En los últimos años, la freidora de aire se ha convertido en un elemento habitual en muchas cocinas gracias a su rapidez, la posibilidad de cocinar con poca grasa y sus resultados crujientes. No obstante, a pesar de su eficiencia, son pocos los usuarios que consideran que el horario en el que se utiliza puede influir de forma directa en el consumo de energía.
No solo importa cuántos minutos esté encendida, sino también en qué momento del día se usa, ya que durante ciertas franjas horarias —cuando la demanda eléctrica es más alta— las tarifas tienden a subir. Esto es especialmente relevante si se quiere mantener bajo control el gasto en servicios públicos sin prescindir del uso de los electrodomésticos.
A diferencia de aparatos que requieren funcionamiento constante, como los refrigeradores, equipos como la freidora de aire pueden manejarse con mayor flexibilidad. Programar su uso fuera de las horas de mayor consumo puede ayudar a reducir el monto del recibo de electricidad.
De acuerdo con un análisis basado en inteligencia artificial, existen los llamados “horarios pico” u “horas críticas”, que se refieren a los momentos del día en que más personas encienden dispositivos eléctricos en sus hogares. Generalmente, estas horas se concentran entre las 6:00 p. m. y las 10:00 p. m., especialmente durante los días de semana, cuando el consumo energético alcanza su punto más alto.
Usar la freidora en estos periodos no solo incrementa la carga sobre el sistema eléctrico, sino que también puede elevar el costo por kilovatio hora (kWh) en los esquemas de facturación que aplican precios según la hora. Por ejemplo, preparar una cena con freidora de aire a las 8:00 p. m. puede resultar más costoso que hacerlo a media tarde.
Además, en algunos países ya se están implementando planes tarifarios con precios variables según el horario, lo que significa que cocinar en las llamadas horas punta puede impactar más el presupuesto mensual. Aunque no todos están acogidos a este sistema, es una medida cada vez más común que busca fomentar un uso más equilibrado de la energía.
En definitiva, ahorrar electricidad no depende únicamente de adquirir aparatos eficientes, sino también de emplearlos de forma inteligente. A pesar de que la freidora de aire está diseñada para ser rápida y efectiva, utilizarla en horarios de alta demanda puede disminuir sus ventajas en cuanto a eficiencia energética.