La glucosa es una sustancia que el cuerpo requiere para obtener energía. Normalmente se obtiene de los alimentos y en niveles normales no genera ninguna complicación para la salud. Sin embargo, si se eleva y sus cantidades abundan en la sangre, es posible que derive en diabetes.

La más común es la diabetes tipo 2, que generalmente se presenta en adultos y ocurre cuando el cuerpo se vuelve resistente a la insulina o no produce suficiente de esta hormona, que es la encargada de permitir que la glucosa pase de la sangre a las células para que estas la convierten en energía.

Para evitar esta enfermedad es clave controlar los niveles la glucosa. Así las cosas, lo recomendable es que se mida a primera hora por la mañana y antes del desayuno. Se considera normal si los niveles se sitúan entre los 70 y 100 mg/dl en ayunas, y en menos a 140 mg/dl dos horas después de cada comida.

Glucosa en la sangre. | Foto: John Molloy
Glucosa en la sangre. | Foto: 2020 DeFodi Images

Ahora bien, es importante señalar que la voz de alarma debe saltar cuando los niveles de glucosa en sangre estando en ayunas se sitúan entre 100 y 125 mg/dl y después de comer entre los 140 y los 199 mg/dl.

Síntomas de diabetes

  • Un aumento en la frecuencia de la necesidad de orinar.
  • Reciente aumento de mucho peso.
  • Visión borrosa.
  • Confusión o un cambio en la forma como usted normalmente habla o se comporta.
  • Episodios de desmayo.
  • Convulsiones (por primera vez).
  • Inconsciencia o coma.
Los altos niveles de glucosa en la sangre pueden ser nocivos para la salud. | Foto: vgajic | Getty Images

Tipo de exámenes de glucosa

  • Glicemia en ayunas: este sencillo test mide la glucosa después de que no se ha comido ni tomado nada en ocho horas.
  • Glucosa en plasma: es un examen que mide la glucosa o azúcar en plasma que no requiere ayuno previo.
  • Tolerancia a la glucosa: este examen de sangre mide la glucosa después de que no se ha comido ni tomado nada en ocho horas y dos horas posteriores a una comida o bebida rica en azúcar