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"Me verán pronto defendiendo la paz en las calles": ministro del Interior

Pese a las dificultades, el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, dice que en 2016 recoge un “buen balance”. Comenta que se irá del Gobierno para hacer política desde otra silla.

2 de enero de 2017 Por: Argemiro Piñeros Moreno | Colprensa

Pese a las dificultades, el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, dice que en 2016 recoge un “buen balance”. Comenta que se irá del Gobierno para hacer política desde otra silla.

La hora de los balances del año 2016 al ministro del Interior, Juan Manuel Santos, le llegó con revelaciones de lo que será para él el 2017. Un año en que se irá del Gobierno para salir a defender en la plaza pública la consolidación de la paz.

A Cristo se le nota el desgaste, dice que fue un año muy duro, que el resultado del plebiscito lo afectó mucho, pero que ya con el proceso de paz refrendado y con las primeras leyes andando, se puede decir que se cumplió el cometido.

El Ministro del Interior, además, considera que en el 2017 la paz se deberá consolidar con un trabajo conjunto entre el Gobierno Nacional, los gobernadores y los alcaldes, para que la presencia del Estado en las regiones en donde estuvo la violencia se sienta pronto, por lo que se tienen que enfrentar problemas tradicionales como la contratación.

De estos temas se habló con Cristo, quien no ve lejana la posibilidad de agitar las banderas del liberalismo en la campaña que ya se aproxima.

 ¿Pensó que en el 2016 iba  ser tan difícil llegar adonde estamos hoy en el tema del proceso de paz?

Cerrar un conflicto armado con las Farc obviamente nadie podía esperar que fuera fácil; sabíamos que estaría lleno de tropiezos, dificultades, más cuando es el primer proceso de paz en Colombia que tiene una oposición deliberante, permanente y agresiva. Pero debo confesarle que nunca estuvo en los planes perder el plebiscito del 2 de octubre, y esa derrota naturalmente tuvo unas consecuencias sobre el proceso.

Terminamos el año con un balance muy positivo en medio de esas dificultades. Fue un año de subes y bajas, de luces y sombras, que termina con una perspectiva muy positiva, ni más ni menos que antes de terminar mayo las Farc no van a existir como movimiento armado y se iniciará su transformación como partido político.

¿En esos pecados que deja el 2016 está haber desconocido a la oposición hasta antes del plebiscito?

No, nunca se desconoció; creo que la oposición siempre estuvo ahí, abierta, siempre en contra del proceso de paz de La Habana, siempre con unas diferencias muy profundas que no se pudieron zanjar después del 2 de octubre, cuando hicimos un ejercicio de diálogo muy amplio sin antecedentes en el país con los sectores del No, lo cual permitió mejorar los acuerdos de paz. El resultado del plebiscito no se puede entender como subvalorar lo que es la oposición.

¿Pero sí se mejoró esa relación después del 2 de octubre y cómo será para lo que viene de la reglamentación?

Nosotros seguimos insistiendo en un acuerdo nacional para la implementación. Entendemos que en esta primera ley, la de amnistía, era muy difícil avanzar en esa concertación, pero seguimos abiertos al diálogo y vamos a insistir en que lo mejor para el país es hacer una implementación concertada, efectiva, porque finalmente ya el Acuerdo de Paz existe, el éxito de la consolidación de la paz territorial va a beneficiar en los campos y ciudades a los colombianos que votaron por el Sí y por el No.

 ¿Confía el Gobierno que tiene las mayorías para tramitar los proyectos en el Congreso? Cambio Radical y los conservadores han expresado abiertas molestias...

Al Gobierno no le puede preocupar que haya discusión alrededor de la implementación, que haya debate, que haya ideas distintas, ese debate es sano para que hagamos una buena implementación. El Gobierno está dispuesto y abierto a esa discusión, lo que debemos tener claro es que esta es una vía rápida, que el debate es bienvenido, y los aportes son recibidos en la medida en que contribuyan a mejorar los textos y que se preserve lo pactado en el Acuerdo del Teatro Colón.

 ¿No le preocupa que todo este debate de la implementación sea marcado por el tema político y más en año preelectoral?

Siempre ha estado cruzado por el tema político en el proceso de paz. ¿Usted cree que la oposición al proceso era solo por razones filosóficas?

 Pero es que ya no solo será Álvaro Uribe, estará Germán Vargas Lleras

Yo creo que Cambio Radical votó la Ley de Amnistía y ha expresado su compromiso con la paz, esperamos que lo sigan manteniendo.

 ¿Los cambios que se hagan en las reformas que se tramitarán en el Congreso de la República serán consultadas con las Farc?

En los propios acuerdos está claro que el Gobierno presenta los proyectos a las Farc para escuchar también sus comentarios, al igual que se escuchan los comentarios de las otras bancadas y es el Gobierno el que toma la decisión final. Esto es un preámbulo, de lo que se trata ya, la presencia de los voceros de las Farc en el Congreso.

La oposición insistió en que la amnistía podrá beneficiar a los grandes jefes de las Farc...

Está absolutamente claro, nadie puede tener ninguna duda, ni para los militares, ni para los guerrilleros, que hayan cometido crímenes de guerra, delitos de lesa humanidad y genocidio, cabrá el beneficio de la amnistía o de los indultos, para ellos habrá un mecanismo de justicia transicional, unas penas alternativas, una restricción de la libertad entre cinco y ocho años si acuden a la Justicia Especial de Paz y si reconocen la verdad, si se comprometen en la reparación de las víctimas y con las garantías de no repetición.

 ¿Cómo hacer que la llegada del Estado a las regiones en donde estaba la violencia sea efectiva y que no se afecte por la ‘contratitis’?

La paz en los territorios necesitamos implementarla con éxito, especialmente en las zonas de conflicto, necesitamos trabajar con alcaldes y gobernadores, se necesita ocupar, institucionalmente, los espacios que dejan las Farc. Allí va a haber dificultades propias del Estado, pero soy optimista que se va a lograr.

Necesitamos descentralización, entregar más autonomía e independencia a la región. Hay temores en algunos sectores de la sociedad por esa percepción que se ha generalizado de que hay graves problemas de corrupción a nivel territorial. Tenemos que ser capaces a encontrar un justo equilibrio en esa materia.

 ¿En ese sentido, qué va a hacer el Gobierno Nacional?

Para eso el Presidente de la República tiene unas facultades extraordinarias, puede expedir decretos legislativos para organizar  la contratación, para tener unos casos excepcionales para que con agilidad y eficacia se puedan hacer contrataciones rápidas, pero garantizando la transparencia.

 ¿Cuándo empezará a hacer uso de las facultades extraordinarias el presidente Juan Manuel Santos?

Ya expedimos el primer decreto. El que traslada la Agencia de Desarrollo Territorial, que tiene mucho que ver con la implementación de la paz territorial, que hoy está dependiendo del Ministerio de Agricultura y se traslada a la Presidencia de la República, bajo la coordinación del Alto Consejero para el Posconflicto.

 ¿Usted se llegó a imaginar que terminaría como negociador del proceso de paz?

Cuando llegué al Ministerio del Interior no tenía expectativa en esa naturaleza, porque ya avanzaba la negociación, no era parte de mis funciones. La confianza del Presidente en la última etapa del proceso me llevó a participar activamente del mismo, ahora en la comisión de implementación. Es una oportunidad muy grande que he tenido en la vida para trabajar en un tema en el cual creo, en la necesidad que nos reconciliemos.

 Será usted uno de los liberales que logró la paz, ¿cómo le marcará su camino futuro?

Quien diga, de los que hemos estado en este proceso, que no le va a marcar para toda la vida, está faltando a la verdad: este ha sido un año apasionante,  yo creo que con todos los triunfos y derrotas, de las cosas dulces e insabores, va a ser un año que marcará la historia del país para las próximas generaciones y tener la posibilidad de participar en esos cambios, sin duda alguna, ha sido una oportunidad.

Hoy hace la política desde acá, ¿cuándo volverá al otro lado?

Me preguntaban hace poco que en dónde iba a estar en diciembre de 2017, y lo único seguro es que no estaré sentado en esta silla, en esta oficina. ¿Dónde estaré? No sé, pero estaré ejerciendo la política  de paz.

¿Por qué no se ve hasta el final del gobierno Santos?

Porque se van cumpliendo unos ciclos, ha sido una tarea intensa, la confianza que me ha dado el Presidente es enorme y la agradezco infinitamente y hay que ir pensando que no todos los ministros son eternos.

¿Lo vamos a ver pronto haciendo campaña?

Me verán pronto defendiendo la paz en las calles.

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