Casanare encabeza ranking fiscal y se convierte en modelo de solvencia en Colombia, ¿cómo lo hizo?

Casanare se convirtió en 2024 en un caso atípico dentro del mapa fiscal del país. Mientras buena parte de los departamentos enfrenta apuros para sostener sus finanzas, el territorio de la Orinoquía fue calificado por el Departamento Nacional de Planeación (DNP) como el único departamento solvente de Colombia, de acuerdo con los resultados del Índice de Desempeño Fiscal (IDF).

La medición, creada a partir de la Ley 617 de 2000, evalúa la salud financiera de los entes territoriales a partir de variables como la generación de ingresos propios, la ejecución del presupuesto y el control del gasto.

En el IDF 2024, Casanare alcanzó un puntaje de 70,90, una cifra que no solo lo ubicó en el primer lugar del ranking nacional, sino que lo separó por 17,3 puntos del promedio del país.

El resultado marca un hito: es la primera vez que un departamento obtiene la calificación de solvencia dentro de esta medición.

Para Planeación Nacional, el desempeño responde a una administración rigurosa de los recursos públicos y a decisiones que priorizaron el equilibrio entre ingresos y gastos, en un contexto nacional marcado por restricciones fiscales.

Más allá del número, el caso de Casanare llama la atención porque contrasta con la realidad de otros territorios que año tras año enfrentan dificultades para cerrar sus cuentas.

En este departamento, la estabilidad financiera se ha convertido en una plataforma para atraer inversión, impulsar proyectos y fortalecer la generación de empleo, factores clave para el desarrollo regional.

Desde la Gobernación se ha insistido en la importancia de una estructura administrativa organizada y de una planeación financiera que permita anticiparse a los ciclos económicos.

Bajo la administración del gobernador César Ortiz Zorro, el manejo de las finanzas públicas se ha enfocado en la transparencia y la responsabilidad fiscal, elementos que hoy se reflejan en el resultado del IDF.

El reconocimiento del DNP también tiene una lectura nacional. En un país donde el debate sobre el uso eficiente de los recursos públicos es permanente, el desempeño de Casanare envía un mensaje claro sobre la importancia de la disciplina fiscal como base del bienestar colectivo.

No se trata solo de recaudar más, sino de gastar mejor y con criterios de sostenibilidad.

Aunque el desafío será mantener este nivel en los próximos años, la experiencia de Casanare ya se instala como referente. Su desempeño demuestra que, incluso en un entorno complejo, es posible ordenar las finanzas públicas y convertir la gestión fiscal en una herramienta para el desarrollo.

Para otros departamentos, el caso abre una discusión inevitable: qué decisiones están marcando la diferencia y cómo replicarlas sin perder de vista las realidades locales.

*Esta nota fue creada con la ayuda de un boletín de prensa y una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de El País