Durante los últimos años los habitantes de la Villa han decidido adquirir un transporte propio para no depender del servicio público. La situación es igual en la zona rural. La bicicleta se niega a desaparecer.

Solamente cada quince días los habitantes de la vereda La Grecia pueden usar el servicio de transporte público para llegar hasta la Villa de Robledo. Un campero que realiza los sábados y los domingos de quincena dos recorridos por el lugar contribuye a que los 30 habitantes de este sector rural se ahorren en promedio tres horas de viaje a pie.Sin embargo, para los campesinos de la zona la situación suele ser bastante complicada, sobre todo cuando deben salir al casco urbano para asistir a citas médicas o incluso a hacer mercado. “Las empresas dicen que no es rentable subir hasta el caserío y la gente ya se acostumbró a tener que buscar otro medio de transporte”, aseguró Julio César Grajales, corregidor de la zona.Y aunque muchos, como expresó el funcionario, ya están acostumbrados al precario servicio del transporte público, otros han buscado soluciones a su problema de movilidad y han adquirido su transporte propio. “Algunas familias han comprado motos para trasladarse por sus medios entre las veredas y hasta Cartago y así no tener que esperar tanto tiempo para salir”, agregó.Situaciones como ésta son comunes en la Villa de Robledo y no sólo en sus áreas rurales, puesto que constantemente la población se queja de la falta de rutas para desplazase por la ciudad y el mal estado de los automotores.“Los buses son muy pequeños y en estos solazos esperarlos por mucho tiempo es insoportable, uno prefiere irse a pie que esperarlos”, aseguró Natalia Gamboa, quien como muchos cartagüeños está inconforme con el servicio.Esta situación ha llevado a que en los últimos años el parque automotor de la ciudad haya ido aumentando sustancialmente, sobre todo en lo relacionado con las motocicletas, que superan en número los carros particulares.Según estadísticas del Instituto de Tránsito Municipal, en marzo del 2010 por las vías de Cartago circulaban 35.155 motos y 9.761 carros.Y es que a través de las cifras que arroja la expedición de licencias por parte de esa misma institución, de cada 35 trámites que se adelantan en promedio en la localidad 17 son de motociclistas, lo cual evidencia el auge que ha tenido este medio de transporte.Lo anterior ha sido incentivado por el crecimiento de la ciudad hacia la periferia, las zonas hasta donde no llegan los microbuses o por donde circular resulta muy incómodo para los usuarios por los trayectos lejanos.“En la Comuna 7 se han construido en los últimos años unos diez barrios y cada uno puede tener en promedio cien casas. Las familias que las habitan deben movilizarse y lamentablemente la ciudad tiene una deficiencia en las vías, si el bus pasa por la principal, no lo va a hacer por todos los barrios lo cual genera una necesidad en la gente”, aseguró Fulvio Enrique Gálvis, coordinador de Educación en Seguridad Vial del Instituto de Tránsito de Cartago.De acuerdo con él, la solución más efectiva que tienen los habitantes de la Villa para movilizarse es comprar una moto, además de que las facilidades de crédito que dan los concesionarios así lo permiten. Este panorama se ve reflejado también en las ventas que se han incrementado en el último año, como lo aseguró Jorge Cabrera, gerente de Suzuki.“En lo que va corrido del 2011 las ventas han subido un 22% en relación con las cifras del año pasado. A la fecha, unas 380 motocicletas de todas las marcas se han vendido en la ciudad”, añadió.De ese número de motos vendidas sólo un 10% toma como destino otros municipios, el resto se queda a circular por las vías de Cartago.Falta culturaUno de los inconvenientes con los que a diario debe lidiar el municipio en materia de movilidad es la falta de cultura por parte de los motociclistas que no respetan las señales de tránsito y las zonas de parqueo permitidas, entre otras normas.Sin embargo, los conductores de estos vehículos también reclaman más atención, pues sostienen que la localidad no les brinda las condiciones necesarias para su desplazamiento seguro.Rafael Cardona, dueño de una moto, espera que en los próximos años la ciudad los tenga en cuenta “para que creen zonas azules, parqueaderos y vías acordes para el tránsito de las motos, porque hoy en día no hay muchos”.A chatarrizaciónLa necesidad de conseguir un transporte particular nace también de la carencia de buses en buen estado, una queja que es común entre los cartagüeños, muchos de los cuales decidieron subirse a la moto o la bicicleta por esa razón.En la capital natural del norte del Valle del Cauca, que según las estadísticas del Dane tiene 128.000 habitantes, existen 200 microbuses para suplir el transporte público en el perímetro urbano.No obstante, según información del Instituto Municipal de Tránsito, de esos carros aproximadamente el 60% deberá ser renovado en los próximos tres años, ya que está llegando al término de su vida útil.De eso son conscientes las empresas encargadas de operar las rutas de los ‘micro’. Juan Carlos Rincón, funcionario de Transportes Argelia y El Cairo, que cubre cinco rutas urbanas, indicó que “es verdad que algunos vehículos están cumpliendo el ciclo de chatarrización, sin embargo algunos propietarios tienen sus carros en muy buen estado para prestar el mejor servicio”.Entre tanto, el Instituto de Tránsito realiza cada semana operativos de control para garantizar el buen estado mecánico de los autobuses, pero para los ciudadanos esa no es la solución, pues no ven mejora en el servicio.Lo cierto es que “a simple vista se ven viejos, da desconfianza subirse a ellos”, como aseguró un cartagüeño que decidió ponerse chaleco y casco y bajarse del bus.