Germán Escobar, secretario de Salud, anuncia tres nuevos hospitales para Cali antes de 2027, “pese a la crisis nacional del sistema”

Se escuchan detonaciones, sirenas. Es lunes, y los capuchos de la Universidad del Valle han obligado a cerrar la Avenida Pasoancho, por lo que la entrevista con el secretario de Salud de Cali, Germán Escobar, acordada en el campus, tendrá que ser telefónica.

Con los estallidos de fondo, el Secretario recuerda su juventud. Estudió Medicina en Univalle y en varias ocasiones debió salir corriendo por los encapuchados, que incluso lo llegaron a sacar del salón. El eco de las papas bombas establece el tono para conversar de un panorama de la salud igualmente explosivo y complejo.

Antes, la charla se detiene en su vocación, diagnóstico de la salud en Cali, los efectos de la crisis nacional del sistema y los anuncios de inversión para fortalecer la red pública.

¿Qué lo llevó a estudiar medicina?

Creo que me llevó algo que puede sonar a lugar común, pero es la verdad: la búsqueda de ayudar a las personas. Inicialmente quise hacerlo de forma individual como médico y luego desde la salud pública, ayudar de manera más amplia y masiva. Esa ha sido siempre mi principal motivación.

Con los años también aparece la frustración, porque cuando uno entiende mejor la función pública y los determinantes sociales, se da cuenta de que no existen soluciones fáciles para problemas complejos. A veces frustra la velocidad con la que se pueden dar los cambios y las limitaciones reales para transformar situaciones que trascienden nuestras competencias.

¿Tuvo alguna influencia para tomar ese camino profesional?

Sí, como muchos médicos tuve una influencia familiar. Mi tío, Óscar Escobar, fue ginecobstetra y trabajó durante muchos años en Cali. Sin embargo, más allá de esa referencia, la motivación principal fue mi deseo profundo de ayudar a las personas.

De joven también me gustaba mucho el dibujo y pensaba incluso en estudiar arquitectura, porque desde allí también se puede aportar al bienestar. Pero sentía que la medicina me permitía ayudar de forma más directa y profunda, y por eso elegí este camino.

¿Cuál es hoy el diagnóstico general de la salud en Cali?

Cali, como muchas ciudades en economías emergentes, tiene una doble carga de enfermedad. Por un lado, están creciendo las enfermedades crónicas no transmisibles: diabetes, hipertensión, ansiedad y depresión, asociadas al sedentarismo, el estrés urbano y los cambios en los estilos de vida.

Por otro lado, persisten enfermedades ligadas a la pobreza y a los determinantes sociales, como la tuberculosis y otras infecciosas. Hoy la mayor carga en la ciudad corresponde a las enfermedades crónicas, y un 15 % está asociada a trastornos de salud mental.

¿Cómo impacta la crisis del sistema de salud en la ciudad?

El impacto es muy fuerte. En lo que va del año tenemos más de 23 mil quejas de usuarios por falta de entrega de medicamentos, autorizaciones, citas y procedimientos, lo que representa una vulneración clara al derecho fundamental a la salud.

Además, estamos viendo una caída importante en la adherencia a los tratamientos de pacientes con VIH. Hace dos años superábamos el 80 % e incluso llegábamos al 90 % en algunos grupos, pero hoy observamos una disminución superior a los 20 puntos porcentuales, lo cual es profundamente preocupante.

De otro lado, hemos tenido cierres de servicios para afiliados de Nueva EPS en algunas instituciones, que por fortuna ya se han ido restableciendo, pero estuvieron cerradas por más de diez días.

A comienzos de año también hubo graves problemas en la dispensación de medicamentos para Nueva EPS y Emssanar. Son situaciones que afectan directamente los indicadores de salud de la población.

¿Cuál es la situación de las enfermedades huérfanas en Cali, teniendo en cuenta este panorama tan preocupante?

Las enfermedades huérfanas tienen una baja frecuencia, alrededor de una por cada 2000 personas. En Cali existe una condición particular con mayor prevalencia: la drepanocitosis, asociada a factores genéticos.

Los pacientes con enfermedades huérfanas han sido de los más afectados por la crisis del sistema, porque requieren medicamentos especializados, atención de alta complejidad y seguimiento permanente, en centros que hoy enfrentan grandes problemas financieros.

¿Qué puede hacer la Secretaría de Salud frente a esta crisis?

Debemos ser claros: la solución estructural supera las competencias legales y financieras de cualquier entidad territorial. En Cali la deuda hospitalaria asciende a 2,8 billones. Solo en la red pública distrital la cartera asciende a 68 mil millones. En el caso del Hospital Universitario del Valle supera el medio billón de pesos en cartera.

Desde la Secretaría de Salud hemos fortalecido el grupo de defensores del paciente, llevándolo a todas las comunas. También realizamos jornadas de conciliación entre EPS e IPS, promovemos espacios de diálogo y trasladamos constantemente la problemática al Gobierno nacional, al Ministerio de Salud y a la Superintendencia.

La semana pasada, en una reunión convocada por Asocapitales, los secretarios de Salud de las capitales del país manifestamos una preocupación conjunta. Prácticamente ninguna ciudad es ajena a esta crisis. Todas están enfrentando situaciones iguales o peores y pedimos al Gobierno Nacional estabilizar urgentemente los pagos al sistema.

¿Cali puede garantizar hoy la atención en salud?

Hacemos todo lo que está humanamente y legalmente a nuestro alcance para garantizar el derecho fundamental a la salud. Sin embargo, es evidente que la crisis nacional del sistema lo está vulnerando. Desde la Secretaría hemos dispuesto todas nuestras capacidades para mitigar los impactos, pero la solución definitiva depende del nivel nacional.

En temporada de diciembre, ¿cuál es el plan ante este panorama?

Desde la red hospitalaria estamos preparados. Cali cuenta con una infraestructura de atención sólida, como se demostró el pasado 21 de agosto, con los atentados que sufrió la ciudad. Más de 90 personas fueron atendidas durante la primera hora del hecho.

Desde el componente de cultura ciudadana reiteramos el mensaje de cero pólvora, incluso en adultos y, por ningún motivo, en menores de edad. Además, reforzamos la campaña ‘Me voy de rumba y no me derrumbo’, para promover consumo responsable de alcohol, buena hidratación, alimentación previa y consumo solo en establecimientos autorizados.

¿Qué atención en salud mental se ofrece durante esta temporada?

Tenemos habilitada la línea 106, que funciona 24 horas al día, los siete días de la semana, para atender casos relacionados principalmente con ideación o intento suicida. Es un servicio fundamental en esta época del año.

¿Cómo está la salud mental en Cali, a propósito?

Actualmente hay más de 37 mil personas diagnosticadas con algún trastorno de salud mental y se realizan más de 100 mil atenciones anuales. Predominan la ansiedad, la depresión y los trastornos ansioso-depresivos. Estos problemas están asociados a factores socioeconómicos, desplazamiento, conflictos familiares, tensiones sociales y consumo de sustancias psicoactivas.

De otro lado, ¿cuál fue el balance de la primera noche de la Alborada?

En la noche del 30 de noviembre al 1 de diciembre registramos cinco lesionados por pólvora, tres mujeres y dos menores de edad. Por fortuna ninguno fue de gravedad, pero sigue siendo triste que haya niños afectados. Nuestro llamado sigue siendo enfático: evitar el uso de pólvora y jamás permitirla en menores.

Sin embargo, pese al mensaje contra la pólvora, en Cali es legal y comprarla es muy fácil…

Es cierto que existe regulación y puntos de venta legales, en Colombia hay un debate muy profundo sobre el tema, pero desde la Secretaría de Salud el mensaje es claro: evitar completamente la pólvora. Que sea legal no significa que debamos comprarla.

Para ir finalizando, ¿cuáles considera los principales logros de su gestión?

Hemos logrado remodelar y dotar seis puestos de salud en corregimientos y zonas de ladera. En el oriente de la ciudad abrimos la primera unidad neonatal pública, que permitirá reducir hasta en un 80 % las remisiones de recién nacidos. Actualmente remodelamos diez IPS adicionales que entrarán en funcionamiento en 2026.

También garantizamos la construcción de tres nuevos hospitales, lo que es una gran noticia para Cali. Estarán en Terrón Colorado, Comuna 1; el barrio Antonio Nariño, con enfoque en discapacidad y cuidadores; y el Hospital de Mama en la ESE Norte, para prevención y atención del cáncer de mama.

Deben estar finalizados antes del 31 de diciembre de 2027, según el compromiso del alcalde Alejandro Eder. Serán entregados completamente dotados, con lo que Cali contará, sino en la mejor, con una de las mejores redes de atención de salud pública de Colombia.

Los tres hospitales requieren una inversión cercana a 70 mil millones de pesos, financiados con recursos del programa Invertir para Crecer de la Alcaldía de Cali. Es una apuesta histórica por el fortalecimiento del sistema público de salud de la ciudad.

Por cierto: ¿En qué consiste el nuevo modelo de salud y las alianzas con el sector privado, laboratorios como Bayer?

Formulamos un modelo enfocado en la gestión del riesgo en salud comunitaria. Trabajamos con academia, sector privado y la industria farmacéutica sin agendas comerciales, uniendo capacidades técnicas.

Gracias a estas alianzas hemos realizado jornadas de detección temprana de cáncer de mama, tamizaje cardiometabólico, atención de cáncer de próstata y ya estamos aplicando inteligencia artificial para detección temprana de cáncer de pulmón.

¿Cuál es su mayor frustración en el cargo?

No contar con las herramientas legales, financieras e institucionales suficientes para solucionar estructuralmente la crisis del sistema. Todos los días recibimos casos de personas que necesitan cirugías, medicamentos y tratamientos, y aunque gestionamos, tocamos puertas y acompañamos, hay límites que no dependen de la Secretaría.

¿Y de qué se siente más satisfecho?

De haber liderado un equipo que se atrevió a pensar distinto e hizo posibles proyectos que parecían imposibles, como la remodelación del 30 % de la red pública hospitalaria y la estructuración de los tres nuevos hospitales.