DOSIS MÍNIMA
"Política antidroga se ha tratado de manera arcaica": Julio Calzada, experto uruguayo
El sociólogo uruguayo Julio Calzada, experto en políticas de drogas, dice que la prohibición del consumo en Colombia solo ha generado que el mercado ilícito se expanda.
ulio Calzada es un uruguayo sociólogo, fundador y participante durante diez años de la Red Iberoamericana de ONGs en materia de drogas.
El 2 de mayo de 2011 asumió el cargo como Secretario General de la Junta Nacional de Drogas de la República Oriental del Uruguay, en cuyo marco participó activamente del proceso de reformulación e innovación en materia de políticas de drogas, incluyendo la coordinación de la elaboración de los proyectos de ley que regulan el mercado del cannabis y el mercado del alcohol.
“La experiencia uruguaya es pionera respecto al tema de cómo tratar el problema de las drogas. Los uruguayos no vemos este fenómeno como una guerra, sino como una enfermedad que necesita oportunidades y tratamientos de salud, y no la represión sistemática”, dice Calzada.
¿Cómo funciona el negocio de las drogas ilícitas?
La almendra del negocio está dado por los enormes flujos de riqueza que se generan una vez que los productos que se producen acá en el sur cruzan la frontera de los países más ricos. Cuando llega un kilo de cocaína a la frontera norteamericana valdrá US$20.000, pero cuando se vende en el mercado norteamericano costará alrededor de US$170.000.
Las grandes masas de dinero se generan, se quedan y circulan en Estados Unidos, Inglaterra, Europa en general, Rusia, China y Japón, donde está la población más grande de consumidores. Y la región que las produce se queda con la violencia, los muertos, el subdesarrollo y el anatema.
¿Y las políticas antidrogas?
La política antidroga se ha tratado de una manera arcaica, y ha demostrado que no funciona. ¿Cuántos carteles de la mafia se han desarticulado en Colombia?, ¿cuánto de estos carteles en Medellín, Cali y el norte del Valle? Todo sigue igual o peor… Cuando se desarma un cartel, se generan cinco.
¿Por qué las políticas sustentadas en la guerra contra las drogas son un fracaso?
En 1998 se hizo la Asamblea Especial de las Naciones Unidas para tratar el problema mundial de las drogas, y ahí se planteó como objetivo algo que es irrealizable: erradicar de la faz de la Tierra la producción de la coca, la amapola y la marihuana.
En el año 2008, cuando se hizo la primera evaluación de ese plan, todos los informes, tanto de Naciones Unidas como de organismos independientes que trabajan en estas cuestiones, dieron cuenta de que había sucedido exactamente lo contrario: había crecido exponencialmente la producción y el consumo de estas sustancias.
¿Dónde se consume la mayor cantidad de droga en el mundo?
Estados Unidos sigue siendo el mayor consumidor de cocaína en el mundo. Tiene el 33 % del mercado, Europa el 22 %.
¿Cómo es el caso de Uruguay?
En Uruguay llevamos un proceso de diez años tratando de darle una mirada más completa al fenómeno del consumo de las drogas. Hemos discutido con las Naciones Unidas, con la OEA y la Sical, también con Unasur, y todos los organismos regionales. Concluimos que es necesario buscar otro camino.
Si le das una mirada a América del Norte, el único país que todavía no tiene regulada la marihuana es México. California, Oregón, Washington, Canadá y Alaska, toda esa inmensa costa que va hasta el polo norte, está regulada. En Estado Unidos, alrededor de 30 estados tienen aprobado a través de sus legislaciones estatales, la marihuana para uso medicinal, y en nueve o diez estados, el uso de la cannabis recreativa. Los empresarios de la marihuana en Norteamérica cotizan en la bolsa de New York. Canadá acaba de legalizarla, México va para allá, y Colombia está prohibiendo el porte de la dosis mínima.
La producción de coca continúa...
Después del Plan Colombia la producción de cocaína en el país es igual a la del 2001, cuando empezó este plan. Son 20 años perdidos... Es evidente que la estrategia no ha dado ningún resultado.
¿Qué opina sobre los efectos de la la prohibición de las drogas?
Las políticas hegemónicas en muchos países le ponen al tema de los usos de drogas y sus consecuencias una carga moral que no está necesariamente vinculada a su uso. En el nacimiento de todos los problemas hay aspectos sociales, culturales, idiosincráticos, religiosos, económicos, políticos, geopolíticos, que hace que esto sea hoy un fenómeno mundial. Echarle la culpa a la hoja de coca de los problemas sociales, culturales, estructurales, que tiene el Pacífico colombiano, es una simplificación absurda.
¿Cómo ve la situación del Pacífico colombiano?
La inseguridad y el subdesarrollo de Buenaventura resultan escalofriantes. Se trata del puerto por donde entra y sale la mayor cantidad de importaciones y exportaciones de Colombia. Buenaventura duele, porque es una región con enormes potencialidades. El Puerto está atravesado por el problema de las drogas ilícitas y la gobernabilidad es muy difícil por la pobreza, que es extensiva a todo el Pacífico.
Buenaventura, la mayor concentración urbana del Pacífico colombiano después de Cali, en este momento no tiene acueducto ni alcantarillado, o lo tiene de forma precaria. Mucha de la inseguridad de Cali, proviene de la violencia generada por el narcotráfico en los territorios olvidados del Pacífico, desde Nariño hasta el Chocó.
Los carteles han modificado sus estructuras hacia formas organizativas más ágiles, sin tanta ostentación. En muchos casos, adaptados a la economía legal, hacen presencia en Cali con una connotación de inseguridad enorme.
¿Cuál es el rol que tiene el Estado?
El Estado no se tiene que meter en la libertad de las personas. Es nuestro pensar en Uruguay. La función del Estado es garantizar los derechos políticos, civiles, económicos, sociales, ambientales que las personas y las sociedades tienen. Garantizando estos derechos, las personas pueden optar libremente por tener el tipo de comportamiento que quieran tener, en la medida en la que no perjudiquen a terceros.
Las políticas deben estar centradas en las personas...
En Uruguay hemos aprendido mucho de las experiencias internacionales, sobre todo de Holanda y Portugal, todas experiencias muy exitosas, de larga data, que se apartan de la prohibición. Lo peor que se puede pensar es que hay una receta que diga cómo debe ser tratado el tema de las drogas en un país. Pensar que el modelo uruguayo es el mejor modelo no es la respuesta. Es una posibilidad para una realidad social con ciertas características particulares culturales. Otros países tienen que encontrar otras realidades.
Lo peor que ha traído la prohibición es lo que yo llamo la política de talle único. Una misma política para China con miles de millones de habitantes, para Brasil con 200 millones de habitantes, para Colombia con 50 millones de habitantes, y para Uruguay que tiene 3 millones. Lo central tiene que ser las personas y no las sustancias. Los Estados tienen la obligación de garantizar el derecho a la salud, derecho a la educación, a la vivienda, al trabajo. El problema es cómo lo gestionas. Si lo hacés prohibiendo todo, o si lo haces poniendo determinadas cosas que sí se pueden hacer y otras que no se pueden hacer. Podes hacer una política escalonada.
¿Qué opina sobre el control de las drogas por parte de las Fuerzas Armadas colombianas?
Poner al Ejército y a las fuerzas armadas a controlar la producción de drogas es un uso irracional de la violencia. La experiencia más patética dejó de ser la de Colombia y ahora es la de México en los últimos diez años con 60 mil muertos y 40 mil desaparecidos. No es un fenómeno para resolver con soldados.
Cuénteme del mercado de la marihuana en Uruguay
El mercado de la marihuana en el Uruguay era un mercado existente sobre el cual el Estado no tenía ningún tipo de injerencia. Porque la prohibición tiene esa paradoja: cree controlarlo todo y no controla nada. Supuestamente se prohíbe para que no se consuma, y hay 300 millones de consumidores de marihuana en el mundo.
¿Cómo se comercializa la marihuana en Uruguay?
En Uruguay el Estado da licencia para que se cultive marihuana y se venda a través del sistema de farmacia. Con esa política hemos logrado entrar a la mitad del mercado duro de la marihuana. Estamos hablando de 70 mil personas. Hoy está regulado bajo tres formas diferentes. Una forma que es con licencias a empresas que distribuyen la marihuana a través de las farmacias que hay en el país. Esto es en el entorno del 60 % o 70 % del mercado legal. Otra forma en la que se comercializa es a través de clubes cannábicos, y la tercera es por medio de autocultivos individuales por parte de las personas. Esto suma unas 35 mil personas que hoy están adheridas a este sistema.
¿Pagan algún impuesto?
Los clubes y los autocultivadores no pagan impuestos. Las empresas pagan un canon por la producción y realizan toda la inversión para eso. El precio está regulado.
¿Cómo se establece el precio de la marihuana?
El precio que está en el mercado legal donde están las farmacias y demás, es un precio que está en una banda de valores, que es el mismo precio del mercado negro. Porque el objetivo era quitarle al mercado negro parte de ese mercado.
¿En Colombia se debería legalizar el porte y el consumo de marihuana?
En Colombia el mapa geográfico coincide con el mapa de la mayor siembra y cultivo de marihuana, coca y amapola. Las regiones más pobres del país y las que más padecen el fenómeno de la violencia son las regiones donde se encuentran concentrados estos cultivos. No quiere decir que los riesgos dejen de existir. Al menos regular un mercado que es real y se culpa de todos los problemas de un país.