Cali, una ciudad que trabaja en pro de reducir la xenofobia

En un país tan diverso como Colombia, la multiculturalidad se vive a flor de piel, pues miles de personas migran desde sus países de origen en busca de mejores oportunidades. Este fenómeno migratorio está presente en todas las ciudades y la Sucursal del Cielo no es la excepción.

Cali es una ciudad incluyente que acoge a las personas víctimas de la violencia, del desplazamiento forzado, a las personas migrantes venezolanas, colombianos retornados, población afrodescendiente, indígenas y, en general, a todos los ciudadanos que están en búsqueda de un mejor futuro.

En los últimos años, la migración de personas venezolanas se agudizó e incrementó por factores sociales, políticos y económicos que se presentan en el hermano país, y con esto la xenofobia. Entiéndase por xenofobia como el miedo o rechazo a las personas extranjeras.

De acuerdo con Holbein Giraldo Paredes, historiador, filósofo y docente de la Universidad del Valle y la Universidad Libre, para el caso de Colombia y Cali, es más preciso hablar del término ‘aporofobia’, acuñado por la filósofa Adela Cortina, el cual hace referencia a una actitud de rechazo hacia las personas pobres, que parte de una creencia equivocada que supone que el pobre es culpable de su situación y por lo tanto, es inferior y peligroso.

“Algunos ciudadanos tienen una percepción positiva de la población venezolana como trabajadora, honesta, servicial, por eso muchas personas les han dado trabajo, y dan fe de que los migrantes son muy buenas personas, por el contrario, otros ciudadanos tienen una apreciación negativa y los catalogan como delincuentes y estafadores”, expresó el filósofo, Holbein Giraldo.

En ese sentido, es indispensable que la solidaridad y empatía de las personas sobresalga en el Distrito para reducir la xenofobia. “Colombia también es una sociedad de migrantes, toda familia colombiana tiene parientes en el exterior, y por eso, debemos ser empáticos con los migrantes, aunque algunos caleños son aporofobicos, otros son humanitarios. Muchos venezolanos y venezolanas que se quedaron a vivir en la ciudad han puesto su emprendimiento y aportan al desarrollo de la economía”, explicó Giraldo.

Asimismo, es importante destacar el impacto positivo que genera la migración y en este caso, Julián Andrés Gutiérrez Marín, psicólogo, Magíster en Ciencias (Ms.c) de estudios Sociales y Políticos y representante del campo de Desarrollo Humano y Ciclo de Vida del Colegio Colombiano de Psicólogos, Colpsic, aseguró que las migraciones transforman positivamente y de manera acelerada nuestras sociedades.

“Las ciudades pueden desempeñar la educación contra la xenofobia. Los programas para el empleo y el bienestar social, y los comités consultivos de migrantes aunado a las acciones de la administración distrital, departamental y nacional son fundamentales para hacer de la migración no un problema, sino una oportunidad cuyo abordaje técnico y integrador de todos los actores de la sociedad es fundamental”, contó Gutiérrez.

Y agregó: “La migración no solo es un problema de los gobernantes, sino una realidad de toda la población que debe abordarse para su asimilación lo más resiliente posible”.

Por ende, las instituciones de educación juegan un papel relevante en la transformación del lenguaje, la estigmatización y la percepción que tienen algunas personas sobre los migrantes, pues estas instalaciones son las que refuerzan valores y contrarrestan los discursos sobre la discriminación.

“Se debe promover espacios de educación para concientizar más a la ciudadanía, tener un proceso de integración e inclusión exitoso, también cuidar nuestro lenguaje, por ejemplo, no aportar a la estigmatización en redes sociales, evitar o confrontar noticias y discursos que incentiven imaginarios negativos de personas extranjeras, y claro ‘ponernos en los zapatos del otro’, para así entender que migrar se trata de una realidad muy difícil para quienes lo enfrentan”, manifestó Julián Gutiérrez Marín, psicólogo del Colpsic.

Sumado a esta realidad, hay muchas organizaciones de carácter público y privado en la ciudad que buscan, a través de diferentes estrategias y campañas, reducir la xenofobia en el territorio.

A su vez, existen organismos que contribuyen con la inclusión de la población migrante en la ciudad y que prestan servicios de atención a la población venezolana como el Centro Intégrate, el cual está ubicado en el barrio San Vicente en la avenida 2D norte # 24-128, en Cali. Esta iniciativa nació de un trabajo articulado entre la Presidencia la Cooperación Internacional, liderada por USAID, en asocio con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y los gobiernos locales.

“Los Centros Intégrate conectan a la población migrante y retornada con toda la oferta nacional en temas de integración y desarrollo económico. Además, permitirán adelantar trámites y servicios, brindarán orientación y referenciación para apoyar a los migrantes venezolanos en los procesos de regularización; identificación; acceso a Sisbén, salud, educación, orientación psicosocial y jurídica, así como orientación a mujeres y población LGBTI; adicional a esto, ofrecerán orientación para la empleabilidad y emprendimiento” señala el sitio web del Centro Intégrate.

Estas acciones y espacios contribuyen a minimizar la discriminación que viven las personas migrantes. Además de ofrecer servicios que contribuyan a que la población venezolana pueda tener una estabilidad social en una ciudad como Cali.