Nydia Quintero y su última entrevista con El País: “Yo, más que rebelde, soy una inconforme con la desigualdad”

Nydia Quintero de Balcázar, quien se desempeñó como primera dama de Colombia durante la presidencia de Julio César Turbay Ayala (1978-1982), falleció este lunes 30 de junio a sus 93 años, dejando en la nación una gran huella por su labor social.

En una de sus últimas entrevistas concedidas a El País, la recordada ‘mamá Nydia’, como le decían los beneficiarios de la Fundación Solidaridad por Colombia, reflexionó sobre su vida, su legado y sus convicciones.

Nydia era reconocida como la ‘dama de la solidaridad’ por su incansable labor, y por lo mismo, ella se calificó como una persona “rebelde”, por su lucha contra las desigualdades sociales.

“Yo, más que rebelde, soy una inconforme con la desigualdad que hay en el país. Por eso lucho para que quienes elaboran las leyes tengan en cuenta las necesidades de las gentes más pobres en todas las regiones del país. Yo me rebelo contra la pobreza, la inequidad, la injusticia y la mentira. Esas son en su orden las cosas con las que no comulgo. Y pueden añadir la deslealtad”, declaró al medio.

Vida y legado de la ‘Dama de la Solidaridad’

Nydia Quintero tuvo una niñez feliz en Neiva, junto a sus padres.

“Mi vocación de servicio nace de mi hogar porque mis padres sentían el dolor de la gente necesitada. Mi mamá entregaba mercados en la puerta del solar todos los sábados y mi hermano y yo le ayudábamos. Ella nos dio el ejemplo”, reveló, explicando las dinámicas de su familia, donde su padre era más “consentidor” y la hacía reír y su madre era más estricta y le inculcaba valores.

Se casó con Julio César Turbay en 1948, cuando ella tenía 18 años y él 32 años. Sobre ese momento crucial de su vida, recordó:

“Obviamente, como venía de una ciudad pequeña, casarme con un hombre a quien veía importantísimo, más que difícil, era toda una aventura”, dijo al medio, recordando que Turbay ya tenía una trayectoria política como concejal, diputado y Representante a la Cámara.

Después de casarse, tuvo cuatro hijos: Julio César, Diana, Consuelo, Claudia y María Victoria y estuvo al lado de su esposo cuando asumió la Presidencia de Colombia en 1978-1982.

Al estar en el palacio de San Carlos como Primera Dama de Colombia, relató su experiencia trabajando activamente en temas sociales.

“Con autorización del doctor Turbay creé grupos para trabajar en el campo social y le hicimos seguimiento a la Ley del Menor Trabajador. Me reunía con personas del Congreso para alertar sobre la protección a los niños y a las madres, desarrollé labores en hospitales y centros comunitarios”.

Entre sus labores, lideró el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) e impulsó reformas para ampliar la atención a adolescentes, que en esa fecha atendía a menores de 7 años, y logró ampliar su atención hasta los 16 años.

No obstante, así como finalizó el periodo presidencial, su matrimonio también acabó. Posteriormente, se casó con Gustavo Balcázar Monzón, jefe liberal del Valle, a quien describió en su entrevista como un “regalo de Dios”.

Nydia Quintero y su hija mayor, Diana Turbay

Junto a su hija, Diana Turbay, en 1979 creó la Fundación Solidaridad por Colombia, con el fin de brindarle ayuda a las personas de escasos recursos.

Sin embargo, en medio de sus labores, la vida de su hija le fue arrebatada. Diana Turbay fue secuestrada y asesinada por el Cartel de Medellín en 1991, crimen que dejó a María Carolina Hoyos Turbay y Miguel Uribe Turbay sin su madre.

“Era una persona inteligente, alegre, con mucha disposición para el ejercicio político. Ella siempre acompañó a su padre en las campañas y en la Presidencia fue su secretaria privada. Sabía conocer a la gente y manejar situaciones difíciles. Era muy buena mamá”, recordó en diálogo con El País.

Ella resaltó que no pasa una hora en la que no tenga presente a su hija. “Tengo un ángel en el cielo y pidiéndole a Dios que le permita a ella estar cerca de nosotros”, afirmó.

Por otro lado, Nydia Quintero mantenía su pasión por la justicia social y su deseo de ver renovación en la política colombiana, entre las que resaltó la pasión de su nieto, Miguel Uribe Turbay, por la política.

“Me encanta que él y la juventud se metan a la política para que haya gente nueva y renovación y para que la política sea adelantada por quienes tienen un alto concepto de la que debe ser la labor pública”, afirmó.