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Voluntarios, los héroes de la navidad para los menos favorecidos

El Niño Dios tiene sus ángeles para hacer más amable esta Navidad a quienes no tienen cómo celebrarla. Regalos para los que nada esperan.

26 de diciembre de 2010 Por: Redacción de El País

El Niño Dios tiene sus ángeles para hacer más amable esta Navidad a quienes no tienen cómo celebrarla. Regalos para los que nada esperan.

No todos los seres humanos tienen pavo relleno y vino burbujeante en sus mesas el 24 de diciembre. Ni todos los niños tienen el juguete de moda ni el estreno traído por el Niño Dios. Ni mucho menos tienen quién les diga ¡Feliz Navidad! Pero sí hay ángeles, pastores, servidores y seres generosos que regalan su tiempo, esfuerzo, energía, trabajo social, sonrisas y afecto para romper esa cadena de soledad y vacío que invade a muchas personas por esta época.Se trata de voluntarios, religiosos, líderes espirituales, trabajadores sociales, profesionales y muchas personas más que quieren compartir el espíritu navideño con los que nada tienen o nada esperan. Parecen enviados de Dios diciendo ‘Gloria a Dios en las alturas, bienaventurados los que vienen en nombre del Señor’. Y en vez de derrochar bienes materiales con los suyos, derrochan amor por los demás. Les presentamos sólo algunos.Virgen que dará a luzDiana Carolina Yate tiene siete meses de embarazo y trabaja en el reciclaje. Un día se le apareció como un ángel Gloria Mercedes Carvajal, líder de la Asociación de Recuperadores Ambientales, y le anunció: tú serás la Virgen María. Se refería al pesebre en vivo que estaban organizando las voluntarias de la institución por primera vez para celebrar la Navidad de las familias de 44 recicladores de la comuna 21 y sus hijos, a quienes esta institución apoya todo el año en capacitación ambiental, educación para los niños y afiliación al Sisbén, entre otros beneficios.“Al principio me dio pena, pero doña Gloria dijo que así embarazada era como más real”, dice ella. La joven madre de 24 años, en vez de subir a Belén como María, bajó la loma desde Los Chorros hasta el Lago de La Babilla, en Ciudad Jardín, donde se rezó la novena el 16 de diciembre.Le acompañaron su primogénito de 6 años y su esposo, Pablo Antonio Montalvez. Y aunque él no se vistió de San José, otro reciclador interpretó al carpintero: Ramón Azcárate, quien el año pasado participó en la novena pero con un pesebre normal. Sus colegas Joaquín Amaya, Faustino Uribe y José Aldemar Mina encarnaron a los Reyes Magos y un bebé de una de las familias que vive junto al río Lili, ocupó la cunita cual Niño Dios. “Fue muy bonito, vestirse como la Virgen para el pesebre, eso lo hace sentir a uno algo como religioso, uno siente que se acerca más a Dios, se vuelve más católico”, dice esta madre que en dos meses dará luz al mundo con una nueva vida.Sembradores de esperanzaCiento cincuenta niños de los barrios San Marino y Calibella vieron llegar en persona a María, José y los Reyes Magos a una escuela del barrio. Y no arribaron solos, sino con ángeles que les llevaron mensajes no sólo de carácter espiritual, sino para aprender a cuidarse de los males del mundo terrenal. El principal, cómo cuidarse del abuso sexual infantil.“Sí, fue un nacimiento muy especial porque aparte de que los niños recibían un buen regalo, para muchos el primero o el mejor en sus vidas, se les hizo una reflexión de Navidad”, dice Fernando Ruano, director de la Asociación voluntariado El Sembrador en Cali. “Cuando un niño le dice a uno que nunca antes ha recibido un regalo de Navidad, al menos como el que le dimos, a uno se le parte el alma”, dice Ruano, quien hace esta labor con la asociación desde hace catorce años. Además, se les reforzó el mensaje de la prevención del abuso sexual infantil con una obra de teatro lúdica donde los personajes eran animales, para sensibilizarlos al respecto.Ángeles y servidores“Hace muchos años que no rezaba una novena al Niño Jesús, estaba muy alejado de Dios”. Esas fueron las primeras palabras que le dijo un joven al sacerdote católico Gustavo Adolfo Echeverry, el sábado 18 de diciembre.Después de rezar frente al pesebre en la sede de la Fundación Ángeles de la Calle, que el religioso lidera con un grupo de 25 voluntarios, el muchacho se le acercó y le expresó su deseo de volver a acercarse a Dios, después de años de haber dejado su hogar y su familia por la vida de la calle y las drogas.“La época de Navidad es muy especial para ellos, el día de la cena se bañaron aquí, se pusieron ropa limpia, vieron una obra de teatro con valores y les dimos lechona”, dice el padre que ha visto cómo Jesús en el pesebre ha tocado el corazón de muchos que han estado perdidos y han retomado su camino.Pero para los Ángeles de la Calle, como para los Servidores del Servidor, otro voluntariado católico, la Navidad no termina en diciembre. Todos los jueves y domingos, respectivamente, llevan alimento a los habitantes de la calle en diversos sitios de la ciudad. Y las sedes de estas fundaciones son el refugio donde ellos hallan no sólo abrigo y pan, sino la palabra de Dios, la que a lo mejor es la que falta en sus vidas y en sus corazones.La Navidad es su mejor medicinaEs paradójico, pero todos los niños que llegan al hogar de paso para menores enfermos, son felices si su estadía coincide con la Navidad. Parece que su enfermedad fuera el pasaporte para venir a sentir el espíritu navideño con un humilde pesebre, un sencillo almuerzo de Navidad y uno que otro regalo que algunas entidades donan.El 98% de los niños que alberga la Fundación para el Apoyo a la Solidaridad, FAS, vienen de zonas alejadas del Pacífico en busca de un tratamiento médico. Y llegan a Cali como la gran ciudad, por eso la Navidad los entusiasma mucho porque a muchos de esos pequeños nunca los ha visitado el Niño Dios ni han cantado un villancico. “Para ellos es una celebración muy especial y cualquier par de galletas que uno les dé, sienten que recibieron mucho, porque nunca lo han vivido”, explica Teresa Murillo, de la Fundación FAS.Como fue casi que una bendición para un niño de un año y medio de edad que llegó procedente de El Charco, Nariño, con un cáncer ocular. “Aquí pasó todas sus navidades hasta que falleció a los 4 años, pero en esa época era cuando el niño era feliz, esa era su mejor medicina”, recuerda la voluntaria de esta institución que desde hace 25 años les brinda hospedaje y alimento a los niños enfermos mientras sanan.Papá Noel en personaAyer les llegó su Niño Dios vestido de Papá Noel con camisas nuevas para estrenar, desayunaron tamales calientes y probaron plato navideño con natilla. Sabores que remiten al calor de hogar justo en Navidad, cuando quienes viven en la calle sienten más la soledad.Son los profesionales voluntarios liderados por Henry Aristizábal, un católico que ejerce todos los fines de semana como pescador de hombres, llevándoles alimento biológico y espiritual a quienes viven en las inmediaciones de la Calle 25 con Cra. 5, pero que en diciembre busca tocar más el corazón para tratar de resocializarlos y volverlos al seno de sus familias y a la familia de Dios. Y lo ha conseguido. “Esta semana vino un joven y me dijo: ‘Me conseguí un trabajo, el lunes empiezo en las obras de la remodelación del estadio, guárdeme mi camisa, no me vaya a dejar sin regalo’”. También recuerda que hace dos años un joven trató de atracarlo con un cuchillo, pero él lo hizo ir a la cárcel. “Un sábado estábamos repartiendo los desayunos, cuando el joven me reconoció y en vez de buscar venganza, vino a pedirme perdón. Ahora somos amigos y buscamos ayudarlo para que termine el grado once y pueda trabajar y así ser una persona útil a la sociedad”.

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