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¿Cómo quedarán los partidos para las próximas elecciones presidenciales?

Para 2018 la Unidad Nacional, que rodeó a Juan Manuel Santos en su reelección, ya no estará. Los partidos, por separado, buscarían llegar al poder. A dos años de los comicios, el abanico de candidatos es amplio.

1 de noviembre de 2015 Por: Argemiro Piñeros | Colprensa

Para 2018 la Unidad Nacional, que rodeó a Juan Manuel Santos en su reelección, ya no estará. Los partidos, por separado, buscarían llegar al poder. A dos años de los comicios, el abanico de candidatos es amplio.

El lunes pasado, cuando algunos aún saboreaban  las mieles del triunfo y otros  las hieles de la derrota electoral, el presidente del Partido Conservador, David Barguil, hizo su análisis de los resultados y fue más allá: anticipó que para el 2018 su partido irá con candidato propio para la elección de Presidente de la República.

Lo que exteriorizó el dirigente conservador es un tema que se venía hablando en el  interior de los partidos, que no está maduro, pero que se ha anticipado, ante la inminencia de que el escenario político en 2018 sea completamente distinto al actual.

Empiezan a considerar los analistas que para ese momento ya no existirá la Unidad Nacional, que nació en 2010 como la coalición de fuerzas alrededor del presidente Juan Manuel Santos.

La razón es evidente, Santos no volverá a ser candidato y la labor de armar alianza de fuerza le tocará a su sucesor. Ese será el momento para volver a comparar fuerzas y trazar nuevas uniones por intereses y  semejanzas ideológicas.

Otro tema que pesará en 2018, que muy seguramente será el hilo conductor de la nueva alianza, es el posconflicto. Para ese momento en Colombia se deberán estar cumpliendo los acuerdos a los que lleguen el Gobierno y las Farc. Es decir, el país tendría otra elección presidencial cruzada por las posiciones ante la paz, pero sin la presión de la guerra.

Con la previsión de que ese será el ambiente político futuro, así es como se proyectan los partidos con miras a las justas presidenciales del 2018.

Los liberales 

Es la colectividad que tiene más nombres de posibles candidatos. La lista la encabeza un delfín, el actual director de Planeación Nacional, Simón Gaviria, hijo del expresidente César Gaviria Trujillo. Aunque hay un sector que le apoya desde ya, otros piensan que debe seguir ‘haciendo el curso’ de funcionario público.

Un nombre que tiene gran peso, y adquirirá más cuando se firme la paz,  es el del actual jefe negociador del Gobierno en la mesa de diálogos de paz con las Farc,  Humberto de la Calle Lombana, quien buscaría ser el presidente del posconflicto.

Aunque no es militante activo, sí fue figura clave en los gobiernos liberales de César Gaviria y Ernesto Samper Pizano, con este último como vicepresidente de la República, dignidad a la que renunció.

Un delfín más suena en los pasillos del liberalismo: el senador Juan Manuel Galán, hijo del inmolado líder Luis Carlos Galán, quien ya ha expresado que quiere seguir los pasos de su padre. 

El sonajero liberal también tiene al actual presidente del Senado, Luis Fernando Velasco, quien preveía un crecimiento político importante en el país, lo que no demostró con resultados en las elecciones regionales.

El conservatismo

El afán de David Barguil por decir que el conservatismo irá con candidato propio el 2018 se justifica en que ya tiene nombres de peso con ese propósito. El primero es el de la exminis- tra Marta Lucía Ramírez, quien llegará con su buena participación en la presidencial del 2014, cuando sacó dos millones de votos y consolidó su vigencia en el partido. 

En las recientes elecciones regionales estuvo recorriendo el país como si fuera candidata y en Bogotá fue fundamental para el triunfo de Enrique Peñalosa. 

Entre los presidenciables azules igualmente está el procurador  Alejandro Ordóñez, quien para 2014 ya recibió oferta de este partido. Sin embargo, hay quienes no lo ven  como un claro candidato azul, pues analistas lo ubican con mejores opciones como independiente con capacidad de recoger apoyos de todas las facciones de derecha, en especial del uribismo. 

Mauricio Cárdenas Santamaría,  actual ministro de Hacienda, es un nombre más que tiene esta colectividad. Cárdenas siempre ha figurado en ese sonajero azul y de todas las opciones sería la única con cercanía al presidente Juan Manuel Santos.

La izquierda, con cabeza única

El único nombre que suena como una posibilidad clara para la elección del 2018 en la izquierda colombiana es el del senador Jorge Enrique Robledo. Para 2014 compitió por esa posibilidad con Clara López, quien parece fuera del camino tras su reciente fracaso en la búsqueda de la Alcaldía de Bogotá.

El senador tiene indudable poder en el  interior del Polo, aunque despierta resquemores en sectores que lo consideran sectario y extremista, al punto que lo conocen como ‘El doctor no’. 

Gustavo Petro, el saliente alcalde de Bogotá, podría ser también candidato por un sector de la izquierda. Su postulación aún no es clara porque ha perdido fuerza política tras una muy floja alcaldía en Bogotá y porque podría revivir la inhabilidad que le impuso la Procuraduría.

Por último, en este grupo habría un candidato que encarne las opiniones de las Farc que, de estar ya desmovilizadas y haciendo política, podrían llevar su propio aspirante presidencial. 

Solitarios verdes 

Estos sectores tienen ‘presidenciables’ con nombres interesantes. El primero es el saliente gobernador de Antioquia, Sergio Fajardo, a quien tampoco le fue bien en las elecciones regionales, pero tiene una importante imagen nacional y ha sido buen ejecutor en sus labores como alcalde y como gobernador. 

La senadora Claudia López es la carta más firme que se agita en las filas de la Alianza Verde. Su figuración en la política partidista, la labor como miembro del Congreso y su activismo por la igualdad de los derechos de las comunidades LBGTI, son sus puntos fuertes.

La vida propia de CR 

A menos de tres años, la suerte está echada. Su candidato será su jefe único y vicepresidente de la República, Germán Vargas Lleras.

Los resultados muy positivos que alcanzó su partido el domingo pasado, cuando creció de forma importante en concejos, asambleas, alcaldías y gobernaciones, le dan un buen punto para arrancar.

El Vicepresidente recibió un golpe en sus intenciones en abril pasado, cuando se discutía en la reforma constitucional del Equilibrio de Poderes la inhabilidad a quien ostente ese cargo; el resultado es que  tendrá que dejar su oficina por lo menos un año y medio antes de la elección; es decir, estaría renunciando en noviembre de 2016. 

¿Y el uribismo?

El Centro Democrático, CD, no tiene la claridad de otros partidos porque su máxima figura nunca podrá volver a presentarse como candidato presidencial.

También porque su discurso inalterable de mano dura ante el conflicto armado parece desgastado, lo que corroboran los resultados del domingo pasado, cuando perdió con la Alianza Verde y las fuerzas que rodean al presidente Juan Manuel Santos.

Como  posibles candidatos figura el recién derrotado a la Alcaldía de Bogotá, Francisco Santos, quien pese a los resultados adversos  logró dejar una imagen de tener buenas ideas y de defender sus propuestas con planteamientos.

Más por la última experiencia que por tener posibilidades reales, también se podría pensar en una segunda campaña de Óscar Iván Zuluaga. 

Para eso tendría que solucionar un proceso judicial que enfrenta y acallar los reclamos internos que le hacen como dirigente por los flojos resultados que el partido tuvo el domingo pasado.

El senador Iván Duque, una figura nueva del uribismo, es otro nombre que se estaría moviendo. Ha sido destacado como uno de los mejores congresistas, brilla en los temas económicos. No se descarta que el CD termine apoyando una candidatura de Germán Vargas Lleras.

 

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