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“Colombia regresó con todo a la arena de los negocios”: presidente de la Andi

Luis Carlos Villegas, presidente de la Andi, y uno de los cerebros de la Cumbre Empresarial de las Áméricas, afirma que nuestro país mostró que se ha transformado y que hoy está en la corriente de la inversión mundial.

15 de abril de 2012 Por: Alfredo García Sierra | Reportero de El País

Luis Carlos Villegas, presidente de la Andi, y uno de los cerebros de la Cumbre Empresarial de las Áméricas, afirma que nuestro país mostró que se ha transformado y que hoy está en la corriente de la inversión mundial.

Colombia mostró ante la Cumbre Empresarial de las Américas que es un país que se transformó en lo económico y lo social y que está dispuesto a convertirse en uno de los líderes del Continente. Así lo piensa Luis Carlos Villegas, el presidente de la Asociación Nacional de Empresarios, Andi, uno de los cerebros del foro que reunió en Cartagena a 700 empresarios del Continente, una misión que no fue nada fácil. ¿Qué aporte le dejó a Colombia la Cumbre Empresarial de Cartagena, teniendo en cuenta que allí se reunió el 33% del PIB mundial?Era la primera vez que se celebraba una cumbre empresarial de esta calidad, paralelalemente a la cumbre política y social. Hace seis o siete meses atrás el presidente Santos nos pidió que pensáramos si una cumbre de esta categoría era posible, y luego de un sondeo entre los principales empresarios del Continente, la respuesta fue inmediata y positiva. Eso es lo que le deja la cumbre empresarial a Colombia. ¿Es decir, que esa condición de que somos un país violento, ya no nos margina del resto del mundo? El mensaje del mundo hacia Colombia es que nos ven como un país que se ha transformado y cambiado positivamente, y que está listo a recibir inversión y a vincularse a las grandes corrientes económicas y políticas del planeta.Y en segundo lugar, presentamos la imagen de que somos capaces de organizar eventos de esta trascendencia, que dejan finalmente proyectos para generar empleo, más riqueza y para tener mayor apertura con el mundo dentro de unos comportamientos de un planeta más civilizado. Por eso, la cumbre empresarial lo que hizo fue contribuir a la ya muy notoria mejoría que ha tenido el país en la última década.¿Eso significa que hoy existe una nueva Colombia, la de los negocios y el comercio, y no la del estigma del tráfico de drogas?Así lo prueba el inmenso interés de los 700 empresarios que vinieron a Cartagena, y que representaron a 620 grandes compañías desde Canadá hasta Tierra del Fuego. Ese interés mostró que esta es una economía con un gran potencial de crecimiento, que se ha desarrollado desde el punto de vista social y que está muy vinculada a los movimientos económicos que hoy suceden en el planeta. América junta produce uno de cada tres dólares que genera el mundo, produce el 16% de las exportaciones y cerca del 32% de la inversión extranjera internacional, cifras que son suficientes para que miremos las oportunidades que hay para que las empresas crezcan y trabajen juntas. De hecho, multinacionales como Techint ya tienen programadas inversiones por US$200 millones para una planta en Cartagena para la producción de tubería en acero para pozos petroleros.Todo ese entorno es muy positivo. ¿Pero no cree que a Colombia, como a muchos otros países latinoamericanos, les faltan aún muchos avances socioeconómicos para mostrarse ante el mundo?Creo que hay dos grandes paquetes de cosas que hay que mejorar y hacer énfasis en ellas, y que no son solamente responsabilidad de los gobiernos, sino de los empresarios privados. El primero es un paquete económico y dentro del cual Colombia debe mejorar su infraestructura y su competitividad en todos los campos. Lo segundo es que debe acometer una reforma a la justicia y tener unas finanzas públicas más ordenadas y propicias para el crecimiento. Y de paso contar con un paquete educativo de formación para el trabajo mucho más refinado frente al que tenemos hoy.¿Pero cómo frenar el rezago en lo netamente social?Se requiere un gran paquete social –pues aunque estamos creciendo entre un 5% y un 6% anual— y nuestra inversión está en dos dígitos, y tenemos como proporción del PIB un 30% en ahorro nacional, necesitamos elevar la cobertura universal en salud y en educación. Es necesario por lo tanto realizar un gran esfuerzo en materia de equidad hacia el futuro. Es decir, que el crecimiento de la economía tenga unos efectos igualadores en los próximos años en la sociedad. El Gobierno debe encabezar esa cruzada, contando con el refuerzo del sector privado con sus programas de responsabilidad social empresarial.¿Qué tanto compromiso en los campos social, ambiental y laboral mostró ante la cumbre la clase empresarial colombiana como complemento de nuestro auge económico?Creo que en esas materias no solamente estamos a la par de otros países, sino que los superamos. Un ejemplo de ello es Cali que es la sede de nuestro evento de Responsabilidad Social Empresarial desde hace muchos años. En la encuesta que hace la Andi alrededor del 2,5% de las ventas totales de las empresas se destinan a programas de esta índole. Es casi el doble de lo que se dedica en Europa. He sostenido que la mejoría del país obedece en primer lugar a las políticas públicas, a la seguridad, la modernización del Estado y a la vinculación de Colombia a las grandes corrientes mundiales de inversión, pero también a que el sector privado lleva 10 años aplicando unos recursos cuantiosos a esos programas. ¿En el marco de la cumbre empresarial, qué compromisos se adoptaron para avanzar hacia una unidad de negocios americana?Conversando con el presidente Santos y el presidente del BID, Luis Alberto Moreno, sobre cómo armar la metodología de la cumbre, decidimos adoptar un método que tienen los asiáticos en Apec, que es el foro Asia Pacífico, que consiste en unos ejes temáticos alrededor de los cuales opinan los gobiernos y las empresas. Y así se hizo entre los 14 presidentes que participaron al lado de 32 panelistas privados, llegando a conclusiones dentro de ese diálogo sobre cómo deben ser las políticas públicas y las oportunidades de negocios. Asimismo, se abordaron temas como la educación, el papel de la mujer en la política y las empresas, la infraestructura, el medio ambiente, la globalización, las acciones sociales y el Buen Gobierno. No salió de la cumbre un gran documento solemne que generalmente termina perdido en algún anaquel burocrático, sino que todo fue el resultado de un diálogo abierto sobre los sectores público y privado. Eso es algo mucho más práctico que luego verá el Continente cristalizado en futuros proyectos empresariales y en mejores políticas públicas.¿Qué mensaje final dejó Colombia entre los empresarios?El mensaje consistió en decir que hemos regresado a la arena de los negocios en el mundo. Que este es un país tercero en demografía en el Continente, que somos el cuarto después de Estados Unidos, Brasil y México y el tercero en Suramérica en tamaño económico. Somos tal vez el país que ha tenido los mayores logros en lo social en los últimos diez años. Han pasado cerca de nueve millones de colombianos de la pobreza a la clase media, y así se ve en los niveles de consumo de automóviles, de computadores, de celulares, de motocicletas, de electrodomésticos, de tiquetes aéreos y de planes de turismo.Es una clase media que se ha reforzado, y eso nos volverá a pasar en los próximos ocho o diez años, es decir, que de aquí al 2020, vamos a integrar a otros seis o siete millones de coterráneos a la clase media. Ese es el mensaje. Esta es una economía que está creciendo y bien dirigida con un sistema político estable y confiable, que da la bienvenida a la inversión nacional y extranjera.¿Y de parte del sector privado colombiano, qué le ofrecimos a Latinoamérica y el mundo?La comunidad empresarial colombiana está lista a hacer proyectos y negocios con otros empresarios del Continente, en el Asia, África, Europa, o en cualquier lugar del mundo. Estamos dispuestos y ya lo veremos en los próximos años como una consecuencia muy positiva de esta primera cumbre empresarial de Cartagena.¿El problema de la revaluación del peso, qué tanto podría afectar los futuros negocios con esos empresarios del Continente? Una de las grandes amenazas que tiene la economía colombiana es su tasa de cambio revaluada. Eso es así, y cada vez más hay tendencia a la apreciación del peso, y mayor preocupación nos acompaña en esta materia. No es una preocupación sólo de los exportadores, sino de todos los agentes económicos. Creo que aquí no pueden subirse las tasas de interés, pues la inflación está controlada y tranquila, y no hay porque atraer más capitales que van es a presionar más niveles de revaluación. El Banco de la República tiene que hacer más esfuerzos para intervenir en la compra de divisas. Deberíamos estar por lo menos en US$40.000 millones en reservas internacionales y no en unos US$32.000 millones como sucede hoy.

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