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La historia de cómo un paisaje colorido está cambiando vidas en Terrón Colorado

La iniciativa ‘Terrón Coloreado’ busca pintar al menos cuatro mil casas de este barrio de ladera. Gente positiva.

30 de junio de 2012 Por: Redacción de El País

La iniciativa ‘Terrón Coloreado’ busca pintar al menos cuatro mil casas de este barrio de ladera. Gente positiva.

De tener su casa en obra negra, con paredes color cemento, en el barrio Terrón Colorado, ahora la casa de Esperanza se llenó del color que le hace honor a su nombre. Un verde intenso adorna su fachada, gracias a un grupo de gente que “se ofreció a darle color al barrio”. Otras 20 casas, como la de Esperanza, fueron embellecidas.A la Parroquia San Ignasio de Loyola también le llegó el color. Aguamarina y fucsia ahora adornan el reconocido templo que queda sobre la vía al Mar. Se trata de la iniciativa ‘Terrón Coloreado’. Un grupo de caleños (diseñadores, arquitectos, publicistas, ingenieros, entre otros) que decidieron poner “las manos a la obra”, según cuenta uno de los líderes del proyecto y diseñador, Jerónimo Jiménez. Cuenta que la idea es “poner bonita la entrada de la casa”, explicando que Terrón es la puerta al Pacífico y lo primero que ve la gente al llegar a Cali, viniendo desde esta zona del país. El propósito es llegar a pintar al menos cuatro mil de las doce mil casas que tiene el barrio Terrón Colorado. Esto lo hacen sin costo para la comunidad. Reciben donaciones de material, como pintura, brochas, rodillos y recipientes, o dinero para comprarlos. Además, el trabajo se hace en cooperación, por voluntariado. Participan jóvenes universitarios, profesionales y la misma comunidad del barrio. Cada familia escoge los tonos para su casa. La gama es de colores intensos, asegura Jerónimo, porque generan impacto positivo en el comportamiento humano.“Los colores son ondas y con la luz de nuestra ciudad se potencializan. Además la ideología caleña tiene mucho que ver con la policromía”, comenta. Y es que no sólo se trata de ver bonita la propia residencia, sino salir y ver todas las demás coloridas. Al menos así lo piensa Yaneth, cuya vivienda está ahora llena de un azul vibrante. “Antes no nos entraba luz a la casa. Ahora, me imagino que por el reflejo del color, se nos mantiene iluminada. No se alcanzan a imaginar lo contentos que estamos”, cuenta.El padre Nélson Rodríguez también cuenta que ahora la Casa de Dios está más alegre que nunca. Dice que cuando los del proyecto le preguntaron qué colores quería para la parroquia, escogió los más vibrantes, porque “se trata de mirar otras propuestas”. “La gente está acostumbrada a el negro y el blanco para las iglesias, hay quienes ahora piensan que quedó demasiado llamativa. Pero también se trata de mirar que hay otras opciones y estamos muy felices”.Asegura que lo importante de esta iniciativa es que muestra el barrio desde otra perspectiva. Cuenta que Terrón ha sido estigmatizado como un barrio violento, pero con este tipo de proyectos se muestra que “hay gente muy buena que quiere luchar por ser mejor”. Añade que es importante que se acuerden de las zonas de ladera de la ciudad. “No todo puede ser Aguablanca. Nosotros también necesitamos de inversión social”. Hay quienes aún no acceden a que pinten su casa, como doña Isabel la vecina de Yaneth. Sin embargo ya comenzó a ver la pintura actual de su fachada “muy pálida. Yo creo que nos vamos a animar, para emparejarnos con el barrio”.

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