.

”Me gusta prepararla, vivirla. En carrera se viven miles de cosas. Sé que si voy a preparar una maratón no puedo fallar en las 12 semanas previas, porque el día que falle se va a notar en 30 segundos, un minuto o más en el momento de la carrera”, comenta.

Para él, su mayor sacrificio se da en la alimentación. “Vengo de una tierra donde se come tamal, lechona, se come plátano y yuca todos los días. Tener que aprender eso, a mermarle a las cantidades, es el mayor sacrificio. El resto, como las fiestas, son añadidura”, cierra.

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