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"Estamos reduciendo la pobreza rápidamente": Bruce Mac Master

Bruce Mac Master, director del Departamento Administrativo para la Prosperidad Social rechaza la crítica que tilda los programas de la entidad que lidera como asistencialistas.

21 de julio de 2013 Por: Margarita Vidal Garcés

Bruce Mac Master, director del Departamento Administrativo para la Prosperidad Social rechaza la crítica que tilda los programas de la entidad que lidera como asistencialistas.

Hace dos años Juan Manuel Santos lo nombró director del recién creado Departamento Administrativo para la Prosperidad Social, DPS, un ‘mega Ministerio’ con once mil funcionarios y el segundo presupuesto del país después de el del Ministerio de Defensa, con un monto de nueve billones de pesos. Bruce Mac Master, economista de la Universidad de los Andes, con una hoja de vida más que notable, dice que desde hace muchos años el país carecía de un modelo de desarrollo social. Eso cambió y, hoy, su estrategia para disminuir nuestro agobiante índice de pobreza, consiste en desarrollar un nuevo esquema de largo plazo para conseguir el crecimiento de una nueva y fortalecida clase media. Sus cifras son contundentes. Baste decir que en lo corrido del año ya lleva una ejecución de 2,7 billones de pesos, es decir, mucho más del 25 % que se acostumbra invertir en el primer semestre. Mac Master tiene no solo una experiencia muy calificada, sino también una infinita capacidad de trabajo, creatividad y sentido social, que lo acreditan como el hombre capaz de sacar adelante este proyecto, de lejos el más importante y ambicioso en la historia del país.Con el debido respeto, ¿su cargo no es el chicharrón más grande del gobierno Santos?Risa. Claro que sí lo es. Pero también es el reto más grande y más hermoso que tiene Colombia porque es el de las víctimas, de los desplazados y de la superación de la pobreza. ¿Cómo surge el DPS?Colombia estaba muy retrasada en el tema de desarrollo social, que dependía de lo que hicieran los ministerios de Salud, de Educación o los despachos del Presidente y de la Primera Dama. Como al presidente Santos le pareció un despropósito que no hubiera un ministerio para un tema tan relevante como el social, en un país con tantos problemas, se creó el Departamento para la Prosperidad Social, con puesto en el Consejo de Ministros y con todas las características de ministerio.¿Qué organismos dependen del DPS?La Unidad para la Reparación y la Atención Integral a las Víctimas, el Centro de Memoria Histórica, la Agencia Nacional para la Superación de la Pobreza Extrema, la Agencia Nacional para la Consolidación, que trabaja todas aquellas zonas donde ha habido ausencia del Estado, y el ICBF. Debe ser una coordinación complejísima. ¿Cómo opera?En primer término, la ley reconoce que hay un conflicto armado en Colombia, por cuya causa hay víctimas a las que hay que darles reparación integral. Para ello debemos coordinar todas las entidades pertinentes del Estado y no es un ejercicio menor, porque son 48 entidades, incluyendo Fiscalía, Defensoría del Pueblo, entes territoriales, municipios y Nación. El gobierno anterior no reconocía el conflicto armado ni las víctimas...El presidente Santos le dio un giro de 180 grados a esa situación, al declarar que sí hay un conflicto armado que deja miles de víctimas a las que el Estado les debe responder con una reparación integral que, desde luego, se debe hacer en forma gradual, durante diez años.¿Tienen un registro real de víctimas?Sí, muy depurado porque en el pasado hubo gran cantidad de personas queriendo acceder a los beneficios sin ser víctimas. En Colombia ya hay 5.300.000 víctimas.¿Quiénes se consideran víctimas?Toda persona muerta o desaparecida deja deudos que son las víctimas a las que debemos atender y reparar. Otra acción se da desde Memoria Histórica, porque una reconciliación debe pasar primero por un proceso de reparación que incluya la verdad.¿Cómo reparar la pérdida de un ser querido?Lo que manda la ley es a reconocer a las víctimas, buscar que conozcan la verdad y decirles que se tratará de compensarlas en algo por lo que han sufrido. Hay un esquema de reparación que incluye una indemnización por vía administrativa, que puede ir hasta 40 salarios mínimos y un programa de atención preferencial para entrar de primeras en algunos programas.¿Como el de las cien mil casas gratis?Exactamente. Hay una ruta muy expedita en la cual las víctimas reciben vivienda rápidamente. También funciona en el programa Batuta, donde el 70 % de los niños son hijos de desplazados y reciben atención sicosocial. ¿Cómo se logra una meta tan ambi- ciosa que busca disminuir la pobreza y crear capital humano y social, para lograr una economía más sólida?Históricamente los economistas tradicionales han sostenido que la pobreza se reduce haciendo crecer la economía. Milton Friedman dijo hace 30 años que no hay que regalar plata, porque al final la gente termina saliendo de la pobreza cuando las economías crecen, pero se demostró que no era cierto.¿Cuál es la explicación?Mi teoría es que si algo define la pobreza extrema es la exclusión de millones de seres que no pudieron estudiar, que no se pudieron nutrir bien en la infancia, ni tuvieron acceso a la educación superior, al trabajo o a las oportunidades. Podrá haber economías creciendo muchísimo, pero no sacan a la gente de la pobreza. El ejemplo más dramático es India, campeona en pobreza extrema.¿Qué hacer entonces?Un ejercicio de inclusión y reconciliación del cual somos responsables. Si una familia está en condición de pobreza extrema debemos darle la mano e incorporarla a la sociedad, a la democracia, a la justicia, a los círculos de la educación, de la salud y del desarrollo. Hoy tenemos cerca de 20 millones de beneficiarios directos.¡La mitad del país! ¿Cómo reciben la ayuda?A través de una atención que es personalizada porque reciben un cheque, van a los hogares de desarrollo infantil del ICBF, reciben reparación como víctimas, están integrados a Más Familias en Acción, a Mujeres en Acción, o a Jóvenes en Acción. La teoría nuestra es que el Estado, además de hacer macro- política, debe hacer también micro-intervenciones con las pequeñas cosas que le cambian la vida a la gente.¿En qué etapa del camino van?Esta es una carrera de larguísimo aliento; como una maratón de 42 kilómetros. Yo diría que vamos en el kilómetro 10 y ya estamos viendo que la pobreza se está reduciendo aceleradamente. El método funciona y, aunque sabemos que nos faltan 32 kilómetros por correr, lo cierto es que vamos más rápido que el resto de los países de América Latina porque la economía tiene la suficiente movilidad social como para responder a los estímulos que le estamos dando.Algunos críticos los tildan desdeñosamente de programas asistencialistas...Pues sucede que si a mí no me llega vivo el paciente, mañana no voy a ser capaz de convertirlo en estudiante, ni en trabajador que responda por su familia. Tenemos una cantidad de programas que la señora Michelle Bachelet describió en la ONU como El Piso de Protección Social, que son los mínimos de solidaridad que debe tener cualquier sociedad con sus miembros más vulnerables. Al mismo tiempo debemos tener una serie de programas que construyan capital humano, porque hacer una cosa sin la otra no tendría sentido.Otro reparo es que los subsidios estimulan la pereza y neutralizan la necesidad de buscar empleo...Absolutamente no, porque el programa solo puede ser complemento al ingreso y no su reemplazo. Familias en Acción le entrega entre 80.000 y 100.000 pesos mensuales a una familia. El que me diga que con solo ese dinero, alguien que tiene tres o cuatro hijos no quiere trabajar, no sabe de qué habla. Además, este programa es de transferencias condicionadas, la gente solamente recibe el incentivo si hace ciertas cosas.Por ejemplo?Las madres deben llevar sus niños entre los 0 y 7 años, a los controles de talla, peso y vacunas y cuando estén en edad escolar deben ir al colegio. Eso me lo certifican las Secretarías de Educación locales. Si no cumplen se pierde automáticamente el incentivo.¿Y a dónde van cuando se gradúan?Les ofrecemos cupos directos en el Sena para carreras técnicas y tecnológicas y les pagamos $200.000 mensuales por estudiar. El cupo que lanzamos es para 120.000 este año y ya tenemos 59.000. Jóvenes en Acción es para carreras profesionales. Eso es construcción de capital humano que saca del círculo vicioso de la pobreza a las familias.¿Cómo afectan su labor problemas tan graves como los del Catatumbo?A mí no me preocupan las protestas sociales porque me parecen naturales, pero sí las que tienen doble agenda y de alguna manera incluyen intereses de industriales, de políticos o de grupos alzados en armas. Es absurdo que la semana pasada no pudiéramos pagar Familias en Acción porque no se permiten operaciones bancarias, y lo peor es que esas familias no recibirán pago en dos meses, porque el pago es bimensual. Eso está mal, pero hay que reconocer que la protesta en el Catatumbo tiene antiguas y profundas raíces...Sí, allí la deuda histórica es grandísima, pero me parece aberrante que hoy algunos políticos quieran sacar partido de ese olvido histórico del cual ellos mismos fueron responsables. La pregunta es, ¿por qué no solucionaron ellos el problema en su momento? En lo que a nosotros como DPS nos concierne, ya teníamos el presupuesto de 2013 para la región del Catatumbo por $73.000’000.000, porque en el famoso Conpes del año pasado, el presidente Santos enfatizó que Colombia le debía mucho a esa región y que teníamos que focalizar allí la inversión. ¿Qué impide hacer allí Zona de Reserva Campesina?El gobierno ha dicho que una Zona de Reserva Campesina tiene un trámite que hay que cumplir necesariamente. Yo estuve presente cuando el ministro Carrillo les dijo: “Listo, señores, trabajemos la Zona de Reserva Campesina y hagamos que surta su trámite normal, no lloremos sobre la leche derramada, porque eso ya no tiene sentido cuando tenemos casi 300.000 habitantes padeciendo por el paro”, y tampoco eso sirvió.

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