De lector de medidores de agua a periodista, así fue la historia de Fredy Calvache en la prensa colombiana

Los amigos y compañeros de trabajo del periodista Fredy Calvache recuerdan aún el paso de este hijo del municipio de Santa Rosa, Cauca, por los medios de comunicación locales y nacionales, donde se consolidó como la persona que informó del acontecer de la región por más de veinte años.

“De Fredy recuerdo como incursionó en los medios de comunicación. Y fue precisamente, a través del Canal 18 de televisión propiedad de la Empresa Municipal de Telecomunicaciones EMTEL, más adelante Canal 29 FETV, donde hizo sus primeros pinitos; hablo del año 1997-98 donde fuimos compañeros. Fredy venía de trabajar para el Acueducto de Popayán como contratista, escuché que hacía la lectura de los contadores del registro de agua”, expresa el también periodista José Reinaldo Salazar Martínez.

Ese fue entonces el comienzo de este periodista terminó recorriendo la gran mayoría de municipio del Cauca en una época donde sí o sí se tenía que llegar al sitio de la noticia para poder verificar y después informar de lo sucedido como lo recuerda de su hermano Camilo Calvache, quien además de ser el familiar más cercano, era su apoyo profesional cada vez que debían viajar a las veredas y corregimientos donde se presentaban los combates o las emergencias causadas por el invierno.

“Mi hermano se convirtió como en un embajador del Cauca, porque recorrió la gran mayoría de sus municipios a la hora de enviar reportes a Bogotá, por eso estuvimos en Inzá, Paéz, El Patía, Toribío, Almaguera, en fin, recorrimos como periodistas la región, en carro, lancha, moto, mula, caballo y hasta a pie, porque además de esa pasión por informar, Fredy tenía una curiosidad de conocer y explorar, además de un espíritu aventurero que lo acompañó hasta el final”, recuerda su hermano, quien aprendió este oficio al lado de ese gran reportero, de ahí que Fredy es ahora un “recuerdo vivo en mi corazón”.

De ahí, tras conocerse el final de Fredy en Suiza, sus amigos empezaron a desempolvar los recuerdos de esos momentos de días y días de reportería, de capturar una filmadora o cámara, los hechos que después se convertían en crónicas o informes periodísticos.

“Llegamos con Fredy Calvache a la vereda Gavilanes, en el corregimiento de Playa Rica, en el municipio de El Tambo para cubrir como el campesinado de la zona retenía o rodeaba a varios soldados que llegaron a esa población a erradicar cultivos de coca, te habla de hace catorce o quince años atrás. Para arribar a esa población rural nos tocó montar en mula y así adelantar un día de camino hasta llegar al sitio de la movilización, aún está en mi recuerdo de esa travesía de dos días que hice al lado de Calvache para llegar hasta esa parte que ahora está de moda y que la llaman el Cañón del Micay”, rememora el periodista judicial Francisco Calderón.

Pero hay más. Otros colegas recuerdan los inicios de Fredy en los medios, los mismos que ahora unen esfuerzos para cumplir su último deseo: que sea despedido en Popayán, con el acompañamiento de su familia.

“Ya vinculado al Canal Loca de la Ciudad Blanca, empezó operando una pequeña consola de sonido con la que emitíamos la señal de audio de este medio. Siempre fue un personaje chicharachero, lanzado, hábil con el balón, enamorado y bohemio. Nunca se conformó con permanecer en un espacio laboral, pues su inquietante personalidad lo llevó a incursionar en la narración de fútbol y en la redacción de noticias para televisión, todo esto gracias al apoyo de Giovanni Bohórquez director del Canal 18 en ese momento, Giovanni consiguió la corresponsalía en Radionet emisora recién surgida en Colombia, que luego se fusionaría con Caracol Estéreo para convertirse en lo que hoy es la W Radio. Aquí entre Giovanni y Fredy como su pupilo empezaron este proyecto de corresponsalía”, agrega José Reinaldo Salazar Martínez.

Otros de los grandes amigos de Fredy, Julián Caballero, es el encargado de poner en contexto el trabajo adelantado por este comunicador que logró vencer muchas adversidades, hasta que un cáncer gástrico apagó su vida en un centro de la capital de Suiza, a donde llegó como exiliado.

“El compañero cubrió lo más difícil de mi Cauca, no le daba miedo meterse donde fuera, el conflicto armado de finales de los noventa e inicios del 2000 fueron momentos trágicos para muchos de nosotros, y sin importar las dificultades para el acceso, llegaba a cubrir de primera mano la información. Fueron tiempos donde se tenía que llegar al lugar de la noticia, no existían las redes y la única cámara la tenía el periodista. El llegó, experimentó el dolor, las dificultades y el horror de un conflicto social y armado agreste. El Cauca de hoy, con situaciones “ásperas” no alcanza a la mitad de lo que en esa época se vivió y tocó cubrir noticiosamente, como lo hecho por Fredy, y al menos de una decena de “compas” de los medios que vivimos esos momentos. Soy agradecido por trabajar al lado de él, era el mejor, sin duda”, confiesa Caballero, quien ahora funge como periodista al interior del Consejo Regional Indígena del Cauca, Cric.

Por eso ahora muchos comunicadores sociales y amigos están a la espera de la llegada del cuerpo de Fredy Calvache a Popayán para acompañarlo en ese último adiós que él deseaba se realizara con sus seres queridos, pero esa terrible enfermedad se lo impidió, pero que terminó encendiendo la llama de la historia de ese gran periodista caucano.

Y es que Fredy siempre mostró un gran interés y habilidad por el quehacer periodístico. Mientras se desempeñaba como reportero de Noticias 7:30 Informativo, que tenía emisiones cada sábado en la frecuencia local de televisión, Fredy aprendía a redactar las noticia y mejorar su vocabulario, leyendo el periódico.

“En su afán de informar recuerdo como anécdota que copiaba casi al pie de la letra algunas notas del periódico El Liberal, era era el más importante de la ciudad, hasta afinar en la redacción que fue aprendiendo con la ayuda de su director, también de Martin Gil Gil Acevedo y Liliana Campo Liliana Campo. En su constante avidez por experimentar, actitud que era una constante en todo el grupo de jóvenes que éramos en ese momento”, recuerdan esos colegas que ayudaron hasta al final a este periodista.