La cultura une a las comunidades de Cali y el Valle

La música, el baile, el teatro y todas las demostraciones culturales nos unen como humanidad, sin embargo, estas actividades cuando se realizan en un espacio público el cual como comunidad compartimos, ya sea una cancha de fútbol, el parque del barrio o la casa comunal, hace que a través de la cultura se realicen lazos sociales y se transformen realidades.

La Secretaría de Cultura de la Gobernación del Valle, en su visión de entregar cultura a todas las ciudades del Valle, vio la oportunidad de continuar un programa que a lo largo de más de cuatro años ha brindado a la población de Cali y otros municipios del departamento un espacio de integración social a través del teatro, la música y el baile.

“Escuelas Culturales Vallecaucanas es una estrategia que surge como un mecanismo para reconocer procesos que se estaban realizando en distintos puntos del Valle y Cali. Se identificaron a actores sociales, artistas que tenían procesos con los niños y niñas donde a través de sus actividades, no solo enseñaban distintas disciplinas, sino que generaban transformaciones sociales”, explicó la Secretaria de Cultura del Valle, Consuelo Bravo.

El programa se afianzó en el corazón de la gente, tanto así, que se empezó a replicar en todos los municipios del departamento y en todas las comunas de Cali, generando procesos de integración social que ha impactado en la convivencia, el desarrollo cultural y en la apropiación y aprendizaje de procesos culturales del Valle, de otras regiones de Colombia y de Venezuela.

Un claro ejemplo del impacto de este tipo de programas se puede evidenciar en el barrio Nueva Floresta del oriente de Cali, allí, una vez por semana llegaban profesores de artes que le enseñaban a los niños del sector música, con instrumentos como el saxofón, flauta, trompeta, entre otros; también, se conformó una banda marcial, a la cual acuden decenas de jóvenes, incluso, se imparten clases de aerorumba donde se puede disfrutar del deporte a través de la música.

Este espacio benefició de una manera tan positiva esta zona de la ciudad, que miles de niños y niñas, aseguraron que gracias a esto pudieron ampliar su circulo social y la cancha de fútbol, que solía estar sola durante las tardes, ahora es usada de manera frecuente por los infantes que van con sus nuevos amigos a hacer deporte.

“Llegué hace un año a Cali desde Venezuela, el cambio fue difícil pues aquí no tenía amigos, un día vine con mi mamá a la tienda que está al lado de la cancha, vi que estaban enseñando música, a mí me gusta mucho, le dije a mi mamá que si podía aprender. La profesora nos recibió y empecé a practicar, toco la flauta, eso me hace muy feliz, poco a poco empecé a hacer amigos y ahora juego con ellos casi todos los días”, dijo Valeria Duarte, estudiante de quinto de primaria.

“Este espacio ha cambiado mucho la cara del barrio, los niños aprenden, se divierten, juegan, se conocen y hacen amigos. Por otro lado, nosotros los mayores, disfrutamos de la aerorumba, pues hacemos ejercicio mientras disfrutamos de distintos tipos de música”, afirmó Sandra Caicedo, madre de familia.

En la actualidad, más de 20 niños y niñas asisten a las clases de música y banda marcial que se imparten en la cancha de fútbol, de estos, cinco son migrantes venezolanos que vieron en este espacio un lugar para aprender y vivir la música y, a su vez, un espacio donde se sintieron acogidos y pudieron integrarse a su nueva comunidad.