TRABAJO INFANTIL
Los negocios con los que están explotando en las calles a los niños de Cali
En el 2020, según el Dane, la ciudad tuvo la mayor tasa de trabajo infantil por encima de ciudades como Medellín y Bogotá. Flagelo sigue sin control, dicen autoridades.
La explotación laboral y también sexual estarían nuevamente atacando a la población más vulnerable de Cali: los niños, niñas y adolescentes.
Así lo advierten autoridades y organismos de defensa de derechos humanos como la Personería Distrital, que vienen adelantando, en un trabajo interinstitucional, diversos operativos en calles, semáforos, centros comerciales, restaurantes y estaciones del MÍO para tratar frenar este flagelo.
Marvin Mendoza, coordinador de Cali Cómo Vamos, señaló que la Gran Encuesta Integrada de Hogares realizada en 2020 por el Dane informó que la tasa de trabajo infantil en el área metropolitana de Cali, que incluye el municipio de Yumbo, se redujo a 3,2 % con respecto a 2019, cuando alcanzó 4,6 %.
Sin embargo, esta cifra no revela la magnitud de la problemática en la ciudad, considerando que fue la tasa más alta del país comparada con las principales capitales como Medellín, donde fue de 2,9 %; Barranquilla, 1,9 %, y Bogotá, del 1,5 %.
"Si lo comparamos con años anteriores, se redujo, pero sigue siendo la más alta. Incluso, duplica la de Bogotá", aseguró.
Para Mendoza, la explicación estaría asociada a la pandemia y la cuarentena obligatoria que limitaron el trabajo de mucha población, resultando los niños, niñas y adolescentes que trabajan en las calles los más favorecidos con estas medidas.
Sin embargo, una vez se ha retornado a la presencialidad en las actividades tanto laborales como educativas, el fenómeno ha vuelto a reaparecer con gran fuerza, situación que se evidencia cada día en las calles, semáforos, hoteles y otros puntos neurálgicos de la ciudad. Esta problemática obedece a múltiples causas, pero, según Mendoza, la principal sería la pobreza en los hogares que obliga a todos los miembros de la familia, incluidos los niños, a salir a rebuscarse.
Según las cifras del Dane para 2020, en Cali la población entre los 5 y 17 años de edad es de 561.000 habitantes, de los cuales se estima que un 5 % está dedicado al trabajo infantil.
Otra estaría relacionada con la tasa de población infantil por fuera del sistema escolar, que en la ciudad puede estar alrededor del 17 % y el 20%.
Y un tercer aspecto estaría directamente asociado a la alta migración, no solo internacional, sino también del Pacífico colombiano, donde a comienzos de año se vivió un gran desplazamiento de familias con muchos niños, que agudizó el tema de los menores laborando.
Según se conoció, el grueso de la población infantil que trabaja está entre los 15 y 17 años con un 67,4 %, seguido de los menores de 15 años, que representan el 32,6 %.
Adicionalmente, se estableció que casi el 40 % de los menores son trabajadores no calificados, mientras un 30,4 % se dedican al comercio y las ventas; personal administrativo y trabajadores similares, un 9,5 %, y trabajadores de los servicios, un 8,2 %.
El programa Cali Cómo Vamos además precisó que el 41,5 % de los niños, niñas y adolescentes trabajan en un lugar fijo o en una fábrica; el 25,8 % en otras viviendas, y en su propia casa, el 18,7 %.
Explotación laboral y sexual
La problemática infantil va más allá del tema laboral en las calles, pues también se ha logrado establecer la explotación al interior de los propios hogares.
Se trata del Trabajo Infantil Ampliado, que es cuando el niño, niña y adolescente dedica 15 horas o más en la semana a los oficios del hogar. Considerado como un trabajo no remunerado, las estadísticas muestran que tiene una gran incidencia en todas las ciudades del país.
En Cali es del 3,8 %, que sumada a la tasa de trabajo infantil del 3,2 %, eleva la tasa a un 7 %, por encima de Bogotá, donde es del 5,2 %, siendo superada solo por la ciudad de Medellín, donde llega al 7, 2 %.
Por su parte, el personero Hárold Andrés Cortés precisó que a la explotación laboral se suma también la explotación sexual comercial, especialmente en el centro de la ciudad, donde han encontrado menores de 14 y 16 años que ejercen la prostitución.
Es por esto que la entidad, en coordinación con el Icbf, la Policía de Infancia y Adolescencia, Ministerio del Trabajo, Defensoría del Pueblo y las secretarías de Bienestar Social y Seguridad y Justicia, adelantan operativos en distintos puntos de la ciudad. En el 2020, precisó el funcionario, se llevaron a cabo 10 procedimientos que permitieron trasladar 68 menores a hogares de paso donde se les restablecieron sus derechos.
10 han sido los menores retirados de la calle en lo que va corrido de este año. Según la Personería Distrital, todos son de origen venezolano, por eso es urgente capacitarlos.
15 a 17 años es la edad en la que los menores pueden estar vinculados formalmente a una actividad laboral si cuentan con un permiso del Ministerio del Trabajo, que reglamenta esta actividad.
El año pasado retiraron 38 niños y en lo que va corrido del 2022 han realizado cinco operativos que dejaron 10 niños por fuera de las calles.
"Durante los operativos los menores no presentan documentos de identidad. Ellos son instrumentalizados para actividades de ventas en vías públicas y de mendicidad, en condiciones inapropiadas por estar en situación de calle", dijo el personero.
Calificó como muy grave lo que se está presentando en Cali, donde están aumentando las cifras de explotación laboral y sexual comercial de los niños.
La problemática se ha focalizado en los semáforos del Oeste. En el sur por la Calle 80, Pasoancho, Clínica de Los Remedios. En el norte, desde la Calle 25 con Avenida 2, algunas estaciones del MÍO como Prados del Norte, San Pascual y en la Plazoleta de Jairo Varela. Durante los recorridos han encontrado menores desde cero años hasta los 17.
La teniente Adriana Corrales Zapata, jefe de Infancia y Adolescencia de la Policía Metropolitana de Cali, coincidió en que el fenómeno se da en aquellas zonas donde hay mayor actividad comercial y donde están los hoteles y restaurantes, entre otros negocios.
Agregó que los menores más grandes se dedican a bailar y generalmente no están acompañados de ningún adulto, mientras los más pequeños son utilizados para la mendicidad al generar lástima entre la población.
Aunque han hecho muchas campañas de sensibilización para que la gente no dé monedas, aún hay muchas personas que no comprenden que detrás de estos niños siempre hay un adulto que se lucra.
"En la mayoría de los casos se trata de población venezolana y también hay mucha reincidencia, se les retira de las calles y restablecen los derechos a los niños, pero luego se desplazan a otros lugares, de ahí la dificultad de erradicar el trabajo infantil", manifestó la oficial.
Hubo el caso de un menor de 14 años que intimidaba a la gente en el Parque del Perro con un arma blanca. El joven fue aprehendido y puesto a disposición de la autoridad competente.
Mafias detrás de este flagelo
El personero Cortés expresó que la reincidencia solo refleja la debilidad del Estado para hacer seguimiento, individualizar y judicializar a los responsables de generar esta práctica.
"Hemos evidenciado mafias detrás de este fenómeno, las cuales se aprovechan de las personas en estado de vulnerabilidad y alquilan los niños por unas horas o por un día. Por eso, el llamado de la Personería es a realizar una acción integral desde las diferentes instituciones como la Alcaldía, el Icbf, pero también de la Fiscalía", subrayó.
Anunció que durante el 2022 mantendrán los operativos, a la vez que se fortalecerán los nocturnos para erradicar el flagelo de la explotación sexual comercial.
Finalmente, Adriana Afanador López, coordinadora del programa Familia y Niñez de la Subsecretaría de Poblaciones y Etnias de Cali, indicó que desde la Secretaría de Bienestar Social se viene trabajando en varios frentes: identificación, caracterización y sensibilización de los riesgos de estar en las calles, además de una permanente concientización a la comunidad para que no les dé dinero, porque de esta manera se perpetua el trabajo infantil.
De otro lado, informó que este año se tiene planeado contratar un servicio para llevar a los niños, en contrajornada, a refuerzos escolares y acompañamiento psicosocial. El piloto arrancaría en mayo. Entre tanto, el fenómeno continuará extendiéndose de manera inexorable por la ciudad.
Un flagelo imparable
Los menores se dedican a dos actividades básicamente: ventas que incluyen dulces, bolsas y velitas aromáticas y al ejercicio de pedir limosna,
Uno de los argumentos de las familias es que no tienen dónde dejar los niños cuando salen del colegio.
En la medida en que la comunidad compra por lástima o da monedas intensifica la problemática del trabajo infantil.
Desde el Comité Interinstitucional de Erradicación del Trabajo Infantil se busca articular acciones para contrarrestar este fenómeno.
Un niño que no accede al sistema educativo puede terminar delinquiendo y replicando el ciclo de pobreza.
Personería pidió a la Secretaría de Seguridad hacer seguimiento integral a menores trasladados a hogares de paso del Icbf.
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