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“Da miedo que Santos diga que Timochenko puede ser presidente”: Álvaro Uribe

El expresidente y ahora senador de la República arrecia sus críticas contra Eduardo Montealegre y dice que el acuerdo de justicia alcanzado en Cuba es el “acuerdo del desacuerdo”.

11 de octubre de 2015 Por: Argemiro Piñeros Moreno, Colprensa

El expresidente y ahora senador de la República arrecia sus críticas contra Eduardo Montealegre y dice que el acuerdo de justicia alcanzado en Cuba es el “acuerdo del desacuerdo”.

Cuando muchos pensaban que el discurso crítico de Álvaro Uribe iba a empezar a ceder tras la firma del preacuerdo de justicia entre el Gobierno y las Farc, el expresidente arreció sus cuestionamientos. 

Plantea que mientras  en el mundo se encarcela y se prohíbe a los jefes de los grupos terroristas ser elegidos, en Colombia se quiere permitir “ese tipo de impunidad”, que en su criterio puede generar otro tipo de violencia. 

Sobre los calificativos que le hicieron de ser un nuevo terrorista, asegura que no le preocupan, pero sí advierte su molestia porque el gobierno de Juan Manuel Santos lo quiera hacer pasar como un dictador similar a Augusto Pinochet. 

¿Por qué dice que las acciones del fiscal Eduardo Montealegre (como la decisión de pedir que se le investigue por la masacre de El Aro) son para afectar a su partido político en  las próximas elecciones?

Vaca ladrona no olvida el portillo. Hace 18 meses el Fiscal se inventó la manera de afectarnos con el cuento del hacker, inclusive me vincularon a mí en una investigación  en la Corte Suprema de Justicia. El daño fue para Óscar Iván y David Zuluaga, para Luis Alfonso Hoyos, ahora no hay hacker, pero está ese tenebroso criminal extraditado por mi gobierno, ‘Don Berna’, que es el aliado electoral del Fiscal.

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El Fiscal, además, tiene problemas muy graves: la malversación de fondos que ha denunciado el Centro Democrático; el Fiscal y el Presidente de la República tienen alrededor de $500 mil millones adjudicados en contratos directos e innecesarios; no tiene explicación y entonces la emprende contra mi persona. Hay otro problemita, el Fiscal está empeñado, con el Presidente de la República, en que los jefes de las Farc, ‘Timochenko’ y compañía, no vayan a la cárcel y puedan ser elegidos.

¿Qué pretende con su propuesta de socializar desde ya los borradores de los acuerdos firmados por el Gobierno y la guerrilla?

Hace dos semanas el Gobierno y las Farc, en el marco de la Asamblea de la ONU, de la visita del Papa a Cuba, conmovieron al mundo diciendo que estaba listo el acuerdo de justicia. Poco después el Gobierno dijo que no publicaba todavía el acuerdo porque tenían aún discrepancias; que el acuerdo eran los diez puntos del comunicado, pero las Farc dijeron que no, que eran 75 puntos. El Gobierno dijo que habrá castigo, pero las Farc que no.

El Gobierno confunde la reparación de las víctimas con el castigo. La reparación es una obligación ética, moral, que no sustituye el castigo. El Centro Democrático piensa que el castigo debe ser carcelario, que con la pena alternativa se disminuya la reclusión, o que haya reclusión, por ejemplo, en una granja agrícola.

Hay una interpretación muy delicada, las Farc dicen que lo que firmó, en virtud de los Protocolos de Ginebra, se debe incorporar de inmediato a la Constitución Política. ¿Las Farc y el Gobierno nos cambiaron la Constitución? Esto está causando un problema de marca mayor. El Gobierno tiene todo el poder en el Congreso para imponer lo que quiere, tiene una gran estructura publicitaria para imponer al país lo que acuerde con las Farc, pero sumadas todas estas dificultades hemos venido señalando que le iría mejor al país si el Gobierno, previamente a la firma definitiva, busca un  consenso nacional.

Advierte usted sobre la impunidad que se daría con la justicia transicional que se pactó. ¿Cómo debería operar esa justicia?

No pedimos cárcel para el guerrillero raso. Para los cabecillas pedimos cárcel y aceptamos las penas alternativas, pero la misma debe ser dentro del concepto carcelario y de reclusión. O que paguen la pena en una granja agrícola, por ejemplo. ¿Por qué insistimos en el tema? Porque lo único que disuade al criminal es el componente punitivo, abandonarlo es generar nuevas violencias. Además, la Constitución del 91 fue muy clara en prohibir la elegibilidad de personas incursas en delitos diferentes al  delito político o al homicidio accidental culposo.

Ahora se quiere darle al narcotráfico el alcance de delito político, cuando en la realidad colombiana el narcotráfico lo que ha hecho es financiar atrocidades. El tema del secuestro, mirando  el ‘acuerdo de los desacuerdos’, uno diría que queda en los delitos de mayor gravedad, pero no, porque al mirar los otros temas de concordancia, se ha puesto en pie de igualdad a las Fuerzas Militares con el terrorismo; entonces el secuestro de un policía o de un soldado no sería secuestro, sino una retención válida,  muy grave. No se les exige a las Farc la entrega de armas, se sigue hablando de la dejación,  no entregarlas, sino mantenerlas, guardarlas  y accionarlas cuando se quiera.

Tampoco se les  exige que entreguen el dinero que han acumulado del narcotráfico para reparar a las víctimas. También, ese tribunal que anuncian puede ser de impunidad para las Farc y de castigo para  militares y civiles que nos oponemos al terrorismo. 

Lo que he dicho es que España no le ha dado impunidad a ETA ni ha permitido la elegibilidad de responsables de atrocidades, entonces ¿por qué nos piden a nosotros lo contrario?”.

¿Sigue viendo como una alternativa viable la zona de concentración que el Centro Democrático propuso hace unos meses?

El Gobierno la desvirtuó. Para nosotros, la zona de concentración ha sido un requisito previo al avance de las conversaciones; para que la guerrilla cumpla con el cese de sus actividades criminales y lo pruebe, se debe ubicar en una zona en donde haya vigilancia internacional, así se sabe que cualquier delito cometido por fuera de esa zona no es imputable a las Farc. Esta tregua de ahora es un engaño, hay una violación todos los días y aumento de la extorsión y de las siembras de coca. 

¿El mensaje de su partido sobre el proceso de paz genera miedo, como lo dijo el Ministro del Interior en el debate a la reforma para la paz?

Lo que genera miedo es que el mismo día que ‘Timochenko’ dice que no se arrepiente y humilla de semejante manera a las víctimas, Santos, en una universidad en Estados Unidos, diga que ‘Timochenko’ puede ser presidente de Colombia. Lo que genera miedo es que no haya castigo  a los cabecillas, lo que genera miedo es que no entreguen las armas, genera miedo que se creen dificultades al sector privado,  genera miedo que se igualen a las Fuerzas Militares con el terrorismo,  genera miedo que el  Gobierno se haya encargado de hacer aparecer ante el país que lo nuestro es igual a lo que pasó con Pinochet en Chile o en la Argentina de Videla o en las dictaduras militares de Centroamérica.

El preámbulo que firmó el Gobierno con las Farc permite negociar sobre todo lo habido y por haber. Esto es cambiar todo el sistema democrático, es una ley sin límites”.

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