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Tribunal francés falló a favor de víctimas de implantes PIP

Entre las beneficiadas por este fallo hay 1486 mujeres colombianas (223 de Cali y otras ciudades del Valle del Cauca), que deberán recibir la indemnización.

14 de noviembre de 2013 Por: Redacción de El País | Colprensa

Entre las beneficiadas por este fallo hay 1486 mujeres colombianas (223 de Cali y otras ciudades del Valle del Cauca), que deberán recibir la indemnización.

En un fallo histórico para Colombia, un tribunal de comercio de Toulon, Francia, ordenó pagar 3000 euros a cada una de 1486 mujeres colombianas (223 de Cali y otras ciudades del Valle del Cauca), víctimas de las prótesis PIP que fueron declaradas no aptas para la salud humana.Se trata de fallo de primera instancia en un proceso comercial llevado por la firma de abogados Lozano Blanco & Asociados contra la multinacional alemana Tüv, encargada de certificar la calidad de las prótesis PIP, y en el cual el fiscal declaró que dicha empresa actuó con negligencia entre sus obligaciones de revisar la calidad de manera permanente de estos implantes.La abogada Nathalie Lozano, de la firma defensora, le dijo a El País desde Toulon, Francia, que “es una decisión muy importante; es la primera vez que hay un fallo de esta naturaleza: el Tribunal ordenó el pago inmediato de una previsión, es decir, un pago inicial –no definitivo– de 3000 euros a cada de las víctimas. Lo que suma más de 4 millones y medio de euros que benefician a las afectadas colombianas.“Esta indemnización inicial es mientras se calcula el monto total de los perjuicios sufridos por las mujeres. Para ello el tribunal ordenó que una comisión de expertos haga una tasación caso por caso, dependiendo de la historia y documentos que cada una de las víctimas nos entregó a la firma”, dijo Nathalie vía telefónica.El principal argumento a favor de las demandantes fue que durante diez años la firma Tüv estuvo encargada de hacer los procedimientos para certificar al mundo que estas prótesis sí eran aptas para ser usadas en el cuerpo de las mujeres.“Ellos (Tüv) incurrieron en una serie de deficiencias en procesos bastante técnicos y detallados y se limitaron a cumplir con unas obligaciones formales, pero no cumplieron con el objetivo de fondo que tenía la reglamentación, que era garantizar a las mujeres que esos implantes sí eran aptos para ser usados en el organismo femenino”, explicó la profesional.La profesional dijo que ya se había contactado con algunas de las víctimas: “Lógicamente están muy emocionadas, muy agradecidas, es muy emocionante”. De ese universo de 1486 colombianas, ella recuerda los casos de mujeres que se pusieron las prótesis para reconstruir sus senos después de tener cáncer y ahora se encuentran con este nuevo riesgo y sin recursos económicos para actuar. Algunas ni siquiera para someterse a los exámenes médicos y mirar el estado en el que se encuentran sus implantes, o sea que están con esa angustia permanente. Cada una es importante para nosotros y por eso este fallo me hace tremendamente feliz”.Como María Edith Rivera, de Cali, una de las ciudades con más afectadas por los implantes PIP. Ella se hizo poner las prótesis en 2009, justo antes de que las reprobaran. “Me di cuenta por el periódico (El País) que no eran buenas y me hice la mamografía y ya estaban reventadas, o sea que no duraron nada”, dice la mujer.Desde entonces vivió con angustia hasta 2012, que logró hacérselas extraer en la misma clínica donde se las habían puesto, pero el cuerpo rechazó los nuevos implantes. “Un seno se me empezó a llenar de agua y cada rato me tenían que drenar. Ese líquido había que mandarlo a análisis, esperar resultados con temor; entonces decidí hacérmelos extraer de nuevo y someterme a una reconstrucción de seno. Gasté tanto que aún debo lo de la última operación”, dice esta víctima de las PIP.De ahí que ella sea una de las más contentas con el fallo del Tribunal de Toulon, porque al menos recuperará una parte de esos gastos. La angustia y los temores aún no los olvida y todavía lleva en la piel las cicatrices de tanto bisturí. Este fallo “significa un reconocimiento y un mensaje de que las afectadas no están solas y estos recursos les va a permitir resolver algún daño en su salud o aspecto físico”, dijo la abogada.Como le pasó a Lucía Inés Murillo, otra demandante residente en Cali, para quien es un alivio “saber que el proceso va bien”. Pero no olvida su angustia al saber que las prótesis no servían, hasta abril de 2012, cuando por fin se las pudieron cambiar. “Era angustioso solo saber que no eran las adecuadas, y más al ver la ecografía, donde ya aparecían rotas. Lo peor era que el médico que me operó había muerto, yo no tenía a quien reclamarle”, recuerda hoy.Menos mal que él dejó la historia completa y ella guardaba otros documentos. La clínica asumió todo, pero cuando la EPS le autorizó la cirugía, tenía las plaquetas mal y no la podían operar. “Fui remitida al hematólogo para estabilizarme, había que hacer examen de citogenética, mandarlo a EE. UU., esperar el resultado, fue horrible, pero al fin me operaron y me pusieron otras que espero que sí sean buenas”, dice sonriente al verse beneficiada y muy contenta con el fallo francés.

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