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Segunda parte: Michael Mckinley, optimismo contagiante

El embajador de EE.UU. en Colombia, quien visitará Cali la próxima semana, dice que este país es, hoy, uno de los mercados más importantes para Norteamérica y que nuestra economía tiene un potencial que se está empezando a notar en muchos sentidos.

22 de octubre de 2012 Por: Margarita Vidal Garcés

El embajador de EE.UU. en Colombia, quien visitará Cali la próxima semana, dice que este país es, hoy, uno de los mercados más importantes para Norteamérica y que nuestra economía tiene un potencial que se está empezando a notar en muchos sentidos.

Aquí ha habido grandes opositores a los TLC, especialmente con Estados Unidos. Argumentan un detrimento de la industria nacional y la quiebra de pequeñas y numerosas empresas sin capacidad de competir. La globalización tiene tanto de ancho como de largo.Precisamente la globalización es el punto de partida. Hoy no hay economía en el mundo que pueda definir su crecimiento económico sin establecer relaciones y lazos comerciales con el resto de países, que se definen en acuerdos preferenciales, bilaterales y regionales. No ser parte de ese proceso implica quedarse atrás en términos de oportunidades para el desarrollo, el crecimiento y la creación de empleo. Esto requiere un enfoque diferente sobre innovación y competitividad y, desde luego, es importantísimo tener en cuenta a los sectores vulnerables en momentos de transformaciones globales.Y sin embargo, a lo largo y ancho de este tipo de tratados se han extendido partidas de defunción para millares de empresas.En las negociaciones con Estados Unidos, Colombia logró protección a varios sectores, a fin de hacer un cambio gradual en los aranceles, para permitirle a las empresas adaptarse a una mayor competitividad, especialmente en sectores agrícolas y en ciertos sectores industriales, y por eso hay acuerdos en los que se llega a un gran detalle técnico y específico. Es cierto que a veces hay choques y que unos sectores sufren más que otros, pero la tendencia –y esto puede comprobarse en decenas de casos a nivel mundial- es que las oportunidades que se crean son mayores que las que se pierden.¿Cuáles son las ventajas en Colombia, que aquí no se conocen mucho?Colombia tiene una gran ventaja en términos de su estructura económica; tiene una clase media que ya ronda el 30% de la población, un mercado de consumo de 46 millones de personas, una inversión en infraestructura para los próximos cinco a diez años, de US$55.000.000.000, en mejoras a todo nivel; hay cifras record de inversión extranjera (y no toda va a petróleo y carbón).Hay un sector importante que busca invertir aquí en el mercado de consumo y en el potencial de agro- industria, en el campo hidroeléctrico, en el de turismo, en fin, esta economía tiene un potencial que se está empezando a notar en muchos sentidos y es interesante anotar que las multinacionales colombianas se están haciendo sentir también en América Central, Perú, Argentina.Otro tema importante es el de los Derechos Humanos que jugaron un papel preponderante durante las discusiones del TLC y que en un momento dado se convirtieron en obstáculo para su ratificación. ¿Cómo se allanó ese camino y qué convenció finalmente al Congreso de su país de que habíamos tomado el camino indicado?Las transformaciones se han venido dando a través de los últimos años, no son cambios de un día para otro. Los logros son fuera de serie en términos de mejoramiento de las instituciones, de mayor transparencia, del funcionamiento de la justicia, de investigaciones en casos clave de violación de Derechos Humanos, masacres, ‘falsos positivos’, mayor protección a la sociedad civil que trabaja en temas sensibles, y derechos laborales. Es indudable la transformación profunda que ha habido aquí y el presente gobierno ha dejado bien claro que seguirá buscando cómo mejorar la aplicación de justicia en el país. Aquí hay ya un debate amplio en relación con los derechos humanos y se adelantan políticas de tierras, restitución, modificación a la ley de víctimas y esfuerzos para lidiar la pobreza. Mencionó atrás el tema de la lucha contra el narcotráfico, pero no se entiende por qué son diferentes las cifras optimistas del Departamento de Estado y las otras, menos buenas, de la ONU.Aplicamos diferentes metodologías, pero lo importante es resaltar que en los últimos doce años ha bajado en un 72% el potencial de producción colombiana, en los términos en que nosotros hacemos esta medición. En los términos de Naciones Unidas es alrededor de un 50%. Pero le voy a dar una cifra más actualizada: desde 2008 calculamos que ha habido un bajón del 50% en cultivos. Naciones Unidas llega a un estimativo de casi 33%, o sea que las tendencias están claras. Discrepamos en el tamaño de los avances, pero ambas metodologías muestran cifras que representan todo un éxito en la lucha contra el cultivo de hojas de coca en el país.La discusión es encarnizada, y muchos abogan por una legalización de la droga. Nosotros seguimos convencidos de que ésta no es la mejor manera de luchar contra el flagelo del narcotráfico, pero no nos cerramos al debate que se está llevando a cabo. En la Cumbre de las Américas de Cartagena, el presidente Obama afirmó que estamos abiertos a discutir estrategias, y el gobierno colombiano ha planteado la importancia, junto con la OEA, de realizar estudios y examinar a fondo cuáles serían las mejores opciones. Pero quiero recalcar un punto fundamental: mientras el debate se lleva a cabo, nuestros países están sufriendo el daño que causan las organizaciones criminales a través de la violencia, la corrupción, y el establecimiento de lazos internacionales que causan problemas muy graves a nivel regional. Yo no creo que haya nadie que pida que se abandone la lucha contra estas organizaciones criminales. El escándalo de los guardias del presidente Obama en Cartagena empañó la Cumbre de las Américas y nadie volvió a hablar de sus logros. ¿Ya con perspectiva, qué destacaría como positivo?Déjeme repetir lo que dijimos en su momento y es que lamentamos mucho el impacto del incidente en Cartagena sobre la Cumbre y su imagen. Pero eso, en perspectiva, no debe ocultar lo que fueron verdaderos logros: allí, por primera vez, se reunieron los empresarios más importantes del hemisferio, en un foro que abocó discusiones abiertas con más de una docena de mandatarios de diferentes países latinoamericanos, sobre un hecho incontrovertible, y es que América Latina se está convirtiendo en una de las dos más importantes regiones emergentes del mundo, donde hay no solo optimismo y modernidad, sino innovación, creatividad y decisión de ir hacia adelante.

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