Con el agua a media pared se mantienen la mayoría de poblaciones a orillas del río San Juan, que limita los departamentos de Chocó y Valle. Malaguita, Cuellar y Cabeceras, los sectores más afectados.

Con el agua a media pared se mantienen la mayoría de poblaciones a orillas del río San Juan, que limita los departamentos de Chocó y Valle.Los sectores más afectados son los de Malaguita, Cuellar y Cabeceras, en la parte de Buenaventura del afluente. “La mayoría de los cultivos y animales de la región afectada están bajo el agua, pudriéndose o muriendo lentamente por falta de alimentación, como nuestras gallinas y cerdos”, aseguró Elmer Poso, docente y líder de la comunidad.Destacó que la mayor preocupación es la falta de agua potable y del alcantarillado y que el riesgo de una epidemia es grande, porque el paludismo y otras enfermedades diarreícas se adueñan de la población, especialmente de la infantil, y que las brigadas médicas son pocas.“Desde el 31 de octubre tenemos problemas de inundación y cinco libras de arroz por casa no compensaron el casi mes y medio en esta situación de afectación”, manifestó Posso, al dejar en claro que la ayuda que llegó inicialmente no fue suficiente para calmar las necesidades básicas de estos colombianos.Hay casos dramáticos de sobrevivencia, como el que registraron diez menores de edad que durante diez días estuvieron trepados en el techo y cielo raso de sus viviendas, buscando no perecer ahogados.“Uno de ellos fue María Fernanda Vanegas, en Malaguita, que nos dio un ejemplo de lucha por la vida”, destacó Posso.Algunos pobladores se fueron al otro lado del río, en la parte alta de las riberas del San Juan chocoano, donde buscan refugio, gracias a que esas casas están en un sitio más elevado. “Pero, además de torear el hambre que por estos días nos golpea, tenemos que espantar las culebras que huyendo del invierno buscan refugiarse en las casas”, indicó el alcalde del municipio del Litoral del San Juan, Dagoberto Moreno. Otros nativos aseguran que lo más preocupante, además de perder todos sus esfuerzos en los cultivos de pan coger, es la inminente llegada de actores armados a la zona.“Nosotros hemos hecho resistencia pacífica, quedándonos aquí, otros han preferido irse para otros lados o enviar a sus hijos a Buenaventura, mientras ellos soportan los embates del invierno”, confesó otro nativo.Según datos de los organismos de socorro del departamento se estima que unas doce mil personas están afectados por las inundaciones en las comunidades cercanas al afluente. Asimismo, 52 poblaciones que están asentadas a todo lo largo del San Juan, la mayoría pertenecientes al departamento del Chocó, se encuentran en alerta roja, ante los peligrosos niveles que presenta esta fluente del pacífico colombiano. “ El río ha bajado un poco, pero nadie puede salir a buscar comida o a trabajar”, concluyó Posso.Unidos por el Valle del Cauca Al menos $2.000 millones espera recaudar la campaña ‘Unidos por el Valle del Cauca’, la cual convoca a las fuerzas vivas del departamento y busca contribuir a la reconstrucción del Valle, tras la fuerte ola invernal que azota a todo el país. La intención es coordinar de manera unificada la recolección de recursos en efectivo.