Compuesta por más de 40 exmandatarios departamentales y municipales de Colombia, la coalición ‘La Fuerza de las Regiones’ aspira a convertirse en una opción para ganar las presidenciales del próximo año.

En su paso por El País, el exgobernador de Sucre Héctor Olimpo Espinosa y el exalcalde de Bucaramanga Juan Carlos Cárdenas -dos de los precandidatos-, hablaron del origen de su aspiración y de sus principales apuestas para llegar a la Casa de Nariño en el 2026.

¿De dónde surge la idea de crear esta coalición?

‘La Fuerza de las Regiones’ tiene un elemento de cohesión, una causa, una convicción, que Colombia necesita un modelo de liderazgo y de gobierno diferente, que huela más a región y a pueblo, que haya un Estado más cerca de los problemas de la gente en el territorio, porque nada reemplaza la percepción directa. Tenemos la convicción de que Colombia necesita un modelo de autonomías regionales con el que podamos derrotar la dictadura del gobierno actual, que trata a esos sectores como si fueran menores de edad.

¿Qué es lo que más le preocupa de ese centralismo?

El exceso de centralismo nos ha llevado a un gobierno nacional que maneja el 83 % de los recursos, el 93 % de los proyectos y que tiene afligidas a las regiones, sin dejar que prosperen, que desarrollen su riqueza y su potencial. La autonomía territorial en Colombia, que creemos que está directamente relacionada con la desigualdad, es la que nos mueve.

La coalición reúne a cerca de 40 exmandatarios regionales, entre alcaldes y gobernadores. Esperan llegar a la presidencia con su bandera de la descentralización. | Foto: Campaña la fuerza de las regiones

¿Por qué dice que está relacionado con la desigualdad?

Colombia creció al revés. Las naciones prósperas del mundo tienen la riqueza en sus costas; Colombia, la pobreza. La desigualdad en el país no es general, es regional. Colombia creció como una mandarina: una parte vive en la cáscara -como el Pacífico, el Atlántico, la Orinoquía, la Amazonía. Los departamentos de frontera- y la otra en la pulpa. Pero una parte tiene pobreza multidimensional del 20 % y otra del 10 %, una tiene una informalidad del 60 % y otra de alrededor del 40 %. Nacer en una implica pobreza y exclusión, mientras que en otra es tener oportunidades.

¿Cuáles son esas dificultades en términos estructurales que han identificado en Colombia?

Hay una dictadura en Colombia que todo lo domina. Hay que pedirle permiso al Gobierno nacional para hacer un hospital, una vía, un puente, para trasladar a un maestro. Eso es absurdo, no tiene sentido.

¿Cómo ayudaría esa iniciativa a la actual crisis de la salud que vive el país?

El modelo de Cali no es el mismo de Bogotá, ni el de Barranquilla. Cada región tiene un perfil epidemiológico diferente, con enfermedades propias de su región. Ese modelo tiene que ser regional, no nacional, tiene que ser concertado con todos los actores del territorio. La reforma que Colombia necesita es en la que todos estén de acuerdo o la que mayor consenso genere, no la que quieran imponer.

¿Y en la educación?

Cada región tiene una vocación, y no debería de haber un modelo nacional de educación, sino modelos regionales. Se trata de que las regiones adapten su desarrollo a sus vocaciones y su potencial. Y hay una cosa a la que no podemos renunciar, el Icetex, debe volver a prestarle plata a los muchachos para que puedan estudiar donde ellos quieran.

El precandidato asegura que la cáscara de la mandarina son las regiones en las que menos oportunidades existen, mientras que la pulga se concentra en la capital del país, Bogotá. | Foto: El País

¿Cómo va a ser el mecanismo para escoger al candidato de esta coalición?

Vamos a estar en precampaña hasta finales de noviembre. Luego, la primera semana de enero, de los cuatro aspirantes que hay, saldrá el candidato único. Y con él queremos llegar a la consulta interpartidista de marzo, con los partidos Conservador, Liberal, la U y Cambio Radical.

Hay una lluvia de aspirantes a la presidencia, ¿cuál cree que será el ambiente para el 2026?

Va a haber cuatro finalistas. El que diga el Gobierno, el que diga (Álvaro) Uribe, el que gane en el sector de independientes y el de la coalición de partidos. Estamos seguros de que el que gane nuestra nominación se va a ganar la consulta de los partidos y va a entrar en la competencia por la Presidencia. Pero nuestro anhelo es que cambie el eje de la polarización. No entre petristas y uribistas, izquierda y derecha, sino entre quienes quieren más poder para las regiones y los que quieren conservar este modelo caduco y fracasado.