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"Ya nos tragamos el sapo más grande, el acuerdo con los paras": Horacio Serpa

Horacio Serpa dice que volvió al Senado con el único propósito de la paz y que siente que “tratan de volverme chivo expiatorio de intenciones ilegales”.

15 de diciembre de 2014 Por: Redacción de El País

Horacio Serpa dice que volvió al Senado con el único propósito de la paz y que siente que “tratan de volverme chivo expiatorio de intenciones ilegales”.

Con la tranquilidad de quien ya camina por la séptima década de la vida y la sinceridad que caracteriza a los santandereanos, Horacio Serpa Uribe parece dispuesto a decirle al país lo que no quiere oír pero necesita entender. De hecho, volvió al Senado con la paz como único propósito y para reconocer que el posconflicto será complicado, “pero nunca nada será peor a esta horrible y cruenta guerra”. Serpa habló con El País de los ‘sapos’ que todos los sectores colombianos tendrán que tragarse para lograr la igualdad política, económica y social que el país demanda y de los ‘pendientes’ que tiene con la Justicia. ¿Cómo se ha sentido en su regreso al Senado?Muy bien, muy contento. Después de tantos años, 24, regresar a ese ambiente con ánimo constructivo ha sido edificante. Me siento en la posibilidad de ser útil, de manera que lo que siento es satisfacción.El país esperaba de pronto un Serpa más beligerante, pero usted ha estado muy sereno, ¿por qué?No sé por qué esperaban eso, si yo fui al Senado a apoyar especialmente la paz y a cumplir un objetivo que estoy atendiendo al ciento por ciento: ser un senador ejemplar. Es cierto, no ando de pelotera en pelotera, pero eso no se diseña ni se prepara, surge de las circunstancias de la política. Estoy interviniendo juiciosamente porque creo que, en el momento de la paz, nos corresponde asumir posiciones conciliadoras, cuando sea necesario, y contradictoras, cuando lo que se examina no corresponde a los compromisos que cada quien tiene, pero para eso no se necesita una gazapera, se necesita tener argumentos.¿Cree que la reforma de equilibrio de poderes sí va a equilibrar los poderes?Lo de equilibrio de poderes es un nombre. Unos lo contradicen, otros lo apoyan. Lo cierto es que tiene cosas muy importantes, como terminar el Consejo Superior de la Judicatura, para analizar cómo se va a administrar la justicia en el futuro y cómo se va a disciplinar a jueces y abogados. También estoy de acuerdo con que haya un Tribunal de Aforados, pero que haga la investigación y que esas consecuencias lleguen a la Cámara de Representantes para que sea la Corporación, como corresponde a un sano equilibrio de poderes, la que diga si hay lugar a juzgamiento en el Senado o si el caso debe precluir. La Corte Suprema abrió una investigación por su participación en los hechos que rodearon la muerte de Álvaro Gómez, ¿qué opina?Eso no es exactamente cierto. Desde hace siete años la Fiscalía venía haciendo averiguaciones por la acusación que hizo un criminal, de los peores que ha habido en Colombia, ‘Rasguño’, que pretende involucrarme en un episodio anterior al asesinato del doctor Gómez. En ese tiempo no he sido llamado a la Fiscalía a rendir ninguna explicación, pero la investigación está ahí y como ahora soy senador, entonces las diligencias pasan por competencia a la Corte Suprema de Justicia. ¿Qué opinión le merece el libro de William Rodríguez, hijo de Miguel Rodríguez, en el que se reviven episodios del Proceso 8000?No lo conozco, pero sé que hay un libro y me imagino que para hacerle promoción el hijo de los Rodríguez relata un episodio de hace muchos años, cuando se estaba discutiendo sobre el enriquecimiento ilícito y, tiene razón, no asistí a un debate en la Cámara, pero quiero recordar que sí fui al debate último, en plenaria de la Cámara, y allí intervinimos varios para oponernos y logramos que eso no fuera ley.¿Se siente perseguido de la Justicia?Por la Justicia, no. Siento que tratan de volverme un chivo expiatorio de intenciones ilegales para lograr beneficios y, en el caso de ‘Rasguño’, penitenciarios. Soy partidario de que los crímenes que más conmocionan a la sociedad, como el de Álvaro Gómez Hurtado, sean declarados de lesa humanidad. Soy un hombre que no solo ha cumplido con la justicia sino que ha impartido justicia, de manera que tengo claridad de lo que me corresponde hacer como ciudadano y lo cumplo exactamente.La U anunció que para el 2018 va con candidato único, ¿cree que se va a desintegrar la Unidad Nacional?Es que la Unidad Nacional solo va por este segundo periodo presidencial de Santos y se hará un esfuerzo para que se hagan definiciones electorales el año entrante de conjunto dónde se puedan hacer, pero para del 2018, cada partido tendrá su candidato, el Partido Liberal también anuncia que tendrá candidato o candidata propia para la Presidencia, por supuesto. ¿Cree que en 2015 se firmará la paz?Claro. Ese proceso ya no tiene reversa, y luego viene la etapa de la posguerra, la de las reformas, que es fundamental porque sino hay reformas, vuelve la guerra. Entonces todos tenemos que hacer sacrificios, aportar, generar igualdad, crear más espacios democráticos y no es fácil, pero es muchísimo mejor que está guerra que no ha cesado en medio siglo.Pero hay quienes dicen que el posconflicto traerá más violencia...Será muy complicado, pero nunca nada será peor a esta horrible y cruenta guerra. Yo pregunto, ¿más violencia que lo que han sido 250 mil víctimas por razón del conflicto en 50 años, cinco millones de desplazados, 500 mil mutilados, el atraso social y económico de los colombianos, las injusticias, las mentiras, las perversidades, las deslealtades que genera una guerra? Nada es peor que la guerra.¿Entonces no pueden haber inamovibles en las negociaciones?No puede haber inamovibles. Es cierto que hay concentración de la riqueza, por eso hay desigualdad; es cierto que hay mala distribución del ingreso, por eso crece la pobreza; es cierto que en Colombia hay exclusiones y la exclusión genera inconformidades. Es cierto que en Colombia no hay oportunidades, que la propia educación genera desigualdad, entonces eso hay que cambiarlo. No podemos ser defensores del status quo y al mismo tiempo desear la paz. La desigualdad, el bipartidismo, la discriminación y la pobreza generaron esta guerra. Hay que movernos o seguimos en lo mismo.¿Cuál es el sapo más grande que deberán tragarse los colombianos por la paz?Los colombianos demócratas estamos acostumbrados a esa clase de viandas, lo que pasa es que, según las circunstancias, el sapo es más grande o más pequeño y en unas oportunidades el sapo se come con una rociadita de sal y en otras oportunidades hay que echarle también aceite de oliva y aliñarlo suficientemente para que pase por su tamaño. Hacer un acuerdo con quienes han cometido delitos para lograr la paz es un sapo grande. Pero yo pienso que Colombia ya se tragó el sapo más grande, que fue el acuerdo que se hizo con los paramilitares, lo importante es que cada quien aporte, que si bien la paz no se puede hacer a cualquier precio, la paz tiene un precio, y ese precio, que pudiéramos decir, son los sapos, tenemos que pagarlo todos los colombianos.En sus últimas intervenciones ha hecho alusión a su edad, ¿le preocupa el paso de los años?Al contrario, soy supremamente realista, sé que soy un hombre mayor y por decirlo de alguna manera, el representante en el Congreso de los adultos mayores, de lo cual me siento supremamente contento. Pero también represento las ideas de vanguardia en el Partido Liberal, de la transformación social y lucho porque haya una modificación del modelo económico de desarrollo. Lo que pasa es que cuando uno ya está mayor, como yo, ya no le da miedo hacer esas propuestas, que son las que necesita el país, pero también debo decir que soy un ferviente partidario de que los jóvenes asuman posiciones de comando en la República y lo digo con la tranquilidad de quien ya no es competencia para ellos.

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