Monumento 'Mariposas Amarillas' el homenaje a Gabriel García Márquez en Barranquilla
El acto de entrega por parte de la alcaldesa Elsa Noguera contó con la presencia de Aída, hermana de García Márquez; Henry Alvear, el artista que diseñó la obra, y personalidades de la cultura del Distrito y del Atlántico.
El acto de entrega por parte de la alcaldesa Elsa Noguera contó con la presencia de Aída, hermana de García Márquez; Henry Alvear, el artista que diseñó la obra, y personalidades de la cultura del Distrito y del Atlántico.
Si Gabito estuviera aquí, se habría quedado con la hoja en blanco, sin saber qué escribir y se habría quedado mudo, sin saber qué decir. Fueron las palabras que expresó Aída García Márquez, hermana del Nobel de Literatura, al recibir una réplica del monumento Mariposas Amarillas, que este viernes entregó la alcaldesa Elsa Noguera a la ciudad de Barranquilla.
Este espacio es una zona pública de 5000 metros cuadrados que conecta la plaza del Parque Cultural del Caribe y la plaza de la Intendencia y mejorará la conectividad entre la Calle 30, la Vía 40, la prolongación de la Carrera 46, el Corredor Portuario y la Avenida del Río.
Tiene accesos peatonales y paisajismo con vegetación baja y grama; como atractivo central, el homenaje a Gabriel García Márquez con la escultura Mariposas amarillas, del artista Henry Alvear, con dimensiones de 5,5 metros de altura sobre un pedestal de 1,2 metros de alto y 2,5 metros de ancho, elaborada en acero.
Cuenta con una zona verde que integra la estación de bombeo de la Triple A (servicio de acueducto) y la recuperación del espacio público en la zona que antes ocuparon La Islita y El Cabrito. Se hizo con una inversión de 1132 millones de pesos por parte del Distrito.
Las obras estuvieron a cargo de la firma A Construir S.A., con la interventoría del consorcio Río & Cedic.
La secretaria de Infraestructura, Nury Logreira, explicó que la nueva zona pública funcionará como un gran separador central verde, por estar ubicado en un intercambiador vial de alto tráfico, y que su uso será de contemplación y no recreativo, por lo cual no puede tener mobiliario ni dotación tipo parque.
El acto de entrega por parte de la alcaldesa Elsa Noguera contó con la presencia de Aída, hermana de García Márquez; Henry Alvear, el artista que diseñó la obra, y personalidades de la cultura del Distrito y del Atlántico.
Aída García Márquez recibió una réplica en miniatura de la escultura de las mariposas amarillas que levantan vuelo, de la mano del artista.
Este es un proyecto hermoso, que hace parte de la recuperación de nuestro Centro Histórico y qué mejor lugar que este, para rendirle un homenaje a Gabo, cerca al río Magdalena, que es muy importante en su obra literaria, y en Barranquilla, la ciudad que tuvo un significado muy especial en su carrera de escritor y en su obra inmortal, fueron las palabras emocionadas de la alcaldesa Elsa Noguera De La Espriella, en el momento en que centenares de mariposas amarillas de papel revolotearon sobre los asistentes al evento.
En el lugar se puso en escena A ritmo de Macondo, de la Compañía de Danzas Mónica Lindo, la cual permitió a los asistentes volver a vivir el mundo mágico de Gabo, evocando a personajes como Mauricio Babilonia, Meme, Rebeca, Remedios la Bella, Melquiades, Úrsula, el coronel Aureliano Buendía, José Arcadio, Amaranta, Visitación, Gastón y el último de los Buendía.
El elenco de artistas representó un fragmento del idilio amoroso entre Mauricio Babilonia, el hombre perseguido por las mariposas amarillas, y Meme, un amor prohibido que concluye con la muerte de Mauricio y la entrada en el convento de su joven novia, quien años más tarde dará a luz al último de los Buendía, con cuya historia Gabo cierra Cien años de Soledad.
Gabo y BarranquillaBarranquilla tuvo un significado muy especial para el maestro de la literatura que nos enseñó a soñar y a construir nuestra historia a partir del amor y la imaginación.
A pesar de no haber nacido en esta esquina del Río Magdalena y el Mar Caribe, Gabo consideró siempre que parte de su corazón y de su esencia, eran barranquilleros.
Sus vivencias en la ciudad fueron tan significativas que en su obra literaria se refleja la huella indeleble de Barranquilla. A comienzos de los años 50, García Márquez contempló colocarle el nombre de Barranquilla a su mundo de ficción literaria, pero luego pensó en un nombre no realista, mítico, y el resultado fue: Macondo.
Cuando recibió en 1982 el Premio Nobel, García Márquez organizó una fiesta para los amigos barranquilleros que había invitado a Estocolmo y allí les dijo: Siempre tuve la certeza de que iba a ser escritor, pero sin ustedes y sin Barranquilla no habría sido Premio Nobel.
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