El pais
SUSCRÍBETE

“Militares no pueden ser ciudadanos de segunda”: general (r) Freddy Padilla

El general (r) Freddy Padilla, candidato al senado por la U, dice que hay que darles el voto a uniformados.

19 de febrero de 2014 Por: Redacción de El País.

El general (r) Freddy Padilla, candidato al senado por la U, dice que hay que darles el voto a uniformados.

El general en retiro Freddy Padilla De León, quien fue comandante general de las Fuerzas Armadas, decidió regresar al combate, pero esta vez lo hace en la arena política para luchar por una curul al Senado en representación del Partido de la U. Padilla De León quiere prestar un servicio en la Colombia del postconflicto, pero su meta principal será lograr que se les otorgue el derecho al voto a los integrantes de las Fuerzas Armadas en Colombia. De su campaña, del proceso de paz y de los escándalos del Ejército, el General habló con El País. ¿A un general que se destacó en lo militar, por qué se le dio por meterse a este berenjenal de la política?Nunca pensé ni soñé con ingresar a la política ni postular mi nombre para una elección. El presidente Santos me invitó y me dijo que la experiencia que tengo de servicio al país puede ser útil en este instante en que se requieren condiciones políticas distintas. Fue una oferta tentadora, que me tocó el corazón y no podía negarme. Guardo la esperanza de que los colombianos valoren una persona con experiencia de servicio al país, con la posibilidad de ser al mismo tiempo una persona nueva en política. Hay un clamor de renovación, particularmente en el Congreso, que es una institución que a pesar de tener personas formidables que merecen ser elegidas, no hay satisfacción con su misión, al punto que está en los últimos puestos de las encuestas.El eslogan de la campaña del presidente Santos es ‘Unidos por la paz’. ¿Usted como miembro del Partido de la U le podrá tocar defender el proceso de paz. ¿Cree en ese proceso?El eslogan de mi campaña dice: ‘La paz es el fin del fin del conflicto’, que es una continuación casi literal de la que yo empleaba cuando era comandante general. Muchos no entendían cuando decía ‘el fin del fin’, que era una forma de darle moral a los soldados, decirles que esto no era infinito, que había que esforzarse a hacer lo máximo para poder construir la paz. Las conversaciones en La Habana lo que buscan es un acuerdo en el cual esta organización (las Farc ) se compromete a no seguir utilizando su capacidad armada contra el Estado y la sociedad. Eso es la paz. Ese proceso ya está claro, como lo ha dicho el presidente Santos, y será sometido consideración de los colombianos y ahí va a jugar un papel importante el Congreso que sea elegido el 9 de marzo.¿Colombia está preparada para el postconflicto?Colombia está cansada de que existan organizaciones que perturben su tranquilidad. La inseguridad inquieta a todos los colombianos, desde los más ricos a los más pobres. La seguridad es un prerrequisito para la paz.Usted aspira a llegar al Senado y existe la posibilidad, sí se concreta la paz, que lleguen al Congreso miembros de las Farc. ¿Cómo se sentiría teniendo de colegas a un personaje de esos?Los colombianos dirán qué es lo que quieren en este proceso de paz y eso tendremos que aceptarlos todos. Cuando fui comandante había el programa de desmovilización. Nosotros decíamos es mejor un colombiano desmovilizado que uno capturado o muerto. Cuando se entregaban, las Fuerzas Militares les daban apoyo. Los soldados, oficiales y suboficiales, durante los últimos años han estado acostumbrados a respetar las personas que se rinden y desmovilizan, a valorarlas y permitirles que dentro de un proceso puedan continuar en la sociedad. Eso sí, el proceso de paz debe estar acompañado de una reforma y fortalecimiento a la educación para cambiarles los paradigmas que traen. ¿Cree que los diálogos de paz han minado la moral de la tropa y hayan dividido al Ejército?No creo. El Ejército es muy disciplinado y ha demostrado su apego a la Constitución y a la ley. Debemos dar afecto al Ejército, no lo podemos dejar solo, los soldados deben sentir que tienen un reconocimiento por el esfuerzo que hacen. No podemos dejar que asuntos transitorios empañen el honor de un soldado; hay que saber distinguir entre aquellos que fallan y la inmensa mayoría que cumple con su deber. Allá en el proceso de paz hay dos generales como negociadores, uno de ellos del Ejército, luego los soldados y los policías saben que ellos están atentos a que no se hagan negociaciones indebidas. Eso da confianza a la tropa de que lo que se decida allí no va afectar a una institución como las Fuerzas Armadas. Usted fue el primero que habló del fin del fin. ¿Está próximo ese fin del fin? Sí. Ese fin del fin se da cuando seamos capaces de construir la paz y la seguridad de la Colombia del postconflicto. Eso quiere decir que no será exclusivamente un esfuerzo bélico sino que tiene que estar acompañado por toda la sociedad y sus instituciones. Se requieren una serie de reformas, como la de la justicia, la de la salud, mejores posibilidades de empleo con calidad. Todo eso debe ir acompañado en ese proceso para que se construya la paz, si no hay estas reformas, tendremos dificultades para avanzar. ¿Qué opina sobre la petición de que se les otorgue el derecho al voto a los miembros de las Fuerzas Militares?Totalmente de acuerdo. Me comprometí a liderar en el Congreso esa reforma constitucional. Colombia tiene unas Fuerzas Armadas maduras y que han hecho un sacrificio supremo por fortalecer la democracia. Eso amerita que, como en las democracias modernas, se le dé a los militares el derecho al voto, no pueden seguir siendo unos ciudadanos de segunda. Pero hay que reglamentarlo, no se pueden permitir actos que lleven a la indisciplina como el proselitismo interno o que una persona en servicio activo ofrezca su nombre para ser elegido.¿Con eso no se corre el riesgo que regresemos a épocas aciagas del país donde la Policía y el Ejército estaban politizados?No, porque al reglamentar la manera como se participa en política, hay que blindarse de esos errores del pasado. Las últimas experiencias de militares en el Congreso no han sido afortunadas. El general Canal pasó inadvertido. Llegan de una institución donde las reglas son muy claras a un caos. ¿No teme que le pase lo mismo?He tenido un entrenamiento fuerte en los últimos tres años como representante permanente de Colombia ante Naciones Unidas en Viena. Tenía una responsabilidad que era embajador plenipotenciario en Austria y siete países más. Pero también representante permanente en Naciones Unidas y ese es un foro de la democracia parlamentaria de primera calidad. Allí está el espíritu universal de los consensos. Sin duda allí hice un buen curso en instituciones democráticas. ¿O sea que ya cree que hizo el curso y está listo para llegar al Congreso? No, uno aprende todos los días y yo soy un buen alumno.¿Añora el uniforme?Uno tiene etapas en la vida. Esa es una etapa superada.Escándalos ¿Cómo ha visto el escándalo de miembros del Ejército que al parecer hacían contratos irregulares? Siento una gran tristeza e indignación porque eso no se compadece con el sacrificio y el esfuerzo que hacen más de 300 mil hombres de las Fuerzas Militares. Por fortuna se supo y el Presidente y el Ministro de Defensa tomaron medidas para esclarecer los hechos. Hace 15 días fue el escándalo de las chuzadas, ahora es la contratación ¿Qué puede estar pasando en la institución?No me aventuraría a decir qué pasa, pero la sociedad tiene que respaldar la institucionalidad y hacer abstracción entre lo ocurrido con las personas que son investigadas y el resto de la institución. ¿Detrás de estos escándalos puede haber gente dentro de las Fuerzas Armadas interesada en ascender y sacar del camino a la cúpula militar?No creo, esas prácticas no son propias de las Fuerzas Militares de Colombia.

AHORA EN Colombia