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"Barras bravas de los equipos de Cali son las más sancionadas del país": Policía

El general Rodolfo Palomino, director de Seguridad Ciudadana de la Policía Nacional, aseguró que la Ley del Deporte sí ha dado resultados. Defendió la gestión de las autoridades durante los espectáculos deportivos.

1 de julio de 2013 Por: Heinar Ortiz Cortés | Reportero de El País

El general Rodolfo Palomino, director de Seguridad Ciudadana de la Policía Nacional, aseguró que la Ley del Deporte sí ha dado resultados. Defendió la gestión de las autoridades durante los espectáculos deportivos.

Las barras de los equipos de fútbol de Cali son las que más sanciones acumulan por malos comportamientos durante los últimos años. Está afirmación la hizo el general Rodolfo Palomino, director de Seguridad Ciudadana de la Policía.Luego de la muerte del hincha de Millonarios, quien fue asesinado por un barrista del Deportivo Cali la semana pasada, el uniformado mostró las cifras que han dejado los operativos en los estadios de todo el país, defendió la aplicación de la Ley del Deporte, cuestionada medida que desde hace tres años establece penas, multas y prohibiciones para ingresar a escenarios deportivos para los violentos.Al general Palomino le preocupa el tema. No solo por su cargo en la Policía, sino porque también es un aficionado más del fútbol. Incluso, detrás del uniforme, se esconde un hincha del Once Caldas que, cada que puede, va al estadio.En menos de una semana, en hechos relacionados con el fútbol perdieron la vida dos hinchas. Uno en Tunja y otro en Cali. ¿Qué cree usted que es lo que está pasando con los hinchas?Desafortunadamente estamos frente a unos comportamientos exageradamente violentos, donde se trata de tener una especie de animadversión premeditada contra los integrantes de una barra, independientemente de su color. También hay un escenario donde hay viejas rencillas entre barras. Hemos visto que así como hay confrontación, hay casos de hermandad. Particularmente, recuerdo que en Cúcuta, el año pasado, recibieron a los hinchas del Deportivo Independiente Medellín con un sancocho. Es un escenario más que de amistad, de hermandad. Eso también hay que señalarlo. Es decir, así haya algunos escenarios de confrontación también hay unos de vinculación, de convivencia.La Ley del Deporte ya lleva poco más de dos años de implementada. En un principio, el presidente Santos dijo que con ella, “los violentos iban a tener que pensarlo dos veces antes de perturbar el desarrollo de una competencia”. Pero esta es la hora que siguen ocurriendo hechos de vandalismo y violencia en el contexto del fútbol. ¿No será que la ley es un ‘saludo a la bandera’?No. Yo diría que la Ley de Deporte sí ha dejado resultados. Desde el 2011 hasta la fecha, se han dado 305 alertas tempranas que han evitado confrontación, hemos realizado 645 acompañamientos a barras de equipos visitantes y hemos incautado 28.145 armas blancas en inmediaciones de los estadios, dentro de ellos o en los buses donde viajan las barras. Además, hemos incautado tres armas de fuego.Hemos tenido que capturar por comportamientos desadaptados, agresión a los hinchas o porque han sido vinculados a cualquier acto delictivo, a 172 personas. Es decir, fueron 172 personas que estaban amenazando o atentando contra el espectáculo del fútbol.¿Y cómo está Cali en el panorama de las cifras que está presentando?En Cali se han incautado 989 armas blancas, muchas menos que en las otras ciudades grandes del país. Esto indicaría una presunción de buen comportamiento de las barras de allá, pero las sanciones dictan lo contrario.Fíjese: de las 161 sanciones colectivas que se han impuesto a las barras bravas del país, el grupo más sancionado es el Frente Radical Verdiblanco ( de seguidores del Cali), con 13. También Disturbio Rojo del América tiene 13 y el Barón Rojo Sur del América tiene 11. Es decir, entre las dos barras bravas del América tienen 24 sanciones colectivas en los últimos tres años.General, pero la impresión que queda en el aire es que la ley no ha sido muy efectiva, pues se siguen presentando casos de vandalismo y violencia...No podemos desconocer que hay algunas infortunadas prácticas y comportamientos legendariamente perversos, claro. Eso hay que superarlo. Pero la obligación y el compromiso no solo es de la Policía. El compromiso también es de las mismas barras y autoridades político-administrativas. Tampoco puede estar ajeno el compromiso del equipo, que debe estar vinculado a esto. Yo creo que desde ahí, hay consideración que la ley establece unos compromisos. Si se cumplen, podemos acabar con la violencia.Entonces, ¿usted qué cree que es lo que está fallando por parte de las autoridades municipales para prevenir estos hechos de violencia, sobre todo en las áreas cercanas a los estadios? Por ejemplo, en Cali hay mucha gente de los alrededores del Pascual Guerrero, tres barrios a la redonda, que cuando hay partido se sienten prácticamente sitiados en sus casas. ¿Qué es lo que falta por parte de las autoridades locales y de la Policía para que esto no ocurra y la gente se sienta segura?Nos hemos dado cuenta que habiendo derribado las vallas en la pista atlética y al permitir que el aficionado esté más cerca de fútbol, hemos logrado mucho. Y hemos dado con nuestros dispositivos una contribución importante al disfrute del espectáculo dentro del estadio. Pero se nos ha trasladado esa violencia hacia afuera. Por mucho tiempo se pensó que la dificultad con las barras empezaba una vez se entraban en los anillos de seguridad. Pero no, no es así. Los hechos siguen ocurriendo fuera del perímetro. Entonces cuál es la orden: se tienen que revisar los protocolos. Eso se hará.Ahora, aquí quiero pedir comprensión y decir que no podemos nosotros circunscribir el comportamiento malo de un hincha, atribuirlo a descuido de las autoridades. Hay que hacer es un trabajo integral. Procurar enseñarles, desde los colegios, desde las casas, desde los grupos, que se sientan cómodos yendo a un escenario de convivencia y no de confrontación. No pensemos solamente lo que tienen que hacer las autoridades. Pensemos también lo que tenemos que estar haciendo en las familias.Invito a la gente, a los caleños, a que se muevan en escenarios de legalidad. Que si ven algo ilegal, no se queden con eso, sino que den aviso a las autoridades. Que nos ayuden y sean nuestros ojos.¿Cómo analiza usted esa relación tan estrecha, para muchos cuestionable, que mantienen los equipos con las denominadas ‘barras bravas’? Se sabe que, incluso, a veces ellos mismos les regalan las boletas para que entren al estadio. ¿Hay connivencia con ellos?, ¿No se quedó corta la ley para atacar ese tipo de relaciones?Hemos insistido en que la barra tiene que sentirse y hacer parte integral del equipo. Por eso tiene que haber un trabajo de asistencia, acompañamiento y valoración a estas personas. Los equipos subsidian a las barras a veces para que acompañen a el equipo en las otras ciudades. Con mucha frecuencia tenemos que estar atendiendo a aquellos hinchas que se movilizan de esta forma, que van ‘guerreando’, sin dinero para comprar una boleta, sin alimentación y los tenemos que bajar de los vehículos por los que circulan inadecuadamente. Ese fervor de estas personas hay que valorarlo, los equipos deben hacerlo.Yo he sido defensor de que los equipos vayan acompañados por sus barras. Es que parte de la fiesta del fútbol es eso: es acompañar al equipo donde quiera que vaya. Por eso, quisiéramos que hubiera la posibilidad de que se haga un reconocimiento al buen comportamiento. Una barra que llegue a disfrutar del buen fútbol.Por eso, estamos haciendo un gran esfuerzo en evitar que estas personas expongan su vida andando en maneras indebidas de transporte y que se filtren violentos. Pero también le estamos pidiendo a los equipos que revisemos el tema relacionado con la dificultad que se da dentro de las barras, que es un tema que nadie habla. Hay confrontaciones entre barras de los mismos equipos. Y hay que hacer un llamado a que esto acabe. No puede ser que haya fanaticadas divididas y confrontadas, cuando son hinchas del mismo equipo. Ahí hay un trabajo que debe hacerse desde la responsabilidad social de los equipos.

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